¿Qué es la gimnasia facial? Así puedes retrasar la flacidez facial y la aparición de arrugas
La gimnasia facial nos propone una rutina de ejercicios para tonificar nuestro rostro que puede ayudarnos a combatir los síntomas del envejecimiento
Esta disciplina nació hace más de un siglo, pero en los últimos años ha ido ganando multitud de adeptos
Por mucho que intentemos negarlo, cada día somos más mayores, y se nota. El paso del tiempo es inevitable para todo el mundo y, con él, llegan los síntomas del envejecimiento. Que si las patas de gallo, las líneas de expresión, las arrugas, las manchas, la flacidez… En fin, pequeñas cositas que demuestran que, mal que nos pese, ya no somos unos jovencitos.
Si bien es cierto que en el mercado podemos encontrar un buen número de cremas, sérums y demás tratamientos cosméticos con los que crear una buena rutina facial que enmascare nuestra edad, en los últimos años se ha popularizado un método mucho más barato y natural para luchar contra el envejecimiento: la gimnasia facial. Sí, como lo lees: gimnasia facial. Y es que, aunque no solemos pensar en ello, nuestro rostro también tiene músculos, y muchos, de hecho: más de treinta podemos llegar a contar, así que, igual que entrenamos nuestro cuerpo para lucir un torso bien definido y unos brazos y unas piernas de infarto, ¿por qué no hacer lo mismo con la cara? Pero mejor vayamos paso por paso.
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¿Qué es la gimnasia facial?
La gimnasia facial, también conocida como yoga facial, es una rutina de ejercicios que contraen y estiran los músculos de nuestra cara para liberar tensiones y mejorar la tenacidad, firmeza y elasticidad de nuestra piel con el objetivo de ayudarnos a prevenir y revertir los síntomas del envejecimiento facial.
Según se cree, esta disciplina surgió ya hace más de cien años, en 1920. En aquel entonces, Nadia Payot, creadora de la firma que lleva su apellido, ideó una técnica de masaje facial de 42 movimientos para estimular y poner en forma nuestro rostro. La idea, que se le ocurrió tras observar a la bailarina rusa Anna Pavlova, era simple: si un cuerpo bien tonificado parece joven, ¿por qué no ocurriría lo mismo con la cara?
Dicho y hecho. Bajo esta premisa, Payot creó una rutina compuesta por distintos gestos y muecas exagerados con la que conseguiremos tonificar los músculos de nuestra cara y trabajar nuestra piel para redefinir los contornos faciales, alisar las líneas de expresión, eliminar la fatiga, oxigenar, mejorar la circulación y aportar un extra de luminosidad que nos hará vernos mucho más sanos y atractivos. Y todo dedicándole tan solo un minutito al día. En definitiva, un método muy cómodo y sencillo con el que podemos eliminar las arrugas y retrasar la flacidez facial para quitarnos unos cuantos años de encima.
¿Cómo incluir la gimnasia facial en tu rutina de belleza?
Al igual que ocurre con los ejercicios corporales, para poder sacarle partido a la gimnasia facial es necesario que seamos constantes o, de lo contrario, no veremos ningún tipo de resultado. Además, para maximizar su efecto, es recomendable que combinemos estas sesiones de ejercicios con una buena rutina de belleza.
Las sesiones de gimnasia facial pueden realizarse en cualquier momento del día, ya sea de buena mañana o por la noche. Aunque, eso sí, antes de empezar es conveniente que tengamos nuestro rostro limpio y bien hidratado, así que no te olvides de usar tus cremas y sérums. ¿Preparado? Pues toma nota de estos ejercicios:
- El payaso: un ejercicio para acabar con las arrugas y líneas de expresión de nuestros labios. Para realizarlo, tan solo abre la boca de forma horizontal y muy exagerada y repite dos veces.
- La sorprendida: si lo que quieres es combatir las bolsas y patas de gallo, abre mucho los ojos, pero, muy importante, sin arrugar la frente. Repite dos veces.
- La dormilona: para eliminar las arrugas de la frente, baja las cejas y párpados mirando fijamente al suelo y sin inclinar el cuello. Repite dos veces.
- Las patas de gallo: de nuevo, un ejercicio que nos ayudará a acabar con las arrugas de la frente. Tan solo tienes que colocar las manos a ambos lados de la frente y deslizar las yemas de cuatro dedos hacia las sienes, pero, eso sí, hazlo de forma simultánea.
- Las mariposas: de la frente, pasamos al entrecejo. Para eliminar los síntomas del envejecimiento, desliza el índice y el pulgar con firmeza a lo largo de las cejas. Con el pulgar, alisa las patas de gallo y, después, repite.
- La serpiente: para eliminar la flacidez de nuestras mejillas y lucir un rostro firme, afloja dientes y mandíbula y coloca la lengua detrás de los dientes superiores. Repite dos veces.
- La lechuza: pon los dedos en el arco ciliar y la parte superior de los pómulos y mantén los ojos bien abiertos, como, efectivamente, una lechuza. Ciérralos y vuelve a abrirlos, repite una vez más y listo: ya has dado el primer paso para acabar con las bolsas y ojeras y tonificar el contorno de los ojos.
- La tortuga: mete los labios hacia dentro y estira las comisuras empujando con la mandíbula para tensar el mentón. Repite dos veces. Te ayudará a elevar la comisura de los labios.
- El pez: si lo que quieres es reafirmar el contorno de tus labios, pon la boca en forma de óvalo y ábrela al máximo posible. Mantén la postura todo lo que puedas y repite dos veces.
- El smiley: si lo que buscas es realzar los pómulos, sonríe tres veces, mostrando progresivamente cada vez más los dientes. Repite dos veces.
- El gran smiley: no es el rostro, pero aun así, el cuello también hay que trabajarlo para que no nos delate. Para ello, pronuncia smile de la forma más exagerada posible, subiendo mucho la comisura de los labios. Después, relaja y repite de nuevo. Te ayudará a tonificar el cuello.