Encuentras a una persona, se presenta y, al cabo de cinco segundos te das cuenta de que has olvidado su nombre. Te avergüenzas tanto que no se lo vuelves a preguntar y, cuando le vuelves a ver, no hay manera de que recuerdes cómo se llama.
En realidad, no hay razón para avergonzarse, es algo que nos ha sucedido a todos. De hecho, es un fenómeno tan común que investigadores de la Open University, en Walton Hall, idearon un experimento solo para comprender por qué olvidamos los nombres propios con tanta facilidad.
Grosso modo, estos psicólogos llegaron a la conclusión de que olvidamos los nombres porque estos no tienen un significado para nosotros, como podría tenerlo una profesión, por ejemplo. Además, en el momento en que conocemos a una persona, estamos tan ocupados elaborando nuestra primera impresión sobre ella para poder adaptar nuestro comportamiento, que nuestros recursos cognitivos se saturan, literalmente.
Sin embargo, la mayoría de las personas esperan que los otros recuerden sus nombres por lo que nos resultaría muy ventajoso desde el punto de vista social aplicar algunas técnicas para recordar cómo se llaman. De esta manera, en nuestro próximo encuentro, le sorprenderemos gratamente y causaremos una excelente impresión.
Bien es cierto que existen numerosos trucos para aquellos que andan justos de memoria como repetir el nombre de esa persona durante la conversación, crear asociaciones con personas, objetos y animales, preguntar por el apellido para memorizarlo todo ya que el apellido es suele ser más único y, por encima de todo, no empezar una conversación diciendo que eres muy malo/a recordando nombres.
El truco de memoria proviene de Mario Marzo, quien junto a Dane protagonizan un divertido podcast con nombre '¿Quieres Ser Mi Amigo?'. En uno de los episodios Mario comenta que el truco lo extrajo de su padre que es profesor y a quien le costaba aprenderse el nombre de todos los alumnos y recordar el de aquellos que fueron a sus clases.
En este caso, su padre —Rafa— se encontró con un exalumno:
El vídeo, publicado en TikTok, acumula más de 19 millones de visualizaciones y 2,6 millones de 'me gusta', así que seguro que ya muchos lo están usando en sus conversaciones. Eso sí, cuidado porque su viralización podría desenmascararte.
Repite el nombre
¿Recuerdas cuando ibas a la escuela e intentabas memorizar las tablas de multiplicar? ¿Qué hacías? Seguramente las repetías en voz alta. Pues bien, podemos aplicar esa misma estrategia para fijar en nuestra memoria el nombre de una persona. Repítelo varias veces a lo largo de la conversación, obviamente, haz que suene natural. De esta manera, no solo memorizarás el nombre, sino que le caerás más simpático porque estás demostrando que te resulta importante.
Vale aclarar que se trata de un truco comprobado científicamente, se encargaron de ello psicólogos de la Universidad de Waterloo. Estos investigadores reclutaron a un grupo de estudiantes y les pidieron que memorizaran unas listas. La diferencia estribaba en que algunos debían memorizarla en voz alta y otros para sus adentros.
Como podrás suponer, el recuerdo era mejor en aquellos que podían repetir la lista en voz alta. ¿Por qué? Estos psicólogos consideran que la explicación radica en que cuando hablamos, nuestro cerebro procesa de manera diferente la información, dándole prioridad y, por tanto, haciéndola más memorable.
Asocia el nombre con alguna característica personal
En realidad, los nombres propios no tienen ningún significado, son como sílabas sin sentido y por eso nos resulta más difícil memorizarlos que recordar la profesión de la persona. Por tanto, una excelente estrategia para memorizar un nombre consiste en asociar esa palabra con alguna característica especial de la persona o de algún conocido. Por ejemplo, si se trata de un hombre con bigote, puedes asociar su nombre al de algún personaje que te resulte significativo que también haya llevado bigote.
Al hacer esto, estarás creando una red dentro de tu memoria, lo cual hará que el nombre sea más memorable. Imagina la memoria como si fuese un gran almacén, si colocas dentro un nombre, en el primer estante que encuentras, es probable que después no seas capaz de encontrarlo. Sin embargo, si está todo organizado, formando conexiones, sabrás cómo llegar a ese nombre con facilidad.
Diviértete con el nombre
Solemos recordar mejor las cosas que nos resultan divertidas. Diversos estudios han demostrado que el sentido del humor nos ayuda a recordar mejor, uno de los más recientes fue realizado en la Universidad de Texas. En esa ocasión, reclutaron a un grupo de estudiantes que querían aprender inglés. Durante una semana, con unos usaron el material gramatical clásico y con otros aplicaron una dosis de humor. Los psicólogos pudieron apreciar que después de un mes, los estudiantes a los cuales se les dieron clases divertidas, recordaban gran parte del contenido.
¿Cómo aplicar esta idea para recordar un nombre? Toma el nombre y diviértete con él, imagina situaciones extrañas y ridículas. Por ejemplo, si el nombre que quieres recordar es César, puedes imaginar a esa persona vestido como el emperador romano. El único límite es tu fantasía.