Tres formas de remodelar la figura sin cirugías y sin arruinarse

  • Cada vez existen más tratamientos no invasivos eficaces y asequibles para una demanda que no deja de crecer, algo lógico si tenemos en cuenta que el grueso de la población lo componen los mayores de 50

  • El tratamiento con cupping o ventosas favorece la circulación sanguínea, reduce las arrugas, mejora los tejidos cicatriciales y deja la piel más firme

  • El coolsculpting permite congelar las células grasas subcutáneas para que el cuerpo pueda eliminarlas fácilmente de manera natural.

Ocurre tanto a hombres como a mujeres. A pesar de la dieta y los cuidados, a partir de una edad, en torno a los 50, es frecuente que la figura cambie, aunque estemos en nuestro peso. En ese caso, existen numerosos tratamientos para recuperar el tono y las formas perdidas. Y lo mejor: tratamientos no invasivos eficaces y asequibles para una demanda que no deja de crecer, algo lógico si tenemos en cuenta la pirámide poblacional en la que el grueso de la población lo componen los mayores de 50.

Para los que estén pensándose si deben o no apoyar la dieta y el ejercicio con algún tratamiento de apoyo, pasamos revista a los tres más eficaces.

Cupping, la ventosa que acaba con la flacidez

Si lo que queremos es lograr una piel más firme, el cupping puede ser lo más adecuado. Se trata de una técnica de masaje en la que la piel es aspirada por dos copas de silicona. Este tratamiento favorece la circulación sanguínea, reduce las arrugas, mejora los tejidos cicatriciales y deja la piel más firme.

Puede complementarse con sesiones de crioterapia para dejar la piel aún más firme. El uso de ventosas calientes es habitual en la medicina tradicional china. En este caso, las ventosas no necesitan ninguna llama; simplemente se pasan de manera manual por las zonas que queramos afinar. El masaje completo, de una hora de duración, cuesta en torno a los 70 euros.

Coolsculpting: el tratamiento que llegó del frío

Muchas son las propiedades terapéuticas que se conceden al frío, especialmente al agua fría; entre ellas, la mejora del sistema inmune. En el mundo de la estética, el frío también ha llegado para quedarse. El coolsculpting es un programa de adelgazamiento que parte de una técnica revolucionaria llamada criolipolisis. Esta técnica permite congelar las células grasas subcutáneas para que el cuerpo pueda eliminarlas fácilmente de manera natural.

No puede aplicarse en todas las zonas del cuerpo, sino en solo aquellas que queramos reducir. El aparato de coolsculpting 'aspira' las zonas grasas, por ejemplo, el vientre o los flancos, a una temperatura de -11 grados. Se trata de un tratamiento rápido, seguro e indoloro, aunque después de cada sesión la zona tratada queda algo adormecida. Es importante hidratarse bien después de cada sesión para favorecer la eliminación de la grasa. Los primeros resultados se ven a las seis semanas

Radio-frecuencia rotativa: la celulitis se funde

Esta técnica utiliza ondas de alta frecuencia que producen calor. En cada sesión, es necesaria la aplicación de un conductor térmico, normalmente glicerina, que ayuda a que las ondas penetren en la piel. Después de la sesión, se masajean las zonas a tratar (flancos, caderas, muslos o rodillas) con movimientos circulares.

La temperatura es importante en este tratamiento: 41 grados para estimular la producción de colágeno y 43 para hacer fundir la celulitis. Es un tratamiento agradable en líneas generales, aunque depende de lo sensibles que seamos a las altas temperaturas. Se acaba con una crema reductora y un sérum anti-celulítico. Los resultados son claramente visibles entre seis y ocho sesiones, y el precio ronda los 100 euros por una hora de tratamiento.