En el mundo de la moda masculina, existen ciertos cortes de cabello que han sabido resistir con maestría el, a veces cruel, paso del tiempo. Esto les ha convertido en recurso habitual de todo tipo de peluqueros, además de signos inequívocos de elegancia y sofisticación independientemente de la época en la que nos encontremos. 

Estos estilos clásicos no solo sirven para realzar la apariencia, sino que también demuestran que su portador tiene una atención meticulosa al detalle y comprensión profunda de la estética tradicional. Estos son algunos de los cortes de pelo clásicos para hombres que, por su versatilidad y atemporalidad, siguen siendo referentes indiscutibles en las peluquerías de casi todo el mundo.

Este estilo se caracteriza por ofrecer una longitud media en la parte superior de la cabeza, peinada hacia un lado, con lo que se crea una raya definida. Los laterales y la nuca se mantienen más cortos, ofreciendo de esta manera un contraste sutil que añade profundidad al peinado. Su versatilidad permite usarlo tanto en entornos formales como informales, permitiendo siempre mantener una apariencia pulcra y ordenada. 

Popularizado en la década de 1950, el pompadour es un corte en el que el pelo muestra cierto volumen en la parte frontal, y un peinado hacia atrás, con los lados más cortos, pudiendo ajustar la longitud en este sentido en función de nuestro estilo. Este peinado rebosa confianza y ha sido usado a lo largo de los años por todo tipo de iconos de la moda y celebridades. Eso sí, necesita que usemos productos de fijación para poder mantener la estructura y resulta ideal para los que buscan tener un look llamativo y elegante. 

El corte buzz es un estilo minimalista en el que se corta el pelo muy corto, generalmente usando la clásica maquinilla automática. Es práctico y necesita un bajo mantenimiento, permitiendo proyectar una imagen limpia y masculina. Aunque sea sencillo, puede adaptarse con distintas variaciones en la longitud para ajustarse a las diferentes formas del rostro. 

Inspirado en el emperador Julio César, este corte se caracteriza por el cabello corto con un flequillo recto hacia adelante. Es una opción clásica que añade un toque distintivo y resulta especialmente favorable para aquellas que quieren disimular en la medida de lo posible las entradas. 

Este estilo de corte se caracteriza por presentar laterales y nuca muy cortos o incluso, rapados, con una parte superior de la cabeza que se deja más larga. La transición entre las longitudes es marcada, con lo que se crea un contraste que permite peinados variados en la parte superior, yendo desde un look peinado hacia atrás hasta un estilo más desordenado. 

También conocido como Princeton, este corte combina la elegancia de un corte clásico con la practicidad de un estilo corto. La parte superior se deja ligeramente más larga, permitiendo con ello peinarla hacia un lado, mientras que los laterales se dejan mucho más cortos, pero no llegando al extremo. Resulta ideal para lucir un look sofisticado y profesional. 

El fade es un estilo donde el cabello se va haciendo más y más corto gradualmente desde una longitud más larga en la parte superior hasta casi el cero en la nuca y parte de los laterales. El fade clásico supone una transición suave y mucho menos pronunciada que las versiones modernas, dotando a quien lo elige de un aspecto limpio y pulido. 

Este corte presenta el cabello corto en los laterales y la parte posterior, con una longitud ligeramente mayor en la parte superior y un flequillo corto y recto. Es un estilo sencillo pero elegante, que requiere de poco mantenimiento y resulta adecuado para las más diversas texturas de pelo. 

Aunque el mullet tradicional es mucho más atrevido, existe una versión suavizada de este corte, con capas equilibradas y una longitud moderada en la parte posterior. De esta forma este corte puede ofrecer un toque retro sin ser demasiado llamativo. Es ideal para quienes buscan un estilo único pero sutil. 

El corte shaggy se caracteriza por capas definidas que aportan movimiento y textura al pelo. Aunque tiene raíces en las décadas de 1970 y 1980, su versión moderna es más sutil y se adapta a diferentes largos de cabello, permitiendo ofrecer a la vez un look desenfadado pero cuidado. 

Estos cortes de cabello han sabido perdurar, evolucionar y adaptarse a lo largo del tiempo permaneciendo vigentes a pesar de las tendencias cambiantes. Pedir a nuestro peluquero de confianza que nos realice alguno de ellos podremos mantener una esencia clásica que va más allá de las simples modas pasajeras. 

Eso sí, cuando elijamos estilo de corte de pelo es importante tener en cuenta la forma del rostro, la textura del cabello y el estilo de vida, para que nuestra elección no solo sirva para realzar la apariencia, sino que también se alinee con la personalidad y las necesidades individuales.