Actriz pasa por clínica de cirugía estética y las redes se revuelven. Mujer enseña sus canas y arrugas y sucede lo mismo. Que el aspecto femenino es sometido a un fuerte escrutinio en cualquier circunstancia, y más aún cuando se van sumando años, no es novedad. La última persona en convertirse en objeto de esos comentarios ha sido la actriz Demi Moore, que ha reaparecido en el primer desfile de Kim Jones para Fendi. Pómulos más marcados y labios aparentemente retocados que la han llevado a padecer comentarios a favor y en contra.
Una de las reflexiones más popularizadas en el patio tuitero español ha sido la que ha lanzado la actriz Ana Milán, con una denuncia edadista sobre los límites de la presión sobre el físico y el envejecimiento de los que resulta tan complejo librarse cuando además se es un personaje público. "Quizá lo que toca pensar es por qué una mujer de una belleza tan excepcional como Demi Moore prefiere verse así a verse envejecer. Quizá como sociedad estamos haciendo algo mal. Quizá toca reírse menos y pensar más", ha escrito.
Tras su comentario, se han sucedido las interacciones. "Envejecer es la parte más difícil de la vida...", le decía un usuario, a lo que ha respondido airosa: "Yo lo estoy haciendo y me recuerdo más desquiciada con 20...". "Debería dejarse de juzgar tanto a la mujer, debería dejar de haber tantos estándares de belleza que dice que cuanto más joven más hermosa, vamos, que el tiempo pasa y eso es fabuloso", decía otra usuaria.
Tampoco ha faltado quien ha sacado a relucir el mítico sketch en el que las actrices Tina Fey, Amy Schumer, Julia Louis-Dreyfus y Patricia Arquette denuncian con ironía el último día como "mujer follable" [sic] de Julia. "Un día en la vida de toda actriz en el que los medios deciden que has dejado de ser creíblemente atractiva" y que les llega rondando los 50.
Las palabras de Milán están alineadas con el nuevo sentir de una generación que se siente más a gusto en su piel, sin importar las circunstancias de esta. Celebrar la arruga, la cana, el paso del tiempo al natural y la plenitud que llega con este es la reivindicación de un grupo de edad que ha crecido bajo el influjo del marketing antiaging y una sociedad que se olvida a menudo de sus ciudadanos cuando estos dejan de ser integrantes de la cadena productiva. Como reivindica la actriz, "toca reírse menos y pensar más" sobre por qué es tan difícil escapar de esa trampa.