Despídete de la papada: ejercicios para lucir un cuello esbelto sin pasar por el quirófano
La papada, o grasa submental, aparece cuando se forma una capa de grasa por debajo de la barbilla.
Te contamos la solución para reducir la papada y lucir un cuello estéticamente bonito sin recurrir a cirugías, únicamente mediante unos ejercicios súper sencillos.
La papada es esa molesta sombra debajo de nuestro mentón o doble barbilla… si has notado esa temible marca del paso del tiempo, seguramente deseas eliminarla. La papada puede aparecer por diferentes motivos, entre los cuales destacan la edad, la flacidez o el sobrepeso, pero no te preocupes porque existen métodos para eliminarla sin pasar por quirófano.
Teniendo en cuenta que la papada se puede presentar por sobrepeso, es importante tener un control de nuestra alimentación y reducir el consumo de grasas. Incrementar el consumo de fibras y una recomendación importante es tomar de 1 a 2 litros de agua al día, de esta forma favorecerás la eliminación de toxinas e impurezas del cuerpo. Al contribuir con la pérdida de peso, en tu cuerpo podrás ver como esta sombra también va desapareciendo poco a poco.
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En aquellos casos donde la papada se presenta debido a la flacidez es posible que se deba a una disminución de peso brusca o simplemente por el paso de los años. En tal caso recomendamos una alta ingesta de proteínas con el fin de suministrar mayor firmeza a los tejidos. Es importante incluir en este caso tanto proteínas animales como proteínas vegetales tales como pescado azul (que además va aportar omega 3), carne de ave (libre de grasa) o algas de agua dulce como la Spirulina (rica en aminoácidos) que es una buena alternativa para los vegetarianos sin aumentar las calorías que ingerimos en exceso como puede suceder con las legumbres o frutos secos. Además, te explicamos una rutina de ejercicios que puedes realizar en cualquier lugar y momento del día para disminuir la papada.
7 ejercicios para acabar con la papada
- Lengua de prensa. Lo primero que debes hacer es sentarte con la espalda totalmente recta y con los hombros descolgados o hacia abajo. A continuación, extiende el cuello (como si estuvieras mirando el techo) y aprieta tu lengua contra el paladar superior y posterior, a la vez que flexionas la cabeza (buscando tocar el pecho con la barbilla). Realiza esto sin dejar de presionar la lengua contra el paladar superior. Luego, relaja la lengua y vuelve a la posición inicial. Debes hacer veinte repeticiones de este ejercicio al día.
- Gesto de puchero e inclinación. Puedes hacer este segundo ejercicio tanto sentado como de pie. Saca tu labio inferior tan lejos como sea posible (mientras haces el gesto de puchero y contraes el cuello). A continuación, contrae los músculos del cuello, flexiona la cabeza, llevando la barbilla contra el pecho. Realiza este ejercicio sin arquear la espalda o alzar los hombros y al acabar, vuelve a la posición inicial y haz veinte repeticiones al día.
- La “O”. Al igual que los ejercicios anteriores, debes tener la espalda totalmente recta y los hombros caídos. Extiende el cuello (tira la cabeza hacia atrás), cierra los labios y, al cerrarlos, busca formar una “O” con ellos. Mantén los labios cerrados formando la “O” a la que vez que mantienes la posición de extensión del cuello durante, aproximadamente, veinte segundos. Haz diez repeticiones al día de este ejercicio.
- “Besando” el techo. Para este último ejercicio tienes que estar de pie y dejar los brazos colgando por completo. A continuación, extiende cuello y frunce los labios (como si quisiéramos besar el techo). Debemos extender los labios lo máximo posible, mientras notamos el endurecimiento de los músculos del cuello y la barbilla. Mantén la posición de los labios por lo menos durante cinco segundos y vuelve a la posición inicial. Realiza alrededor de quince repeticiones de este ejercicio a diario.
- La lengua a la nariz. Para el siguiente ejercicio, necesitarás mirar al frente con la cabeza recta, sacando la lengua todo lo que puedas e intentando tocarte la nariz con ella. Debes mantener la lengua estirada en dirección a tu nariz durante 10 segundos, para después soltarla. Repite este ejercicio 10 veces.
- Golpecitos en la papada. También mirando al frente con la cabeza recta existe otro ejercicio. Con la cabeza recta, cierra la boca juntando los dientes superiores con los inferiores y pegando la lengua a estos. Después, con dos dedos, golpea continuamente durante 10 segundos la zona de la papada. Haz 10 repeticiones.
- Sonrisa al cielo. En este ejercicio, volvemos a poner la cabeza hacia atrás mirando al techo. En este caso, tendrás que sonreír y presionar la lengua contra el paladar superior. Aguanta durante 5 segundos, descansa, y repite 10 veces.