Champús sin sulfatos: ¿qué son, qué falsos mitos hay sobre ellos y cuáles son sus ventajas?
En los últimos años, los sulfatos han ganado una muy mala fama, pero ¿son realmente perjudiciales?
A la hora de elegir nuestro champú, tenemos que tener en cuenta nuestros hábitos y tipo de cabello
A la hora de sentirnos bien con nosotros mismos, el cabello juega un papel fundamental. Símbolo juventud, éxito y belleza desde la mitología clásica, el pelo es una de las partes de nuestro cuerpo que más nos preocupan y a la que más cuidados solemos dedicarle. No en vano, tener un pelo bonito puede marcar la diferencia a la hora de sentirnos seguras, atractivas y alegres. Por ello, no es de extrañar que cada vez surjan más rutinas, productos y consejos que quieren ayudarnos a lucir una melena de escándalo.
Una de las últimas modas en cuanto a cuidado capilar son los champús sin sulfatos, pero ¿qué son y qué beneficios tienen?
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Los mitos del sulfato
El auge de los champús sin sulfato está estrechamente relacionado con la mala fama que rodea a los sulfatos, las sales o ésteres de ácido sulfúrico que se emplean para limpiar la piel y el cabello y que, desde hace unos años, han sido objeto de múltiples críticas. Presentes en los champús convencionales, de los sulfatos se dice que son agresivos, que dañan nuestra piel y que pueden producir caspa, sequedad y picores, motivo por el que cada vez son más los que los rechazan. Sin embargo, la opinión de los dermatólogos es muy distinta.
Y es que, tal y como afirma María García del Hierro, vocal de dermofarmacia del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Cantabria, a la hora de elegir un champú no existen “productos buenos y malos, sino productos que están indicados para ti o no”. Según esta experta, la calidad e idoneidad de un champú no se puede valorar en base a un único ingrediente como pueden ser los sulfatos, sino que debe medirse en función de toda su composición. “A la hora de elegir un champú”, explica, “tenemos que tener en cuenta la composición de la base lavante, los ingredientes que la acompañan, las características de nuestro pelo y nuestros hábitos de limpieza”.
¿En qué casos es recomendable usar champús sin sulfatos?
Teniendo en cuenta nuestro tipo de cabello, habrá casos en los que, efectivamente, si será recomendable que usemos champús sin sulfatos. Por ejemplo, si nuestro cuero cabelludo es sensible, seco o sufre de patologías inflamatorias, “lo mejor es que utilicemos bases lavantes suaves, sin sulfatos”, señala del Hierro. Esto se debe a que este tipo de cueros cabelludos segregan una menor cantidad de los componentes que conforman nuestro manto lipídico, lo que provoca que estén más desprotegidos y puedan sufrir picores, rojeces o descamaciones.
Por su parte, en el caso de los cabellos teñidos o castigados, podremos usar tanto champús convencionales como champús sin sulfatos para mantener la salud de nuestra fibra capilar, aunque, eso sí, siempre y cuando estén acompañados de otras sustancias compensadoras. “En estos casos, se recomienda utilizar a continuación productos de no aclarado (leave on) que mantengan el pelo saludable”, apunta del Hierro.
Los hábitos del usuario
A la hora de lavarse el cabello, cada persona tiene sus propios hábitos de limpieza. Desde la frecuencia con la que nos limpiamos el pelo hasta la cantidad de productos que utilicemos, nuestra rutina capilar determinará qué tipo de champús son los mejores para mantener nuestra melena sana y fuerte. “Lo que es importante es saber como se ha de lavar correctamente la cabeza a diario”, afirma del Hierro, que explica que lo que debemos hacer es usar agua tibia, aplicar una cantidad de champú adecuada y masajear suavemente con la punta de los dedos. “Solo hay que enjabonar una vez, y no se frota la melena”, añade.
Teniendo en cuenta estos consejos, a la hora de elegir tu champú no te dejes guiar por los sulfatos que tiene o deja de tener. Lo importante es encontrar el champú más adecuado para tu cabello y, para ello, lo mejor es que consultes con farmacéuticos y especialistas que te podrán asesorar.