Fines de semana de tres días, salir una hora antes, tener las tardes del jueves y viernes libres... Suena bien ¿verdad? El Gobierno ha acordado con Más País poner a prueba en varias empresas la jornada laboral de 32 horas semanales. La propuesta estrella del partido de Íñigo Errejón estaba guardada en un cajón, pero las negociaciones para aprobar en el Congreso los Fondos Europeos han propiciado un acuerdo entre el Gobierno y Más País para que se destinen 50 millones de estos fondos a un proyecto piloto.
La idea es que la jornada semanal de 40 horas pase a ser de 32 horas. La forma de hacerlo no está determinada y es una de las cosas que quiere probar el proyecto piloto. Una opción es la semana de cuatro días de 8 horas, pero lo que se busca es conciliar la vida laboral y familiar, por lo que se proponen jornadas flexibles que se acomoden a las necesidades tanto de la empresa como de los trabajadores. No se descarta mantener el sistema actual de cinco días pero con jornadas de 6 horas y 24 minutos, o acumular las horas en ciertos días para tener algunas tardes libres.
El acuerdo alcanzado entre Carmen Calvo e Íñigo Errejón contempla crear un proyecto piloto de reducción de la jornada laboral a cuatro días en varias empresas. Está planificado para que dure 3 años y disponga de un presupuesto de 50 millones de euros, destinados a compensar los posibles gastos derivados de disminución de jornada.
Héctor Tejero, coordinador político de Más País en el Congreso, y los técnicos del Ministerio de Industria, que dirige Reyes Maroto, estudian las fórmulas para implantar la medida, aunque se desconocen todavía los detalles o el número de empresas que podrán participar. "Será necesario llevar a cabo un estudio para seleccionar los sectores en los que se probará. Para ello contamos con gente perfectamente competente en las universidades públicas", ha asegurado Errejón.
Podrán solicitar las ayudas las empresas que quieran voluntariamente aplicar la reducción de jornada a sus trabajadores. Aún están sin concretar qué dinero recibirán, pero se sabe que las subvenciones se realizarán a través de tramitación urgente, simplificando los requisitos para su aprobación y la documentación a presentar por los posibles beneficiarios.
Los 50 millones servirían para entregar ayudas directas que disminuyan año a año, hasta conseguir que la propia empresa ajuste la productividad. Otros sectores podrían recibir préstamos subvencionables, es decir, que sirvan para hacer los cambios necesarios para poder reducir la jornada laboral (digitalización, adaptación de los turnos etcétera) y que no se cobren si la medida no les funciona.
La propuesta no es nueva, y se está desarrollando tanto en empresas privadas como públicas. Un claro ejemplo es el de la Generalitat Valenciana, que prevé destinar ayudas de entre uno y dos millones de euros a las empresas que implanten la jornada de cuatro días en 2021. Se subvencionará a las empresas con alrededor de 300 euros por empleado, y a cambio, las firmas beneficiadas deberán realizar nuevos contratos.
El documento que desarrolla el modelo en Valencia contempla un caso práctico de cómo podría desarrollarse la medida. "Una empresa con 40 horas laborales por semana por trabajador puede tener un salario medio de 1.500 euros, 9,30 euros por hora. La transición a las 32 horas por semana manteniendo el salario de 1.500 euros supondría incrementar el salario por hora a 11,71 euros. La diferencia de salario por hora sería de 2,41 euros, y, por lo tanto, el Gobierno Valenciano tendría que dar una subvención de 308,48 euros al mes", detalla textualmente el documento. No obstante, la medida debe presentarse también en la mesa del diálogo social valenciana para acordarse con los sindicatos y empresarios.
Los empresarios se muestran escépticos ante el anuncio, y esperan que la propuesta sea presentada en la mesa de diálogo. El más crítico ha sido el vicepresidente de CEOE y presidente de ATA, Lorenzo Amor, quien escribió en Twitter "Las ocurrencias a la mesa de diálogo social, donde se sientan los que pagan nóminas y los representantes de quienes las cobran. Respeto al diálogo social. Para los autónomos... Una quimera. Con la que está cayendo. Madre mía".
Otras fuentes Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) consultadas por Uppers insisten en que no hay "ninguna propuesta concreta sobre la mesa", aunque matizan que "se podría hacer de mil maneras, con incentivos, con deducciones o de otra forma. Depende de si se lleva y con qué forma o con qué contenido, se podrá ver de una manera o de otra", explican "pero de momento no está, ni hay propuesta".
Algunos economistas ven inoportuna la propuesta, e inviable en nuestro país donde el 42% de las compañías, 1.500.000, se dedica al sector servicios, y por lo tanto no pueden suplir la disminución de horas de trabajo con el aumento de la productividad. Además, de los más de tres millones de autónomos que hay en España, más de un 90% de ellos desarrolla su actividad en este sector económico.
Varias empresas ya hacen jornadas de cuatro días en España. Delsol, una empresa tecnológica radicada en Jaén, fue pionera en reducir la jornada a sus trabajadores. "Trabajan en bloques de cuatro días continuados, rotando de lunes a viernes y manteniendo un día libre más a la semana", cuenta Juan Antonio Mallenco, responsable de comunicación de la empresa. Mallenco asegura que el modelo es bueno para "la conciliación, para crear empleo y para rebajar las emisiones de gases que dañan el medio ambiente".
También disfrutan de la semana de 4 días los empleados de Zacaya Sistems, una empresa de 'software' alicantina. "Dimos varias opciones y ellos escogían. Podían optar por la semana de cuatro días, por mantener el horario de lunes a viernes con un día de teletrabajo o seguir como estaban", explica Pedro Sánchez, el CEO de la empresa. "Aproximadamente la mitad de la plantilla se acogió a lo de la semana de cuatro días. Nadie se ha echado para atrás y están satisfechos y nosotros también" afirma Sánchez. "Creo que hay que hacer que el trabajador se sienta cómodo, porque eso ayuda a que sea más productivo", explica, aunque no cree que la fórmula sea aplicable absolutamente a todas las empresas, "en una farmacia o en un supermercado igual no es tan fácil", explica Sánchez.
En cualquier caso, el acuerdo entre Carmen Calvo e Íñigo Errejón supone un paso adelante para implantar la semana de cuatro días. Ahora el proyecto piloto deberá debatirse en la mesa de diálogo social y ver de qué manera se aplican los fondos comprometidos para valorar si reducir la jornada no trastoca la cuenta de resultados de las empresas, y mejora la vida de los trabajadores.