¿Tienes la piel regular por la quimio? Principios activos que sí te ayudan y otros que debes evitar
La piel sufre con los tratamientos médicos; repararla y ayudarla a mantenerse bien puede ser un potente aliado en la lucha contra el cáncer.
El sol y los tratamientos contra el cáncer están contraindicados: el protector solar siempre debe ser FPS50+ UVB UVA de amplio espectro
Si hay tratamientos de quimio o radioterapia, la propia toxicidad del tratamiento hace que la epidermis se reseque y se produzcan alteraciones cutáneas, como eczemas, manchas e incluso ciertos tipos de acné
Verse bien durante un momento crítico puede ayudar a la recuperación de cualquier enfermedad. Hoy se celebra el Día del cáncer de mama y son muchas las mujeres que están pasando o pasarán por ese trance. Vamos a fijarnos en la parte estética: ¿debemos continuar con la rutina habitual? La pie sufre y cambia con los tratamientos médicos. Repararla y ayudarla a mantenerse bien puede ser un potente aliado en la lucha contra el cáncer.
Piel más frágil y propensa a irritaciones
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La piel de un paciente de cáncer es más sensible que la de una persona sana. Si hay tratamientos de quimio o radioterapia, la propia toxicidad del tratamiento hace que la epidermis se reseque y se produzcan alteraciones cutáneas, como eczemas, manchas e incluso ciertos tipos de acné. El resultado es que las cremas, limpiadoras, geles o exfoliantes que antes no producían daño ahora sí sean agresivos.
La quimioterapia, además, produce mayor sensibilidad en la mucosa de la boca, por lo que es frecuente la aparición de llagas, aftas e infecciones por hongos. Lo mismo ocurre en la zona genital y anal, con mayor tendencia a las fisuras y hemorroides. Por último, cuando el tratamiento va acompañado de una menopausia precoz puede darse sequedad vaginal, lo que altera la vida sexual de las pacientes.
Protector solar, siempre
Los tratamientos oncológicos y el sol se llevan mal. En el caso de una enferma de cáncer de mama que recibe quimioterapia, lo habitual es que se desarrolle fotosensibilidad. Esto implica que pueden aparecer manchas en la piel, especialmente en cara y manos, las áreas más expuestas.
Por tanto, la protección solar diaria es obligatoria después de la hidratante habitual. El protector solar siempre debe ser FPS50+ UVB UVA de amplio espectro. No podemos olvidarnos de renovar su aplicación a lo largo del día, y escoger formulaciones indicadas para pieles sensibles con filtros minerales o físicos para evitar las dermatitis de contacto.
Evitar el retinol y los ácidos
Debemos evitar tratamientos agresivos, ya sean retinoles o cualquiera de sus derivados. Tampoco son buenos los renovadores y despigmentantes ni ningún tipo de ácido, ya sean alfahidroxiácidos, como el ácido glicólico, ni beta hidroxiácidos, como el ácido salicílico.
La razón es que si irritamos la piel podemos propiciar la aparición de nuevas manchas. Durante los tratamientos oncológicos, solo se debe hidratar mañana y noche sobre piel limpia y con productos reparadores, no comedogénicos, indicados para pieles sensibles. ¿Qué debemos evitar? Fragancias, alcohol, conservantes y aditivos.
Sí a la vitamina C
Si hay principio activo que debe entrar en la rutina de las pacientes de cáncer es la vitamina C por su altísimo poder antioxidante. Los cosméticos que se usan durante la enfermedad oncológica deben hidratar, reparar y regenerar, facilitando la producción de colágeno y elastina.
Aparte de la vitamina C, destacan los a-Oligosacáridos, prebióticos naturales que fortalecen la barrera protectora de la piel. El Omega 3, la vitamina E y el trocoferol son también potentes activos que regeneran la epidermis, al tiempo que estimulan la producción de colágeno y elastina, proteínas esenciales para el mantenimiento de una piel firme, tersa e hidratada. No solo ayudan durante las terapias anti-cáncer, sino que son eficaces herramientas contra el envejecimiento.
¿Y los parabenos?
Son unos excelentes conservantes frente a hongos, levaduras y bacterias, por lo que son muy empleados tanto en cosméticos como en medicamentos de uso tópico y oral. Pueden causar dermatitis de contacto alérgica, por ello las concentraciones permitidas son muy bajas y no deben causar problemas.
Sin embargo, en el caso de las pacientes oncológicas es mejor mantenerlos a distancia. Algunos estudios publicados hace años hablaban de una interrelación entre los parabenos y el desarrollo de tumores hormonodependientes. A día de hoy, no hay confirmación y las autoridades sanitarias no han prohibido su uso. En el caso de pacientes inmunodeprimidos, algunos expertos señalan que es mejor evitarlos en la medida de lo posible.