Cada miércoles, tenemos la oportunidad de entender un poco más de economía gracias a Javier Ruiz, que, de la mano de la periodista Sonia Got, nos explica la noticia más importante de la semana con una gran capacidad clarificadora y nos ayuda a entender titulares complejos de la prensa económica. Las charlas, a las que hemos llamado "Moneytalks", se emiten en directo en nuestra cuenta de Instagram.
El martes entró en vigor la nueva regulación sobre el teletrabajo, que había sido aprobada por el Consejo de Ministros el 22 de septiembre y, en esta ocasión, Javier nos ha aclarado todas las dudas al respecto [dale al play al vídeo de arriba para ver la charla completa].
Se llama decreto-ley de trabajo a distancia, regula las normas que a partir de ahora deberán regir el teletrabajo en España y ya está en vigor, aunque "las empresas tienen un margen de entre tres meses y tres años para adaptarse", nos ha contado Javier. "Es ya ley, es texto, pero ya veremos cuándo será una realidad más común".
Esta nueva norma, en la que hay derechos y obligaciones para el empleado y la empresa, "convierte el trabajo en una actividad que hacemos y no en un sitio al que vamos". El periodista nos ha resumido que, fundamentalmente, a partir de ahora el teletrabajo tiene tres características clave: es voluntario, "tiene que haber voluntariedad por las dos partes, se tiene que pactar"; es reversible, "hay posibilidad de dar marcha atrás si quieres incorporarte de nuevo a tu lugar de trabajo"; y es equiparable, "la ley dice que no se puede sufrir perjuicio alguno en ninguna de las condiciones laborales, incluyendo retribución, estabilidad, tiempo, formación y promoción. Es decir: no te pueden quitar derechos".
Con respecto a quiénes se van a ver afectados por esta nueva ley, Javier nos ha aclarado que "para estar cubierto, hay que estar teletrabajando el 30% de la jornada, lo que sería día y medio" porque "hubo una batalla entre empresarios y sindicatos para que esta nueva norma no diese lugar a 'teletrabajadores de fin de semana' que serían quienes trabajan a distancia los lunes o los viernes para alargar su fin de semana en casa".
Con esta nueva regulación, los teletrabajadores "tendrán derecho a formación, promoción y desconexión". Javier ha resaltado la importancia de este último aspecto. "El derecho a la desconexión es importante. Estar en casa no significa estar siempre disponible. Da igual que yo esté en mi casa, mi jornada ha acabado y no tienen por qué llamarme". A este respecto, ha desaprobado cómo ha funcionado en muchos casos el teletrabajo durante esta crisis: "Yo creo que el teletrabajo ha sido un teletimo para muchos de nosotros: disponibilidad 24 horas. Muchos, como están en casa, se conectan a las nueve, diez y once de la noche. Y es lo que esta ley pretende frenar: el abuso, pero también el escaqueo".
Y es que la ley también intenta actuar sobre esa mala práctica que algunos empleados pueden sentirse tentados de realizar, aprovechando la distancia para evitar obligaciones: "Uno de los puntos que regula el BOE es la posibilidad de que te controlen la jornada laboral. Lo único que dice la ley es que no puede ser ni invasivo ni humillante. En castellano, no te pueden poner una cámara. Pero más allá, la ley dice que hay derecho a controlarte la jornada laboral".
Una de las mayores preocupaciones para los trabajadores y una de las regulaciones más esperadas ha sido la que afecta a las retribuciones. Según la ley, el teletrabajador tiene derecho a que se le paguen dos tipos de gastos: los directos y los indirectos. El gasto directo sería todo el equipo y materiales que necesite para desarrollar su trabajo, como el ordenador, que debe correr a cargo de la empresa. Por su parte, los indirectos suponen todos esos gastos extra en las facturas, es decir: una parte de la luz, del gas o de internet. En este punto, la ley no establece tasas concretas, sino que establece un puente de negociación entre empresa y empleado. "A lo que obliga es a pactar, a entenderse, a llegar a un tipo de acuerdo", ha aclarado Javier.
Pero ¿será efectiva esta ley? ¿Realmente va a servir para algo? Nuestro analista se ha mostrado optimista: "Me da la sensación de que sí va a tener impacto, que el teletrabajo va a tener un empujón en España, donde estaba relativamente mal". Para ejemplificar la deficiencia de trabajo a distancia que vivíamos en nuestro país en épocas anteriores a la covid, nos ha mostrado el siguiente gráfico:
"En épocas pre-covid aquí teníamos una tasa del 30% de teletrabajo, mientras que en Italia era del 40% e Irlanda estaba por encima. Lo que ha pasado con el covid es que ahora tenemos al 55% de los empleados teletrabajando alguna vez."
"Íbamos muy retrasados, pero la covid ha convertido una posibilidad en una obligación", ha expresado. "Antes, por la competencia, el teletrabajo tenía costes y riesgos, pero la covid nos ha empujado a todos". Y, como buen upper con espíritu disfrutón, ha explicado su sensación con una analogía: "El teletrabajo es como comer bien: una vez que lo pruebas, no quieres volver".
Nos ha contado que esta nueva norma "cubre a todos, pero está hecha, especialmente, para los Uppers". "Para los trabajadores de más de 45 y 55 años, esto está hecho. La nueva norma no permite a los trabajadores nuevos hacer esto, ni a los becarios, ni a los jóvenes que tienen que formarse. Los chavales jóvenes quieren ir al trabajo y aprender. Esto es para los que tienen experiencia en la empresa y ya saben cómo se trabaja. Los que más teletrabajan son los mayores de 45-55 años y son los que más quieren hacerlo".
Desde el punto de vista de los uppers como empresarios, Javier cree que "están muy puestos en esto" y que "todos han hecho una enorme apuesta por la digitalización". Para él no hay, como en muchos casos se cree, una visión antigua del teletrabajo. "La empresa española es moderna", ha apostillado.
Sonia Got también le ha preguntado sobre su percepción personal de este nuevo cambio de paradigma. "Reconozco que el teletrabajo es una bendición y también una maldición. Se puede estar en tres sitios a la vez y eso es bueno y malo. Es bueno porque aumentamos la productividad, pero todos sabemos lo que eso significa: que curras más horas de las que quieres".
Javier Ruiz ha cerrado su intervención con una reflexión interesante que afecta a las mujeres uppers y puede suponer la parte negativa de esta ley: "Mi único miedo es un riesgo: las mujeres en casa. Cuando se habla de teletrabajo, nos referimos a teletrabajar, no a estar trabajando mientras se cuida de los niños". Ha expresado su temor a que los roles de género marcados por la desigualdad en el ámbito doméstico vuelvan con fuerza como consecuencia de que las mujeres estén en casa. "El gran riesgo es que una ley que es un avance se acabe convirtiendo en un grillete para las mujeres. Espero que haya inspecciones y esto no nos salga por la culata", ha concluido.