Hay dos cosméticos imprescindibles para evitar los signos del envejecimiento, tanto en hombres como en mujeres. El más conocido, sobre todo en verano, es el protector solar; el que es imprescindible, aunque no salgamos de casa, es una buena crema hidratante, adaptada a las necesidades de nuestro tipo de piel.
La hidratación de la crema va a depender en gran parte de las propiedades de sus principios activos. El ingrediente cosmético por excelencia para mantener la hidratación cutánea es el ácido hialurónico, un compuesto capaz de retener mil veces su peso en agua, una propiedad muy valiosa tanto para hidratar como para evitar la aparición de arrugas.
El ácido hialurónico se encuentra de forma natural en el cuerpo humano, fundamentalmente en la piel, en los cartílagos y en las articulaciones. En la epidermis, su función es mantener la hidratación y el aspecto jugoso de la piel. En la juventud, los niveles de ácido hialurónico natural son muy altos. Sin embargo, con los años, perdemos la capacidad de sintetizar esta molécula, dando paso a las arrugas, la deshidratación y la flacidez. Por esta razón, usar sérums y cremas con ácido hialurónico es un aliado imprescindible para tener una piel saludable.
La principal ventaja de este principio activo es que es muy versátil y no presenta contraindicaciones ni molestos efectos secundarios. Tampoco hay que probar el nivel de tolerancia, al contrario de lo que, por ejemplo, ocurre con el retinol.
El ácido hialurónico es apto para todo tipo de pieles y se puede incluir en el 99% de las rutinas. Hay que tener en cuenta que los procesos de envejecimiento cutáneo empieza alrededor de los 30 años. Por tanto, si queremos evitar o retrasar los primeros signos de la falta de hidratación (arrugas, surcos, falta de luminosidad, entre otros), es aconsejable incluir en la rutina de belleza productos con ácido hialurónico a partir de la treintena.
Al no tener efectos secundarios ni activarse en un momento determinado del día (algunos medicamentos y cosméticos son más eficaces de noche), se puede usar por la mañana o por la noche y no ofrece ningún tipo de contraindicación. Es una opción para esas noches que no usamos transformadores como el retinol y durante el día por su poder hidratante y efecto flash. Se puede aplicar todo el año, pero es imprescindible cuando bajan las temperaturas, ya que el frío reseca la piel.
Existen diversos tipos de ácido hialurónico. En cosmética se usan dos: de alto y de bajo peso molecular. El ácido hialurónico de alto peso molecular es una molécula más grande, lo que hace que se quede en la superficie cutánea y que tenga efecto hidratante. El de bajo peso molecular penetra en las capas más profundas de la piel y tiene mayor efecto antiaging.
En muchos productos de belleza se utiliza una combinación de ambos para conseguir el doble efecto. Además, es importante ver el formato del producto: sérum, crema o ampollas. El sérum es el más concentrado, por lo que es ideal sis buscamos un efecto rápido.
El ácido hialurónico evita la deshidratación, rellena los pequeños surcos de la piel y mejora su aspecto. Si tu piel tiende a sufrir tirantez y molestias por la deshidratación, notarás gran mejoría porque ayuda a reparar y calmar.
Sobre los efectos a largo plazo, como en todos los tratamientos de belleza, la constancia es importante. Aplicado a diario, verás cómo las líneas de expresión y las arrugas se van suavizando, logrando un aspecto más luminoso, fresco, y, en definitiva, joven.
El ácido hialurónico presente en cremas, ampollas o sérums es distinto al usado en medicina estética. Este último tiene otras concentraciones y se aplica mediante infiltraciones para rellenar y corregir imperfecciones. Es una molécula modificada, más insoluble y duradera, que facilita su permanencia en el tejido cutáneo, entre cuatro y 12 meses. Las infiltraciones siempre deben ser realizadas por un profesional de la medicina estética.