Dos humildes cucharas pueden ser un poderoso aliado para la calidad de la piel y la turgencia del rostro. La facialista Yvette Pons es una de las introductoras de esta técnica, tan sencilla que puedes realizarla en casa con resultados asombrosos.
Pons es una de las mejores esteticistas del país. Atesora más de 30 años en la profesión y ha sido distinguida con el Primer Premio Nacional al mejor facial en 2019 y 2022. En la actualidad, presta sus servicios en el 'beauty corner' del hotel MO Ritz de Madrid, donde ofrece la terapia facial Sulyfth, un masaje de 90 minutos aplicado en escote, nuca, cuello, rostro, contorno de ojos e interior de boca y nariz que logra eliminar el descolgamiento muscular, la flacidez, las líneas de expresión y la falta de luminosidad en la piel.
No tiene efectos secundarios y, en función del estado del paciente, puede lograr resultados similares a los de un lifting en una o dos sesiones (de hecho, se le conoce como lifting manual), con la diferencia de que no es invasivo ni requiere, por tanto, ningún tipo de hospitalización ni post operatorios.
Por ser una terapia tan cómoda es apreciada tanto por mujeres como por hombres con excelentes resultados, tal y como muestra la facialista en su cuenta de IG.
El automasaje con cucharas no es un tratamiento tan completo, pero aporta múltiples beneficios para la piel. Permite trabajar las fascias, el tejido conectivo, presente en nuestro rostro y cuerpo, que protegen y recubren los músculos para ayudarles en su movilidad y protegerlos. Con la edad, la postura corporal, las tensiones o el estrés, las fascias pueden acortarse o tensarse, lo que repercute en un mal drenaje de las toxinas.
El ritual de las cucharas consigue relajar las fascias con masaje superficial y suave. También ayuda a estimular el riego sanguíneo, aportando mayor nutrición y oxigenación de los tejidos mientras estimula el drenaje del sistema linfático de escote, cuello y rostro. En suma, es una manipulación del rostro fácil y efectiva que, además de los descritos, aporta estos beneficios:
Solo necesitas dos cucharas soperas frías (tenlas antes en la nevera) y un sérum o aceite facial para aplicarlo sobre la piel. Realiza cada movimiento tres veces. El masaje completo no debe superar los 5 o 7 minutos, dependiendo de la velocidad con la que lo hagas.
Antes de hacer el masaje, es imprescindible tener el rostro bien limpio y seco. Comienza apoyando las cucharas siempre por la zona cóncava, combinando movimientos de alisamiento con otros de salida hacia los canales linfáticos.
Al ser un masaje drenante, la presión siempre debe ser suave, especialmente en la zona de los párpados inferiores, uno de los puntos linfáticos de la cara. En los párpados superiores, no bajes del hueso superciliar, en las cejas, y evita trabajar encima de las zonas blancas de los párpados. Por último, en la zona del cuello, es mejor no trabajar la zona del centro, donde se ubica la glándula tiroides.