Crecer siendo adulto u operarse para ser más alto: 10.000 euros por centímetro
Los varones de entre 25 y 40 años con alto poder adquisitivo son los principales pacientes en este tipo de operaciones
Un clavo magnético fijado al hueso y controlado por control remoto facilita la elongación del hueso
Puede llegar a crecerse hasta 16 centímetros en un periodo de dos años
Las operaciones de cirugía estética comienzan a ser habituales en Europa. Y no sólo para corregir defectos. Liposucciones, aumento o disminución de pecho, rinoplastias, blefaroplastias, liftings... El catálogo se va ampliando y ahora llega una nueva operación cuyo objetivo es ganar altura, algo que hasta ahora parecía imposible. ¿En qué consiste esta nueva intervención y quiénes la demandan?
El prestigio de los altos
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Operarse para ser más altos no es totalmente nuevo. En China y Japón, la intervención lleva realizándose hace años; ahora, son los Estados Unidos el país donde más se realiza, especialmente desde la pandemia. Y todos los pacientes tienen un denominador común: son ricos y proceden, en su mayoría, de los mismos sectores profesionales, particularmente del mundo de las finanzas y de las tecnológicas.
El perfil más habitual es el de un varón de entre 25 y 40 años, con una buena carrera profesional por delante y mucha vida social. Las razones que les llevan a operarse son de distinta índole, desde los que quieren superar un complejo por su baja estatura a los que quieren 'crecer'. ¿Por qué? Porque para muchos, el éxito está asociado a un canon físico en el que la altura es un valor importante. En otras palabras, ser alto llevaría implícitas otra serie de capacidades que conducen a una vida exitosa.
¿En qué consiste la operación?
En España hay pocos hospitales donde se realice la operación con fines meramente estéticos. La intervención se llama elongación ósea u osteogénesis por distracción y fue creada originalmente para tratar a personas con algún tipo de displasia o alteración ósea, como por ejemplo la acondroplasia ('enanismo', en lenguaje coloquial), para corregir alguna diferencia de tamaño entre miembros o para tratar alguna enfermedad genética, como la osteogénesis imperfecta o huesos de cristal.
La operación es tremendamente compleja. En primer lugar, se fracturan los huesos de la pierna (tibia o fémur, o incluso ambos) de manera controlada a través de una osteotomía. Es un proceso delicado en el que no puede fallar la vascularización del hueso. Después, se introduce un clavo electromagnético fijado con tornillos en el hueso seccionado.
Días después comienza la fase de alargamiento o 'distracción'. Siguiendo indicaciones médicas, el paciente utiliza un mando de control remoto que hace que el tornillo se desenrosque, alargando el hueso poco a poco. Lógicamente, el ritmo de crecimiento depende de cada individuo; por su parte, todo el proceso debe estar supervisado por el traumatólogo.
¿Cuánto se puede crecer?
Lo habitual es que se crezca un milímetro por día, aunque depende de cada caso. En casos de éxito, se puede llegar a crecer hasta 16 centímetros, lo que distingue esta técnica de las operaciones anteriores, en las que el crecimiento rondaba los cinco centímetros.
Para alcanzar esos 16 centímetros extras, se requiere un periodo de dos años en los que el paciente debe ser riguroso con las sesiones de fisioterapia, necesarias para el crecimiento correcto del hueso. Si surgen complicaciones, no se continúa con el proceso de alargamiento para no interferir en la funcionalidad de la pierna.
El proceso finaliza cuando el hueso se ha regenerado por completo y está en condiciones de mantener al paciente en pie. Normalmente, el postoperatorio es de unos seis meses.
Al alcance de pocos
Crecer cuando ya no estamos en edad tiene un coste: hasta 10.000 euros por centímetro, según el tipo de operación. Por tanto, se trata de una intervención al alcance de muy pocos bolsillos. En España, apenas hay diez casos de pacientes que se hayan sometido a la intervención. No solo hace falta tener dinero, sino tiempo y paciencia porque los resultados no son inmediatos.
Lo esperable es que, conforme la técnica de la intervención avance, el proceso sea menos complejo, más seguro y con costes más moderados. Hasta entonces, ganar altura siendo 'talluditos' seguirá siendo una misión casi imposible.