Ocho trucos para mantener el microondas siempre limpio y perfecto

El microondas es un electrodoméstico imprescindible en muchas casas; nos salva de muchos apuros, ahorra tiempo al cocinar determinadas recetas y es algo más rápido que el clásico procedimiento de calentar en la olla. Además, nos sirve también para limpiar el estropajo principal de la cocina. Adiós, bacterias.

 

La limpieza del aparato genera rechazo en mucha gente. Suele ser una de esas tareas de la cocina que aplazamos y aplazamos hasta que no queda más remedio que abordarla: hay tanta grasa y restos de alimentos pegados a las paredes que nos da vergüenza calentar nuestra propia comida ahí.

 

A la hora de conservar en buen estado nuestro microondas, es recomendable tomar una serie de precauciones diarias. Son trucos y consejos de limpieza, sencillos de aplicar, con los que vas vas a poder ahorrarte muchísimo trabajo de limpieza. Recuerda que puedes hacerlo sin utilizar productos químicos.

 

La tapa, siempre

 

Cada vez que calentamos un alimento corremos el riesgo de que salpique las paredes o se desborde por efecto del borboteo a alta temperatura. Poco a poco, distintos restos de alimentos van adhiriéndose a las paredes de nuestro micro, endureciéndose y ablandándose cada vez que lo usamos. Si tomamos la costumbre de usar recipientes con tapa para calentar las raciones de comida, evitaremos las salpicaduras y tendremos que limpiar el microondas con menos frecuencia.

 

El vapor

 

Otro hábito recomendable es destinar un paño de microfibra específico para secar el aparato después de usarlo. Muchos alimentos sueltan vapor y este se condensa en las paredes cuando calentamos, así que no está de más usar el paño cada vez que programamos el micro. Se tarda menos de un minuto. Con este pequeño gesto también evitaremos que se acumule agua en algún recodo inaccesible y aparezcan las manchas de óxido.

 

Limpieza con vinagre

 

Llena una taza refractaria (debe aguantar el calor del aparato) con vinagre blanco. Métela en el microondas 2 minutos. La calidad del vinagre no afecta al resultado, así que puedes comprar el más barato que encuentres en el supermercado.

 

El vinagre, al hervir, desprende vapores que ablandarán la grasa pegada a las paredes y eliminarán los olores. Pasados dos minutos, pasa un paño húmedo de microfibra por las paredes para terminar de limpiar el interior del aparato.

 

Ni rascadores, ni lejas metálicas

 

No todos los estropajos son adecuados para el microondas. Si utilizamos alguno que rasque, de los metálicos o de los que están hechos de un material más duro, podemos dañar el esmalte que cubre las paredes y la resistencia. Para la limpieza, es mejor usar el paño de microfibras suave empapado con agua y jabón, ya que no dañará las paredes ni los revestimientos. Al terminar de pasarlo, debemos dejar la puerta abierta un par de minutos y esperar a que la humedad se evapore.

 

El grill

 

Dependiendo de si tu micro tiene grill abatible o no, te será más fácil eliminar la suciedad acumulada. Los que no cuentan con uno son los más sencillos. En caso de que tu aparato sí tenga grill, comprueba en el manual de instrucciones cómo puedes desacoplarlo o abatirlo para eliminar los restos de grasa de la rejilla y la resistencia. Es una zona en la que tiende a acumularse la suciedad.

 

Aprovecha el lavavajillas

 

Por lo general, el plato de cristal del microondas puede meterse en el lavavajillas sin mayor problema (compruébalo en las especificaciones del manual de instrucciones). Recuerda hacer un poco de espacio la próxima vez que lo utilices, así te ahorras lavarlo y secarlo a mano con agua caliente, jabón y un chorro de vinagre para desinfectarlo.

 

Agua con limón

 

Necesitarás un plato con un poco de agua y las dos mitades de un limón, o una lima. Exprímelas en el agua. Luego colócalas dentro del recipiente. Programa dos minutos el microondas a máxima potencia. Saca el recipiente, con cuidado de no quemarte y pasa el paño de microfibra para eliminar el vapor condensado en las paredes y el plato de cristal del micro.

 

La ventaja de este procedimiento es el olor a limón que queda después, más agradable que el característico aroma entre agrio y ácido del vinagre recalentado. Eliminarás cualquier olor desagradable de otros alimentos fuertes, como pescados o mariscos, que se haya quedado desde la última vez que calentaste en el micro.

 

Bicarbonato

 

Si tu microondas huele mal, prueba a añadir dos cucharadas de bicarbonato a la mezcla de agua con limón exprimido, cierra la puerta y programa dos minutos. Este producto una bestia para absorber cualquier olor, hasta los más desagradables.

 

Como en el truco anterior, acuérdate de secar el vapor condensado de las paredes con un paño cuando el tiempo acabe.