¿Quieres liberar tus canas pero no vivir meses con dos colores? Claves de experta para la 'grey transition'
María Baras, directora creativa de Cheska: “hemos cambiado la mentalidad: las canas son moda, son bonitas y son naturales”
“Decolorar para dejar el pelo blanco solo es aconsejable con un cabello grueso, fuerte y sano”
Canas grises, canas blancas, cabellos platinos, sutiles reflejos plateados o, directamente, un arcoiris capilar. Para las mujeres que ven cómo su pelo va adquiriendo distintas tonalidades de la raíz a las puntas, hay un amplísimo número de opciones estéticas. Ya no es aquello de teñirse atentando contra la salud capilar o dejarse la cana larga a costa de parecer descuidada. Se trata de hacer la 'Grey Transition', la transición hacia el gris, en cualquiera de sus matices, de la manera más natural, saludable y atractiva posible. Y si optamos por la estrategia más agresiva, ser consciente de sus limitaciones. De todo eso hemos hablado con María Baras, directora creativa de Cheska, uno de los salones de peluquería más prestigiosos de España.
MÁS
¿Cuándo hablamos de 'Grey Transition' o transición gris, a qué nos estamos refiriendo?
Todo depende del punto de partida del cabello, de si hay tintes, mechas… De si son las primeras canas o ya hay muchas. Cuando hablamos de transición, normalmente damos por hecho que vas teñida y que quieres dejarte las canas. Tengo muchas clientas jóvenes que empiezan a tener sus primeras canas y deciden que no quieren hacer nada. Eso es mucho más fácil.
¿Qué recomiendas en esa fase?
Ahí podemos empezar con los barros. Me encantan. Es una técnica milenaria de coloración del pelo que tiene muchísimos beneficios. En Cheska somos muy fans de los barros. Es cierto que tienen sus limitaciones en cuanto al color porque realmente son pigmentos que dan un tono a la cana y a veces no la dejan oscura como en otras partes de la melena, evidentemente. Dan un tono que parece un reflejo y que dura poco. Eso tiene también tiene su punto. Y realmente cuando tienes poca cana y tienes tendencia a tener el pelo graso, a la descamación, son imbatibles. Los amo.
Y si no nos sentimos seguras con los barros por la indefinición del color, ¿qué aconsejas?
La coloración ha cambiado de manera radical hasta convertirse en un arte: ahora se juegan con los efectos del color, los reflejos y la evolución del cabello
A veces también hacemos reflejos, baby-lights o técnicas de balayage. ¿Por qué? Porque jugamos con el color. Si hay mucha acumulación de cana, jugamos con tu propio tono, con un tono más claro. Si eres morena se pueden hacer tonos chocolate o mieles. Si eres rubia, jugamos con rubios… Tenemos unas técnicas de coloración que no tiene que ser el clásico tinte que nos valen muchísimo. Siempre pensando en las primeras canas.
¿Qué ocurre cuando quieres dejar de teñirte?
Cuando vas teñida clásica de toda la vida, con tu tinte, tu baño de color, lo que sea, aunque sea un óleo, y quieres dejarte las canas, nos enfrentamos a un proceso más complejo. Hemos tenido clientas con el pelo a dos colores: la raíz de una tonalidad y la punta, de otra. El tratamiento que empleemos depende del porcentaje de canas. Hay una técnica llamada 'Sal y pimienta', 'Salt & Pepper', que se hace muchísimo fuera, porque es verdad que los ingleses y nórdicos tienen más tolerancia al pelo blanco, hay más tradición de canas en esos países, y que da muy buen resultado.
¿En qué consiste esta técnica?
En el Sal y pimienta se respeta el porcentaje de oscuro y el porcentaje de claro y juegas a eso: a hacer las canas y a hacer la coloración de la propia base, ya sea un rubio oscuro, un castaño claro... Acabo de hacérselo a una clienta que tenía no demasiadas canas y un tinte cobrizo. En este caso, quité el cobrizo y pintamos algunas canas. Las canas es lo más difícil de hacer porque hay que decolar, dejar el pelo sin pigmento y dejar un matiz gris o blanco. Cuando estás haciendo un 'Sal y pimienta' con pocas canas, no hay ningún problema. Cuando hay raíz blanca es más complicado.
¿A qué dificultades te enfrentas?
Tiene que ser un pelo muy fuerte porque la decoloración es la técnica más agresiva. La raíz blanca y la punta oscura es el caso más difícil. Si el pelo es fino y delicado, y está machacado del tinte y, además, lo decoloras, estás machacándolo aún más. Por eso, a veces recomendamos un corte o reflejos en las puntas porque hay que ser conscientes de que la decoloración daña mucho el pelo. Con pelazo, grueso, fuerte y sanísimo se puede hacer. Si no, no.
¿Es la transición más arriesgada?
En este caso, si no quieres ir de dos colores durante casi dos años, dependes del buen hacer de un buen peluquero. Y son horas de peluquería. Hacer el Sal y pimienta pueden ser tres o cuatro horas. Es una labor artesana, laboriosa, artística, incluso, que lleva tiempo y dinero. Pero luego dura y compensa: te dejas las canas y punto.
¿Crees que la cana va a imponerse de manera generalizada?
Muchas mujeres han aprovechado el confinamiento y pasar más tiempo en casa para iniciar la transición al pelo blanco
Yo creo que no, sinceramente. Pero sí estamos viviendo un cambio. En España la cana comienza a verse como moda. Tenemos muchísimas influencers y modelos maduras que están imponiendo melenas y cortes de diseño con el pelo blanco. Y es que es bonito, objetivamente. En otras culturas es super cool desde hace tiempo y aquí no se ha considerado igual. En Inglaterra, donde he trabajado tres años, veías a las clientes con sus bobs, sus pixies y sus canas. Es verdad que tienen una cana muy luminosa y que están acostumbradas a los cenizas porque su base es rubia y sus facciones normalmente aceptan mejor el pelo blanco. Los latinos, más morenos, tienen una cana diferente. Es menos luminosa y, además, el gris de la cana no favorece a los tonos cetrinos.
Es, más que un tema de moda, una cuestión estética…
La cana no le favorece a todo el mundo. Objetivamente, hace más mayor. Lo mismo ocurre con el pelo platino, por ejemplo, otro tono que a ciertos tipos de piel les apaga por completo. Pero tenemos dónde elegir: hay muchas técnicas de coloración y ya no son tan agresivas como antes. Depende del tiempo que tengas, de tu economía, de la posibilidad que tengas de cuidarte el pelo. Hay muchas mujeres que esto lo valoran, valoran ir con el pelo sin canas. Y otras se verán bien y se las dejarán. Sí es verdad que hay un cambio de mentalidad: las canas sí son moda. Se ve como algo bonito y natural y en estos tiempos en los que vivimos una oda a la naturalidad es un tanto a su favor.
Danos un consejo para las que aún no tienen claro qué hacer con su pelo y están cansadas del tinte.
Dejar de teñirse el máximo tiempo posible. Ahora es un buen momento. He comprobado que muchas clientas han aprovechado el confinamiento o que pasan más tiempo en casa para comenzar a dejarse las canas. Habría que dejar de teñirse tres, cuatro, cinco y hasta seis meses y ver cómo sientan. Eso se ve simplemente haciéndose una coleta. Si te gusta cómo te queda el color, ve a la peluquería para poder dibujar las canas por todo el pelo. Como te decía, es un trabajo de salón que lleva su tiempo, pero que compensa.