Hoy en día la alopecia no es solo cosa de hombres. A lo largo de su vida, 3 de cada 20 mujeres padecerán algún tipo de calvicie. Datos recientes apuntan a que la caída del cabello afecta cada vez más a mujeres jóvenes.
Muchas mujeres menores de treinta años aprecian una menor densidad en su cabello, la principal señal de alopecia tanto en mujeres como en hombres. Durante los últimos 10 años, las consultas de atención primaria reciben cada vez más consultas sobre caída capilar. , la calvicie está teniendo una presencia cada vez mayor. Según consta en la Base de Datos Clínicos de Atención Primaria del Ministerio de Sanidad, si en 2011 los médicos de familia atendieron 134.000 casos de calvicie, en 2022 fueron casi 1,3 millones, un 842% más. En este porcentaje, las mujeres cobran protagonismo: 3 de cada 4 afectados por algún tipo de calvicie son mujeres.
Los motivos de la pérdida del cabello son variados, desde la edad, el estrés, el déficit nutricional o los malos hábitos, hasta el desequilibrio hormonal y la genética. Tanto la menstruación como la menopausia son auténticos tiovivos hormonales, por lo que las mujeres tienen una predisposición a sufrir cualquier patología en la que estén involucrada la actividad de las hormonas.
La alopecia femenina se caracteriza sobre todo por la caída del cabello y afinamiento o pérdida de densidad que de forma progresiva debilita el pelo. Existen diferentes tipos de alopecia. A veces se da en la parte superior de la cabeza; otras veces tiene que ver con el cambio estacional, normalmente reversible, y en otras es definitiva. Será el tipo de alopecia el que dictamine si el proceso puede pararse o es irreversible.
Este tipo de alopecia se caracteriza por la pérdida de cabello en la parte superior de la cabeza de forma progresiva. En este caso, el pelo se va miniaturizando hasta que deja de crecer y desaparece.
Esta alopecia androgenética, a diferencia de la calvicie de los hombres, se inicia en la parte frontal, donde se produce un aclaramiento de la línea central superior que poco a poco se extiende a los lados y hacia la coronilla. Todas estas áreas acusan una mínima densidad o pelo cada vez más fino.
Esta patología capilar hace referencia a la caída del cabello frecuente en los meses de otoño y primavera, estaciones asociadas a la renovación del ciclo capilar. Sin embargo, esta caída también puede causarse por algún episodio de estrés o algún problema de salud. La epidemia de Covid, por ejemplo, desencadenó este tipo de alopecia en hombres y mujeres.
Como hecho significativo, en este tipo de alopecia, la caída del cabello no es inmediata, y se puede prolongar entre tres y seis meses. La buena noticia es que es reversible, por lo que las mujeres que la padecen pueden recuperar su cabello.
Se trata de una caída cicatricial o definitiva. Suele ser consecuencia de un proceso inflamatorio autoinmune que destruye las unidades foliculares o, lo que es lo mismo, de un grupo de cabellos.
Esta calvicie se caracteriza por un retroceso de la línea de implantación, en la zona de la diadema. La alopecia frontal fibrosante también puede provocar la pérdida de las cejas.
Frenar la alopecia es posible. En cualquier tipo de calvicie lo más importante es un diagnóstico y tratamiento por parte de un dermatólogo especialista en regeneración capilar capaz de pautar el tratamiento adecuado, individualizado y sobre todo efectivo para cada tipo de alopecia.
Una vez se haya determinado el tipo de alopecia y se haya diagnosticado la fase en la que se encuentra, los especialistas en regeneración capilar pautarán el tratamiento más adecuado. ¿Cuáles son los más eficaces?