{{#section.link.href}}
{{section.link.title}}
{{/section.link.href}}
Si hace poco has empezando a hacer ejercicio es probable que pienses que cuándo empezará a notarse. El cambio físico es uno de los incentivos para continuar cuidándonos. Y la buena noticia es que no se tarde tanto como parece.
Un estudio de la Universidad de Wisconsin determinó el tiempo exacto en que se notará en tu cuerpo la actividad física, revelando datos precisos sobre los efectos del ejercicio en la salud. La investigación revela que los cambios positivos en la salud pueden comenzar a percibirse en un lapso corto, aunque no tan corto como la gente cree.
Aunque muchas personas creen que se necesitan seis semanas para notar una diferencia física con nuevas rutinas de ejercicios, la realidad es que puede llevar un poco más de tiempo. Es esencial tener paciencia, ya que pueden pasar varias semanas de ejercicio constante sin ver cambios visibles. Como explica la web Cuerpo Mente, no hay una regla fija y mucho depende de factores como la genética, las condiciones físicas previas y la clase de ejercicio, generalmente los cambios físicos comienzan a notarse después de ocho semanas.
El estudio de la Universidad de Wisconsin encontró que después de seis semanas de entrenamiento, un grupo de 25 hombres apenas notó diferencias en su apariencia física. Pero con los ejercicios de fuerza muscular, a las cuatro semanas se nota que hay más fuerza, aunque no haya cambios físicos.
A los dos o tres meses, empezarás a ver cambios significativos en el espejo. Si esto no sucede, tu entrenamiento y tu dieta para ganar masa muscular podrían necesitar cambios. Después de cuatro meses, tu fuerza muscular y resistencia aeróbica habrán mejorado notablemente. A partir de aquí, la constancia es clave para seguir progresando.
En el caso del ejercicio aeróbico, que supone esfuerzo cardiovascular y respiratorio, los cambios serán más graduales y lentos. A las seis semanas habrás ganado capacidad pulmonar y en el segundo mes, habrá una mejora real tanto en la fuerza, como en la composición corporal, con menos grasa y más ajustada al músculo.
Al ganar musculatura y fuerza hay que poner cuidado en la dieta. Hacer ejercicio te dará probablemente más hambre, lo que puede llevarte a comer más y a no perder tanto peso como nos gustaría.
En este punto es fundamental optar por menús saciantes, con hortalizas, legumbres y fibra. En los platos es muy importante que esté presente la cantidad suficiente de proteínas animales o las que podemos obtener en las legumbres, huevos y lácteos en el caso de los vegetarianos.