Los cinco errores más comunes que cometemos al tomar el sol: de los días nublados al factor de protección

  • A todos nos encanta el sol y todo lo que viene con él: el buen tiempo, la alegría del verano y las vacaciones y, por supuesto, lucir una tez dorada en la playa.

  • Aunque nos avisan de que hay que protegerse de las quemaduras, seguimos sin tomarnos en serio los peligros del sol.

El cuidado de la piel es un tema que nos preocupa a todos. Pero eso no quiere decir que sea una tarea sencilla. Eso nos lleva a cometer algunos errores, que a la larga nos costarán caro, y lo peor de todo es que estamos totalmente exentos de ello. Cada vez estamos más concienciados de la importancia de tomar el sol “con cabeza”, usando productos específicos para protegernos de los rayos ultravioleta, pero ¿realmente lo hacemos bien? ¿Usamos los productos adecuados dónde y cómo debemos? Estos son los errores más comunes a la hora de exponernos al sol.

"Cuando está nublado no pega tanto"

Sí y no. Las nubes filtran parte de la radiación ultravioleta del sol, pero no toda. La que se escapa incide directamente en nuestra piel, aunque al estar nublado, la temperatura es más baja y no tenemos esa sensación de estar quemándonos. Así que recuerda, aunque el día se levante encapotado, échate crema igualmente. Las nubes no son uniformes y la radiación que filtra puede ser igual de perjudicial que un día soleado.

"Dentro del agua y bajo la sombrilla no da el sol"

Cuando estamos bañándonos los rayos del sol se reflejan y penetran en el agua, de forma que inciden en nuestra piel e incluso podrían verse potenciados por el efecto lupa que ejerce el agua. El agua no nos protege del sol.

De hecho, está demostrado que a un metro de profundidad, nuestra piel aún está expuesta a un 60% de la radiación. Así que, mucho ojo con entrar al agua sin protección. Asegúrate de ponerte una crema que resista al agua, suelen ser cremas solares de rápida absorción, no grasa y que resiste tanto al agua como al sudor.

Y si eres de los que se plantan a leer debajo de la sobrilla en la piscina o en la playa seguro que has pensado más de una vez que ahí estás protegido del sol. Sin embargo, antes de dejar el fotoprotector en casa ten en cuenta que la arena refleja los rayos del sol un 15%, ¡y el césped más de 25%! Tu piel no está tan protegida como crees.

"Ya me he echado crema antes"

La crema tiene un tiempo máximo de protección, que se suma a la capacidad de tu propia piel de protegerte de los rayos UVB. Pero, además, el sudor, el roce con la ropa o el baño terminan eliminándola. Lo más aconsejable para garantizar que estás protegido en todo momento es tener una crema solar que sea resistente, y repetir la aplicación cada dos horas, sin importar lo alto que pueda ser el factor de protección solar.

Siempre hay que centrarse en las zonas del cuerpo que son más delicadas, como la cara, el escote y los hombros. Pero no podemos descuidar aquellas zonas que se convierten en las grandes olvidadas a la hora de ponernos la crema: el cuello, la calva, las manos, las orejas y los empeines. Zonas que por nuestra dejadez acaban tremendamente irritadas tras un día de larga exposición.

La barrera de protección no es eterna. Es más, dos horas después de la aplicación normalmente ha perdido más del 80% de su efectividad. Si vas a pasar todo un día en la playa renuévala constantemente, sobre todo si te decantas por un producto ligero o en spray.

"Con este factor de protección es suficiente"

Pues depende. Lo aconsejable es que uses el protector solar más alto y recomendado para tu piel. Existen distintos niveles de protección, por lo que primero tienes que conocer exactamente el tipo de piel para saber tu tolerancia al sol y el tipo de exposición que vas a realizar, y escoger con conocimiento.

Lo mejor es ponernos el protector entre 20 y 30 minutos antes de someternos a la exposición solar, ya que los filtros tardan un tiempo en hacer efecto. Además, ello nos permite aplicárnoslos sin ropa y asegurarnos de que no queda ninguna parte sin proteger. La tela del bañador es demasiado fina y, si pasamos mucho tiempo bajo el sol, la radiación puede penetrar a través del tejido y dañar nuestra piel.

"Uso esta crema para cara y cuerpo"

La piel del cuerpo es más seca que la del rostro, por ello los fotoprotectores corporales son mucho más untuosos y suelen incorporar parafina o aceites vegetales. Si nos lo aplicamos también en la cara nos provocarnos un exceso de grasa innecesario que puede dar lugar a granitos y puntos negros.