Hace un año lo de teletrabajar desde casa era algo impensable, hasta que llegó el coronavirus y gran parte de los trabajadores comenzaron a realizar sus funciones en remoto desde casa. ¿La gran salvadora en esos meses? Las videollamadas, que nos permitían tener cierto contacto con nuestros compañeros de trabajo o celebrar cumpleaños virtuales, pero poco a poco esa vía de escape en formato vídeo se ha convertido en la pesadilla de muchos que terminan su día más cansados de lo que esperaban, lo que ahora se conoce como 'Zoom fatigue'. Un experto nos habla de por qué nos afecta tanto y cómo podemos combatirlo.
Pero antes de nada, ¿qué es eso del 'Zoom fatigue' o la fatiga del Zoom? En palabras de Agustín Peralt, experto en gestión del tiempo, es "la sensación de cansancio que se tiene al final del día motivada por la exposición a la pantalla y a las múltiples reuniones durante el día" ya sean por Zoom, Skype o por cualquier otra aplicación de videollamadas. Reuniones virtuales que, tras un año, pueden haber pasado de ser la gran vía de escape a tener una repercusión negativa sobre nosotros.
El experto apunta a diferentes razones por las que se genera ese cansancio en lo que durante los primeros meses de pandemia era nuestra salvación, el momento del día donde veías a tus compañeros tras horas de trabajo en soledad en tu casa. A lo largo de todo este tiempo te habrás dado cuenta que una reunión virtual no es igual que una presencial, pues se requiere de un esfuerzo cognitivo mayor para atender y procesar la información que te llega.
Además, Peralt resalta uno de los grandes errores: la multitarea. Mientras estamos en videollamada no hay la misma exposición que en una reunión presencial, por lo que muchos aprovechan para comprobar su móvil o contestar algún mail, una práctica que parece útil pero que, sin darnos cuenta, nos lleva a hacer varias cosas a la vez. Y ojo, porque nos estamos pasando con el Zoom, pues lo usamos para cualquier gestión, sin cambiar tu vista, ya que el escenario sigue siendo el mismo y ya no hay paseos por el pasillo o cambios de sala, "aquí sigues siempre en la misma pantalla", puntualiza el experto.
Agustín Peralt establece dos tipos de tensión durante la videollamada. Por una parte está la tensión interna, que nos lleva a pensar si el sonido de nuestro equipo será el correcto o si tendrás algún problema de imagen durante la reunión. Sin embargo, también recalca la tensión emocional, el "verte a ti mismo en la pantalla y saber que hay otras personas que te están viendo en ese momento", aclara.
Todas esas consecuencias hacen que al final del día, tras tanta reunión virtual, estemos más cansados de la cuenta. Por eso mismo, Agustín Pertalt nos da algunas claves para que las videollamadas no sean un lastre para nuestro estado físico y mental.
No siempre necesitas una reunión
El primer paso es aprender cuándo necesitas una reunión virtual y cuándo una simple llamada de cinco minutos o un mail pueden sustituir ese Zoom. Además, durante el tiempo que estás al teléfono, como indica Peralt, puedes aprovechar para caminar un poco por casa y así evitar estar tanto tiempo sentado.
Descanso entre Zoom y Zoom
¿Cómo que descansar entre reuniones? Nada de siesta, pero un consejo básico que apunta el experto es no hacer esas reuniones de hora en punto a hora en punto, es decir, mejor hacerlas de 25, 45 o 50 minutos y, de esta forma, si luego hay otra, hay entre 5 y 15 minutos para descansar y desconectar de un tema para conectar con el siguiente.
Alterna posiciones
Puede que hasta el momento todas tus reuniones por videollamada las hayas realizado sentado, pero no pasa nada por hacer algunas de pie, alternando entre ambas posiciones. Como establece Peralt, "el hecho de estar de pie va a hacer que te actives un poco y que también logres estirar tus piernas".
Horas límite
Al estar disponible para una reunión virtual casi en cualquier momento hace que en ocasiones el horario laboral se expanda algo más y no logres la desconexión total, por eso lo idóneo es establecer unas horas determinadas para estas videollamadas, lo cual también va a ayudar a reducir el número de reuniones diarias.
Evita la multitarea
Si estás en una reunión, estás en ella. Por eso nada de aprovechar para adelantar otras cosas, como ya comentaba Peralt anteriormente. Mientras haces más de una cosa a la vez puede parecer que estás siendo productivo, pero realmente es "un desgaste tremendo", apunta el experto.
Mirada de larga distancia
El agotamiento puede venir por la vista, por enfocar en pequeño, siempre sobre la pantalla, por eso aconseja que durante esas reuniones de vez en cuando levantes la mirada del ordenador y la plantes al final del comedor, estudio o la sala en la que estés. De esta manera también evitarás el verte continuamente en pantalla y te permitirá reducir esa tensión emocional antes mencionada.