Pelo débil, quebradizo, sin fuerza y, además, escaso. Cada cambio de estación supone una época de estrés para el cabello de hombres y mujeres. Ya sabemos que el champú anti-caída porque no llega al folículo piloso y, por tanto, no estimula el crecimiento. Si buscamos una opción eficaz, la mesoterapia capilar puede ayudarnos.
La mesoterapia nació como técnica de medicina alternativa creada en los años 50 por el médico francés Michel Pastor, aunque se usaba desde los años 30 en algunos balnearios europeos. Consiste en tratar algunas zonas con microinyecciones de principios activos. Se diferencia respecto a otros tratamientos que se quedan en las capas superficiales de la piel en que penetra hasta la dermis, la capa que sigue a la epidermis y donde se produce la actividad celular que redunda en una buena piel o pelo.
En sus inicios comenzó a utilizarse en medicina deportiva para calmar el dolor de las lesiones, pero, poco a poco, comenzó a implantarse en la medicina estética para tratar cicatrices, acné, psoriasis, vitíligo, pecas, flacidez, estrías, grasa localizada y también como tratamiento capilar. La mesoterapia no requiere hospitalización ni anestesia; en la mayoría de los casos, son necesarias varias sesiones y los efectos son duraderos.
También hay un tipo de mesoterapia no invasiva, con parches y aparatología. Después de la sesión, ya sea con parches o con microinyecciones, se recomienda beber agua, no exponerse al sol y evitar la ingesta de alcohol, sobre todo en el caso de la facial, ya que el alcohol es un vasodilatador.
Se trata de un tratamiento de bioestimulación que a través de pequeñas inyecciones subcutáneas activa biológicamente las células capilares, revirtiendo la miniaturización del folículo y aumentando el espesor y el crecimiento del cabello.
Los compuestos utilizados en la mesoterapia capilar contienen ingredientes activos; entre ellos, péptidos biomiméticos (proteínas de aminoácidos que velan por el buen funcionamiento celular), complejos vitamínicos, sales minerales, coenzimas, ácido hialurónico (fundamental para aumentar el espesor de la fibra de pelo), aminoácidos, factores de crecimiento y antioxidantes, esenciales para equilibrar y nutrir el cuero cabelludo.
El objetivo de todos estos principios activos es alimentar el cuero cabelludo y aumentar el espesor y el crecimiento del cabello. La regeneración de los folículos pilosos es completa.
Es un buen tratamiento tanto para mujeres como para hombres. Es compatible con el trasplante de pelo, y, de hecho, se utiliza como complemento para este tipo de intervenciones. También es compatible con tratamientos transdérmicos y con la terapia PRP (Plasma Rico en Plaquetas).
Como en cualquier intervención de medicina estética, para realizarlo hay que gozar de un buen estado de salud. La mesoterapia no está indicada en pacientes con alergias, enfermedades cutáneas, problemas de coagulación o circulatorios, procesos oncológicos o enfermedades infecciosas. No se recomienda en mujeres embarazadas; tampoco se recomienda durante la lactancia. Entre sus posibles efectos secundarios, hematomas en los lugares de la inyección, sensación de quemazón y molestias en la zona tratada.
La mesoterapia capilar tiene importantes beneficios. El primero es su acción preventiva como tratamiento anti-caída. Ayuda a mantener el pelo en buenas condiciones y cuando hay caídas importantes, por ejemplo, después de dar a luz o de superar la Covid, está más que recomendado.
También destaca su capacidad regeneradora: renueva la fibra capilar, estimula el crecimiento y nutre el cabello desde la raíz. La mesoterapia capilar es una técnica habitual, disponible en la mayoría de los establecimientos y clínicas de estética. Es importante tanto la experiencia del profesional que realice la intervención como la calidad de los principios activos. Informarnos bien es el primer requisito para asegurar el éxito de la terapia, cuyo coste oscila entre 60 y 100 euros por sesión, con una frecuencia estimada de entre ocho y 12 sesiones, dependiendo de cada caso.