El debate sobre la 'okupación' ha vuelto. Y lo ha hecho con fuerza. Sin embargo, como ya te contamos en Uppers, no todo es okupación y en ocasiones la situación se soluciona rápidamente por ser una vivienda en uso (la habitual o incluso una segunda residencia) ya que la ley lo considera un allanamiento de morada. Un tipo de delito que se resuelve muy rápidamente.
Por otra parte, no todas las preocupaciones que llevan a colocar una alarma es la okupación. Si tienes claro que ese no es tu problema (porque es tu casa habitual) pero tu temor es la inseguridad de que entren a robarte artículos de valor (joyas, coche, moto, tecnología punta...) una alarma es claramente una herramienta de disuasión y control.
Por eso, antes de que te lances a instalar una alarma en tu hogar, hemos hecho un listado con los distintos tipos que puedes encontrar en el mercado en función de su GS o 'grado de seguridad' (del 1 al 4, siendo el 1 las menos seguras), del tipo de casa y del dinero que quieras gastar puntual o mensualmente.
A veces, la mejor opción para evitar a los cacos es disuadirlos con una alarma simulada. Se suelen utilizar, sobre todo, en chalets o en aquellas viviendas cuya fachada dé al exterior y los cacos puedan ver el aparato.
La apariencia, hoy en día, es bastante arcaica y, además, no está conectada a ninguna central ni hay nadie detrás para recibir el aviso. Lo peor: que los cacos ya conozcan los modelos de alarmas simuladas y no piquen en la trampa. Además, tener instalada este tipo de alarma significa que no existe una alarma 'de verdad', así que puede hacer el efecto contrario al que quieres conseguir. No obstante, las puedes encontrar en Amazon fácilmente desde 20 euros la unidad.
Este sistema sigue siendo una de las opciones más económicas y se puede adquirir en ferreterías o grandes almacenes. Consiste en un equipo que se instala directamente en la pared, va con baterías independientes y no está conectado a ninguna central. Lo único que hace, si detecta algún movimiento cuando está activada, es emitir un fuerte sonido cuya misión es ahuyentar al ladrón de cometer su fechoría. Sin embargo, este puede localizarla y desactivar el mecanismo fácilmente con un golpe o quitándole la batería.
Es una versión ya más avanzada de alarma, pero que aún tiene ciertas desventajas respecto a las que sí que tienen cuotas mensuales. Este tipo de sistemas también se pueden adquirir en grandes superficies o tiendas especializadas, incluyen varios sensores volumétricos para detectar el movimiento y se suelen instalar en todo tipo de viviendas pero, cuanta más superficie a proteger, mayor número de sensores a colocar.
Su funcionamiento es muy sencillo. Cuando localizan un movimiento sospechoso ejecuta dos acciones: por un lado emite una señal acústica potente y, por el otro, avisa al dueño a través del teléfono móvil de que algo está ocurriendo en el hogar. Para ello debe estar o bien conectada al WiFi del hogar o disponer de una tarjeta SIM (de pago) en el sensor principal. Ahora bien, ¿y si en el momento en el que te avisa no tienes cobertura o batería en tu teléfono móvil?
La principal ventaja respecto a otras es que, a la larga, sale más barata que las que veremos a continuación, porque con un único pago ya dispones de alarma, pero sin las funcionalidades extra que te aportan las que sí tienen cuota mensuales. Un modelo estándar con cinco sensores de movimiento ronda los 150 euros.
Hablamos ya de las alarmas que verás anunciadas en multitud de sitios. De empresas como Securitas Direct, Movistar Prosegur o ADT, cuyo funcionamiento es muy similar al apartado anterior solo que, en estos casos, al detectar un movimiento sospechoso o un corte de luz, se recibe un aviso en su central (CRA). Ahí, habitualmente hay dos opciones: el teleoperador llama al cliente para confirmar si está en casa y se trata de un error o si es un aviso positivo llama a la policía más cercana directamente.
La tipología de casas, en este tipo de alarmas, es indistinto. Las compañías suelen adaptar sus ofertas en función de los sensores que haya que instalar, pero las cuotas suelen rondar los 45 euros mensuales en los packs más básicos. Después hay añadidos como sistemas anti-inhibición, más llaves de bloqueo o más cámaras de vigilancia que encarecen la factura final.
También hay que tener en cuenta que en estas alarmas hay dos categorías: las que se instalan sin cables, inalámbricas, y las que sí que llevan una instalación física entre los distintos componentes. Las primeras antes eran menos seguras, pero ahora la mayoría se conectan entre sí mediante un sistema cerrado que los ladrones no pueden inhibir. Este tipo de alarma es, hoy en día, la más habitual y la que prácticamente todas las compañías van a recomendarte instalar debido a su sencillez y comodidad.
El segundo tipo de alarmas, cableadas, son ya menos frecuentes en los hogares gracias a los avances en tecnología inalámbrica y porque se evitan problemas adicionales. Por ejemplo, si el cable estaba visible, el ladrón podía, fácilmente, cortar la conexión de la alarma, mientras que si iba por dentro de la pared, requería obra, molestias y más gasto.
Además, algunas compañías también están ofreciendo, junto con la alarma tradicional, un sistema de detección de humo conectado a la central de alarmas para evitar sustos con descuidos en la cocina o en la parte de la casa donde esté instalado el detector.
Por último, las hay que también quieren evitar que el sistema deje de funcionar y, por ello, incluyen un SAI, una batería de energía que suministra luz a la alarma en el caso de que haya un corte malintencionado o por obras. De esta manera, la instalación está siempre operativa y segura.
Hoy en día, en el entorno tan competitivo que existe en el mundo de las alarmas, cada compañía intenta diferenciarse de su competencia con nuevas funcionalidades. Por ejemplo, las hay que ofrecen cámaras de vigilancia integradas en los sensores volumétricos instalados en las paredes. Cuando detectan movimiento sospechoso, comienzan a grabar. En otras ocasiones, al saltar la alarma, hacen varias fotos fijas para intentar retratar a los ladrones.
Además, para que sea considerada de grado de seguridad nivel 3 también debe tener una caja fuerte conectada a la central de avisos.
Este tipo de alarmas se utiliza sobre todo en negocios que tienen alta probabilidad de robo (farmacias, joyerías, gasolineras...) por lo que, en principio, no se recomienda para los hogares a no ser que haya piezas de mucho valor en su interior.
Este tipo de alarmas son las recomendadas para lugares como instalaciones delicadas, estratégicas, militares, lugares donde se guarden explosivos, etc. Tiene que llevar los mismos elementos que las de GS3, solo que han de ser verificadas y homologadas una vez son instaladas.