El universo cosmético va camino de convertirse en galaxia. Ya no hay solo productos para piel seca, grasa o mixta; las patas de gallo se declinan en una variedad que va de las 'primeras arrugas' hasta las 'arrugas rebeldes'; las zonas más olvidadas, como el cuero cabelludo, ya tienen sus propios productos de tratamiento... El catálogo beauty crece y crece. Y los consumidores, compramos y compramos... ¿Hasta qué punto adquirimos lo que necesitamos? ¿Y cuánto estamos pagando por ello?
Sobre estas preguntas gira 'Manual de cosmética aplicada' (Libros Cúpula), una guía práctica escrita por Héctor Núñez Blanco, más conocido en redes como Cosmetocrítico (IG @Cosmetocrítico). Este farmacéutico especializado en Industria Cosmética, premiado como uno de los mejores divulgadores profesionales en redes, logra combinar en su primer libro el rigor científico, la transparencia y el humor. Nadie mejor que él para analizar los secretos de los cosméticos y descubrir qué y qué no pueden hacer por nosotros, cuál es su valor real y lo que nunca deberían costarnos.
El primer mandamiento de la belleza es la limpieza de la piel, así que hacerse con un producto que limpie y sea capaz de eliminar el último resto de maquillaje es obligatorio. La mayoría de los limpiadores están compuestos principalmente de grasas porque la grasa, paradójicamente, es lo que mejor limpia los restos sebáceos de distinto tipo.
Los limpiadores, especialmente los que se venden como aceite o bálsamo, no son baratos. "Cuesta encontrar opciones económicas. 20 euros sería un tope adecuado", explica Héctor Núñez Blanco, quien se muestra escéptico con la publicidad de estos productos. "Si el aceite o bálsamo te cuenta las mil maravillas de sus aceites exóticos y con ello justifica el precio, pasa de él. Es un producto de limpieza que vas a retirar de tu piel, y a tu desagüe los aceites exóticos se la pelan. Los cambios en cosmética se producen en espacios de dos meses, por lo que es muy raro que recuerdes cómo estabas el día cero", asegura.
Este tipo de productos suelen ir destinados a las pieles maduras, un target, en principio, con mayor poder adquisitivo. Al margen de sus consumidores, la cosmética más 'potente' también tiene principios activos más exclusivos, a menudo producto de años de investigación.
Por estas razones, son los cosméticos más caros, aun así no hay que arruinarse. "Aunque dependerá de la cantidad de ingredientes con chicha que lleven y de su volumen —suele rondar entre los 30 y 50 mililitros—, un rango de precio óptimo estaría en torno a los 30-40 euros", explica el Cosmetocrítico.
Para muchos expertos, el único cosmético realmente imprescindible para todas las edades y todos los sexos es el protector solar. El sol es el responsable directo del envejecimiento de la piel. No se trata de demonizar los baños de sol, los necesitamos para procesar la valiosa vitamina D, cuya carencia provoca osteoporosis, pero sí debemos limitar los rayos de sol en la cara con un buen filtro solar.
¿Cuáles son los mejores? "Los filtros solares se utilizan en altas concentraciones (con unas máximas permitidas) para obtener valores de protección elevados", señala el experto. En su opinión, no es un producto de precio exageradamente alto. "Depende de su filtro, pero su precio no es disparatado (tampoco son céntimos), el problema es la cantidad que hay que usar", advierte Héctor Núñez. Para que sea realmente efectivo, en la playa habría que protegerse cada dos horas. En invierno, en un día al aire libre, entre dos o tres veces. Es decir, es un cosmético con mucho uso que hay que reponer con frecuencia. ¿Su precio justo? "Un fotoprotector por 20 o 30 euros está más que bien pagado. ¿Que no puedes irte a esos precios? En el supermercado hay solares que te van a proteger igual, aunque las texturas quizá no sean tan agradables", señala.
El precio de algunos contornos de ojos puede dejarnos (nunca mejor dicho) 'ojipláticos'. Por una parte, son productos más dirigidos al consumidor maduro de mayor poder adquisitivo, aunque su uso cada vez se adelante más. Por otra, prometen lograr algo difícil como es borrar el paso de los años en una zona tan delicada como la delgada piel alrededor de los ojos. Para ello, se impone la búsqueda de ingredientes exclusivos.
¿Todo eso justifica sus altos precios? "Aquí es donde las marcas obtienen más margen. El volumen del producto es inferior que el de un sérum, normalmente 15 milímetros. Pero saben que tarda en consumirse, ya que se utiliza poca cantidad. Por ello, puedes ver contornos de ojos a precios que se te salen de las órbitas. Todo esto teniendo en cuenta que sea algo más allá de un contorno de ojos hidratante", señala el experto, quien nunca se gastaría más de 20 o 30 euros "para uno con tratamiento, aunque te va a durar bastante", asegura el Cosmetocrítico.