Las habituales turbulencias en vuelo son un fenómeno común pero a menudo inquietante para la mayoría de pasajeros. En los últimos años, se ha observado un aumento en la frecuencia e intensidad de este fenómeno en varias rutas aéreas alrededor del mundo. Este fenómeno, según los expertos, se debe en gran parte al cambio climático y sus efectos sobre la atmósfera. Como no todas las zonas del aire tienen las mismas turbulencias, conviene saber cuáles son los vuelos más susceptibles a turbulencias y por qué.
Existen investigaciones recientes que han demostrado que el cambio climático está jugando un papel crucial en el aumento de las turbulencias en vuelo. Un estudio realizado por la Universidad de Reading en Inglaterra ha demostrado que el aire más cálido causado por las emisiones de CO2 a la atmósfera está intensificando la cizalladura del viento en las corrientes en chorro, lo que provoca la aparición de turbulencias más frecuentes y con mayor virulencia de lo habitual. Estos cambios han desembocado en un incremento importante de este fenómeno en distintas rutas aéreas sobre Estados Unidos, el Atlántico Norte, Europa, Oriente Medio y el Atlántico Sur.
Existen áreas geográficas que son particularmente más susceptibles a albergar turbulencias debido a su geografía y condiciones climáticas. Por ejemplo, zonas montañosas, como los Andes, los Pirineos y los Alpes, son conocidas por la turbulencia orográfica o de "onda de montaña", donde la masa de aire se ve forzada a ascender al encontrarse con una montaña, causando después turbulencias al descender a su altura ‘normal’. Además, la zona de convergencia intertropical cerca del ecuador, donde convergen los vientos alisios de ambos hemisferios, puede generar nubes de gran altura que afectan a los vuelos con turbulencias. Las rutas aéreas que pasan por estas zonas, incluidas algunas hacia Estados Unidos y Europa, son propensas a experimentar turbulencias.
Un análisis de la plataforma Turbli.com, que predice turbulencias en vuelo, ha desvelado un ranking de los aeropuertos con mayor incidencia de turbulencias en 2023. Se ha dado un radio de 100 kilómetro alrededor de cada uno, y una altura de 4.000 metros. Además, la medida va determinada por la fuerza de la turbulencia, que se considera ligera de 0 a 20, moderada hasta 40, severa hasta 80 y extrema hasta un máximo de 100. Los aeropuertos en esta lista son los siguientes:
Estos aeropuertos se encuentran en regiones propensas a turbulencias debido a su ubicación geográfica y a las condiciones atmosféricas específicas de cada área.
Las turbulencias en vuelo pueden estar provocadas por varios factores. Aparte de las turbulencias orográficas mencionadas anteriormente, las nubes de desarrollo vertical y las tormentas también son causas comunes. En particular, las turbulencias de aire claro, que ocurren en cielos despejados y son invisibles e impredecibles, representan un desafío significativo para la seguridad aérea. Estas turbulencias son especialmente graves en regiones montañosas y cerca de tormentas intensas.
El aumento de la cizalladura del viento en las corrientes en chorro, un efecto del calentamiento global, también contribuye a este fenómeno. Las rutas de vuelo sobre océanos, como el Atlántico Norte, son especialmente vulnerables a este tipo de turbulencia, y han experimentado un incremento notable en su duración e intensidad en las últimas décadas.
Las aerolíneas y los pilotos emplean diversas estrategias para gestionar las turbulencias y minimizar su impacto en los pasajeros y la aeronave. La tecnología moderna juega un papel crucial en este aspecto. Por ejemplo, los satélites meteorológicos proporcionan datos valiosos sobre el movimiento de las nubes y las condiciones atmosféricas, mientras que los radares meteorológicos en los aviones ayudan a detectar y evitar áreas de turbulencia intensa. Además, la comunicación constante entre pilotos y controladores aéreos asegura que la información sobre las turbulencias se comparta y se utilice para ajustar las rutas de vuelo en tiempo real.
Las aerolíneas también invierten en tecnología que puede ayudar a mitigar el efecto de las turbulencias. Por ejemplo, algunos aviones modernos están equipados con un "modo de turbulencia" que ayuda a navegar a través de áreas turbulentas de manera más suave y confortable para los pasajeros.
Para los pasajeros, las turbulencias pueden ser una experiencia desagradable, pero hay medidas que pueden tomar para reducir su incomodidad y el riesgo. Mantener siempre abrochado el cinturón de seguridad, incluso cuando el signo de cinturón no está encendido, es una de las medidas de seguridad más eficaces para prevenir posibles problemas que vengan acompañados de turbulencias. Además, es aconsejable seguir las instrucciones de la tripulación de cabina y evitar moverse por el avión cuando se anticipan o experimentan turbulencias.