Quien esté o haya estado libre de granos, que tire la primera piedra. Los granos, además de un incordio antiéstico, pueden esconder algunos problemas de salud tanto de tu como de los tuyos. Para saber qué ocultan, importa tanto el tipo como el color y la ubicación donde aparece la lesión.
Es el grano más común. Son los típicos que salen con la menstruación, y por tanto se pueden reducir con tratamientos hormonales como la píldora, aunque depende de cada persona. Hay también otros motivos por los que nos pueden salir. Puede ser por un consumo excesivo de chocolate, fritos o embutido. Por lo tanto si somos propensos a que nos salgan, nos tocará evitar comer estos alimentos demasiado a menudo.
También pueden aparecer por estrés, ansiedad y cuadros depresivos, incluso en épocas que dormimos menos o no descasamos lo suficiente. Para tratarlos lo mejor es seguir una rutina de limpieza de la cara y también del pelo. Usar jabones poco grasos y tener la piel siempre hidratada con productos recomendados para tu tipo de piel. Para esto, es imprescindible el consejo de un dermatólogo.
Son lesiones pequeñas con la punta blanca. Son más comunes en los hombres que en las mujeres, sobre todo tras el afeitado. Pueden salir en cualquier parte del cuerpo. Pueden deberse a la suciedad ambiental o a que te hayas tocado la cara con las manos sucias, a una alimentación grasa, a la pubertad o, en las mujeres, al periodo.
Si aparecen en la línea del cabello seguramente estés aplicando el champú o acondicionador demasiado cerca de la cara. Si es en la zona T (nariz y frente), puede deberse al estrés. Por el contrario en la barbilla se asocian a la menstruación y en los alrededores de la boca a la alimentación.
Se producen por un exceso de células muertas que hacen que se tapone el poro de la piel. Si vives en una zona con mucho polvo o contaminación, o usas demasiado maquillaje, y no te lavas bien la cara a diario, es normal que aparezcan. Busca un limpiador, crema y desmaquillante acordes a tu tipo de piel y exfóliate cada siete o diez días.
Se trata de una protuberancia bajo la dermis que puede ser dolorosa. Se forman a partir de la inflamación de un folículo piloso o de un traumatismo cutáneo. Los más peligrosos se llaman foliculitis profunda, cuyo origen es un quiste mal curado. Ante un quiste, lo mejor es acudir al dermatólogo.
Son granitos pequeños blancos parecidos a las espinillas. Les salen sobre todo a las personas con piel grasa. Lo peor es que, a diferencia de otras lesiones, no pueden quitarse en una limpieza de cutis. Lo mejor es limpiar la cara y exfoliar de vez en cuando para que el poro respire.
Para tratarlos, los expertos suelen recomendar una crema con retinol, salicílico o ácido glicólico para reducir el grosor de la capa córnea de nuestra piel.
Además del tipo de grano, importa dónde aparecen, ya que ayudará a conocer el origen del problema.