Hombres y mujeres, que a diario se ven sometidos al juicio del público por la fama que han alcanzado, confían en la cirugía y en tratamientos estéticos como si fuera su tabla de salvación. Los años con sus arrugas y la flacidez de la piel, una nariz prominente, la caída del cabello, falta de luminosidad en el rostro, patas de gallo… son supuestas imperfecciones que se pretenden corregir. En Uppers repasamos cuáles son los retoques estéticos más comunes de los famosos.
Presentadores, artistas, actores, cantantes, políticos y deportistas de élite quieren sentirse y verse guapos porque no va con ellos eso de dejar las cosas como las creó la naturaleza o que cumplir años muestre sus efectos. La cirugía estética ha evolucionado hasta tal punto que puede transformar a una persona normal en una belleza de la Grecia clásica perfectamente proporcionada siempre que se tenga suficiente dinero para pagarlo. En principio, menos algunos, los que han alcanzado la fama no se han vuelto locos, ni quieren cambios drásticos ni extremos.
Actualmente se prefiere apostar por procesos, operaciones o tratamientos simples, sutiles, naturales y equilibrados con los que marcar una diferencia o recuperar unos años. Según los expertos en este campo, la franja de edad que más demanda los tratamientos estéticos se encuentra en torno a los 40 y los 50 años. En muchos de ellos tan solo se emplea el ácido hialurónico o el Botox que se reabsorbe en unos cuatro o seis meses.
Estos son los retoques estéticos más habituales de los famosos:
Son tratamientos que aportan principalmente mucha hidratación. Se suelen llevar a cabo con la aplicación de ácido hialurónico no reticulado con la finalidad de redensificar, aportar brillo, jugosidad, elasticidad y firmeza que en definitiva es todo lo que se consigue con una hidratación en profundidad. Se inyecta con micro agujas o una cánula de relleno de distinta densidad para recuperar los pómulos, redefinir el mentón y el óvalo facial, corregir las pequeñas arrugas que se forman sobre el labio superior y para perfilar los labios sin aportarles volumen.
Es habitual que los hombres apuesten por la implantación de la toxina botulínica o Bótox® como recurso para prevenir y tratar las arrugas de la frente, de las líneas de expresión del entrecejo y de las zonas que rodean a los ojos, el área periocular o las llamadas “patas de gallo”. Con esta toxina se logra naturalidad y mayormente se reduce ese aspecto de cansancio en el rostro y en la mirada. El infiltrado se lleva a cabo en unos 10 o 15 minutos mediante una aguja extrafina y los resultados se aprecian a los tres días. Brad Pitt es uno de los actores de Hollywood que ha recurrido a este tipo de tratamientos para eliminar las líneas de expresión.
El lifting facial se lleva a cabo realizando unas incisiones mínimas por dentro de la línea del cabello y tras el lóbulo de las orejas. En caso de ser necesario se continua hasta la nuca. Son áreas donde las cicatrices quedan camufladas. Tras las incisiones se estira la piel, se secciona la que sobra y se cose con puntos de cirugía plástica de modo que se nota lo mínimo. El cantante español Raphael reconoció a los medios de comunicación que se había realizado un lifting para intentar frenar los efectos del envejecimiento en su rostro.
En este caso se puede emplear ácido poliláctico, un compuesto que se reabsorbe, que actúa como estimulador de colágeno sin aportar volumen, como sucede a veces con el Botox, y dota de una firmeza mucho mayor y más brillo e hidratación. Un recurso son los hilos tensores para afinar la mirada, convertirla en “felina” o directamente eliminar las arrugas con unos resultados que duran entre 6 y 12 meses. La técnica consiste en infiltrar hilos tensores.
Se lleva a cabo desde la parte exterior de la ceja hacia la sien bajo la piel con unos hilos de polidioxanona o ácido poliláctico para recolocar y elevar las cejas unos milímetros. Se inyectan con aguja o microcánulas de tal manera que, una vez dentro, se retira esa aguja o la microcánula, quedando dentro el hilo. Para ello es necesario poner anestesia local. Estos hilos tensores consiguen un efecto de compactación y recolocación de los tejidos. La duración del efecto es inferior a un lifting quirúrgico, pero se evita entrar en un quirófano y es menos doloroso.
El objetivo es marcar más la mandíbula y aumentar el mentón. Se busca dotar de mayor rudeza a las facciones y ello se puede realizar sin cirugía y con rellenos faciales, también empleando ácido hialurónico o hidroxiapatita cálcica (conocida como Radiesse ®). Otra posibilidad es dotar de una mayor angulosidad al rostro. Para ello se realiza una bichectomía. Consiste en extraer las bolsas de grasa interiores de la boca a partir de unas incisiones internas en los carrillos sin que sea necesario dar puntos de sutura. Las mejillas adelgazan y se marcan los pómulos y los ángulos de forma permanente.
Otra de las intervenciones que se suelen realizar los hombres es la modificación del perfil de la nariz, pero sin cirugía, de modo que se consigue armonizarlo con el rostro. Se trata de una rinomodelación en la que se utiliza el ácido hialurónico con pequeños retoques. El cantante Ricky Martin fue más drástico ya que se sometió a una rinoplastia, una operación en toda regla, para pulir la forma de su nariz. Es una cirugía que se realiza a través de los orificios nasales o con la remodelación de la giba del dorso de la nariz, la desviación del tabique, la anchura o las deformidades de la punta.
Desde una edad bastante temprana se marcan mucho las ojeras en los hombres, la piel se deshidrata en exceso, se deprime y se pigmenta. En ese caso el ácido hialurónico reduce las ojeras al rellenar la zona, hidratarla y darle luz. Con su infiltración se corrige el hundimiento de la zona inferior de los ojos y se logra corregir la pigmentación.
Se trata de un tratamiento que ayuda en la renovación celular de la piel porque se basa en una exfoliación en profundidad. Se utiliza para tratar el acné, las alteraciones en la textura de la piel, arrugas leves, daños solares, despigmentación, mejora de cicatrices o simplemente para iluminar. Todo depende del tipo de químico que se utilice en la sesión y de la profundidad de la exfoliación. Otro paso más es el 'microneedling' con radiofrecuencia, que es un procedimiento que ayuda a la estimulación y la producción de colágeno.
Antes de acudir a un trasplante capilar, cuando la densidad empieza a verse afectada, se puede incrementar el volumen de pelo a partir de tratamientos orales o microinyecciones de fármacos antiandrógenos. También se inyectan otros compuestos que favorecen la densidad gracias al crecimiento capilar. La melena se vuelve más densa y se disimula la caída del pelo.
El objetivo es lucir sonrisa. Estas microcarillas son de cerámica super resistente y se personalizan hasta el más mínimo detalle en cuanto al tono, la forma y el tamaño. Para su colocación no hay necesidad de tallar los dientes ni de poner anestesia.