Slawek Sobala, el doble de Vladimir Putin ha visto cómo su carrera se viene abajo por el conflicto armado entre Rusia y Ucrania que mantiene en alerta al mundo entero desde hace semanas, pero sobre todo, a los ucranianos, quienes consideran al presidente ruso como su peor enemigo.
Hasta ahora, para Sobala, posar como uno de los líderes políticos más importantes del mundo lo ha llevado a Londres, Estados Unidos, Japón y Rusia, codeándose con dobles de las más grandes personalidades del planeta en diferentes áreas. Y aunque no es su trabajo a tiempo completo, Sobala realizaba parodias del mandatario para conseguir ingresos extras, pero la situación ahora es otra y sus características físicas le están jugando en contra, y es que sus rasgos físicos y el extremo parecido al mandatario ruso lo pueden perjudicar.
Por todo ello, Slawek ha dejado de ver este trabajo extra como una fuente de ingreso que le brinde comodidades y ha decidido alejarse de la vida pública como una medida de precaución. La realidad es que tiene miedo de que algunas personas puedan tomar alguna represalia en su contra al no lograr diferenciar al actor del personaje real.
Este hombre de origen polaco es director de la empresa de transportes Geoline Logistics y reside en Wroclaw, una región de Polonia, donde habitan muchos ucranianos, por lo que lleva varios días sin salir de su casa, pues teme ser agredido. “Antes de la guerra, no temía por mi seguridad en la calle, pero ahora tengo mucho miedo porque en nuestra ciudad, Wroclaw, hay mucha gente de Ucrania que trabaja y vive aquí y mi temor es que cuando me vean me agredan”, ha confesado Sobala.
El doble de Putin ha querido dejar claro su distanciamiento del presidente ruso. "Tras la guerra mi percepción ha cambiado. Antes le tenía mucho respeto, pero ha hecho mucho daño". Además, ha señalado que ahora quiere jugar con la ironía y demostrar con su parecido una segunda cara de Putin.
Slawek ha revelado que ha tratado de concretar una reunión con el presidente Putin a través de la embajada rusa en Polonia, pero ante la actual situación, le ha sido negada. Eso sí, ha explicado que no desistirá, pues quiere verlo de frente para preguntarle: “¿Cómo puedes tener la misma cara, pero percibir el mundo de una manera diferente?”.
El hombre, de 53 años, está representado por la agencia Lookalikes y se ha conocido que viaja por el mundo con su esposa, asiste a grandes eventos, conciertos o sesiones de fotos como doble de Putin. Según el diario The Daily Star, Sobalo gana “una cifra bastante alta”, pero no ha trascenido cuál es el monto. Sea cual sea, la realidad es que lleva una vida de lujo.
“Es divertido este trabajo y nos encontramos con otros parecidos y nos reímos, pero también es incómodo porque cuando estamos en familia en la playa, en un restaurante, bar, la gente le dice: ‘Oye, oye, te pareces a Putin, ¿puedo sacarme una foto contigo?’”, confesó su esposa.
En 2020, el presidente Vladimir Putin reconoció que en algún momento de su mandato se había pensado en la posibilidad de que tuviera un doble que lo sustituyera en algunas actividades, pero él mismo lo rechazó. El líder ruso, que lleva en el poder desde hace más de 20 años, ha sido siempre objeto de teorías conspiracionistas en su país, por lo que, en este caso, se divaga sobre la posibilidad de que usara incluso más de un doble.
De hecho, existe un estudio que se ha encargado de comparar sus fotografías durante estos años, reivindicando la identificación de un número de individuos que posaban como él. Aunque sólo hay un Putin, sí es cierto que existe un estómago de prueba. El presidente tiene una persona contratada exclusivamente para probar todos y cada uno de los platos incluidos en su menú del día.
La existencia del catador era un rumor persistente en Rusia, pero dio el salto a los grandes medios tras una reunión del Club des Chefs des Chefs en Londres en 2014, una plataforma compuesta por cocineros que preparan comidas para los jefes de Estado y líderes mundiales.
En el caso de Putin, sus comidas son preparadas y catadas, no por un chef, sino por un miembro del 'Federalnaya Sluzhba Ojrany', el Servicio Federal de Protección (FSO) para asegurarse de que no están envenenadas. Otros ayudantes de cocinas son supervisados por el servicio de seguridad, que también chequea a personas de su entorno para asegurarse de que no han caído bajo la influencia de fuerzas hostiles.