El bótox o toxina botulínica supuso hace unos años una revolución en el tratamiento del envejecimiento facial. Y no solo eso, también ha servido para otros objetivos médicos, como la sudoración excesiva, el estrabismo, la vejiga hiperactiva, la espasticidad de los miembros superiores e incluso para las migrañas. Ahora, llegamos a un nuevo estadio con la reciente aprobación por la FDA de Daxxify, una toxina botulínica con características propias.
Daxxify es un tratamiento inyectable que ofrece beneficios similares a los del bótox con una duración mayor. Los efectos de Daxxify, según explican sus creadores, pueden durar entre seis meses y un año.
Se trata de una neurotoxina que paraliza la actividad muscular allí donde se inyecte. Así, se impide que siga estando activa y, por tanto, previene la formación de arrugas causadas por la repetición de movimientos.
La diferencia respecto a otros tratamientos es que la toxina de Daxxify que paraliza el músculo va asociada a una proteína. Esta proteína ayuda a prolongar el efecto sobre la actividad muscular. El resultado: más duración y menos necesidad de retoques.
La principal diferencia entre el Daxxify y el Bótox es la duración. Si la toxina botulínica dura entre cuatro y seis meses, Daxxify es efectivo de seis a ocho meses. Sus mayores defensores insisten en que puede llegar a casi un año.
Pero, además, hay otras diferencias que lo separan del Bótox:
Por último, los estudios sugieren que cuando pierde efectividad es menos visible. Con otras neurotoxinas, al final de su vida útil, se ve una demarcación en la zona inyectada. Daxxify evoluciona de manera más sutil, lo que es bueno para quienes buscan la naturalidad en sus tratamientos.
Como siempre que se acude a un tratamiento inyectable, hay que evitar al menos durante diez días los medicamentos anticoagulantes y que favorezcan sangrados o hematomas. Entre ellos, el ácido acetilsalicílico, pero también sustancias menos conocidas, como el aceite de pescado y algunos multivitamínicos.
También hay que abstenerse de tomar alcohol, al menos la noche previa a la intervención para evitar los hematomas o exceso de sangrado, ya que el alcohol es un vasodilatador.
Una sesión con esta toxina es similar a la de otros inyectables. Después de definir las zonas que queremos tratar, se inyecta la sustancia y se hace una revisión a las dos semanas para ver que el resultado es simétrico y no hay ningún problema.
La aguja que se utiliza para hacer este tratamiento es prácticamente indolora, más aún si se ha utilizado antes una crema anestésica. ¿Por qué es necesario esperar dos semanas para comprobar el efecto real? A veces la toxina no actúa inmediatamente si el músculo es muy activo. En condiciones normales, los músculos se verán cada día más relajados, al tiempo que las arrugas producidas por esos movimientos se van desvaneciendo.
Si se inyecta en el área incorrecta, por ejemplo, en la zona del entrecejo, podemos acabar con el párpado caído. Por esta razón, siempre hay que asegurarse de que estamos ante buenos profesionales.
Otros efectos secundarios entre los pacientes que se han tratado con neurotoxinas son los dolores de cabeza, aunque es un efecto secundario cada vez menos frecuente.
En principio, Daxxify trae buenas noticias tanto a los pacientes como al sector médico. Pero algunos profesionales recomiendan cierta cautela, sobre todo si no nos hemos sometido a ningún tratamiento con neurotoxinas. Es mejor en ese caso ser prudente y empezar con el bótox para probar. Y si se está satisfecho con el resultado, se puede pasar al Daxxify, la siguiente 'pantalla' de los tratamientos inyectables.