Masculinización facial, la nueva tendencia estética: cómo conseguir un rostro angular
En una sociedad dominada por los canones de belleza, cada vez son mas los hombres que buscan definir su mandíbula
La masculinización facial es una innovadora técnica que permite endurecer las facciones
El tratamiento consiste en en tratar tres zonas del rostro del hombre: la mandíbula, el mentón y los pómulos
Tener una mandíbula bien definida es uno de los atributos más asociados con la belleza masculina. Basta con echar un vistazo a esos cómics y dibujos que veíamos de pequeños para descubrir que en el imaginario colectivo un mentón cuadrado y anguloso es sinónimo de fortaleza y virilidad. Batman, el Capitán América o el Hércules de Disney son personajes de marcas distintas, pero todos ellos comparten este rasgo.
En el mundo real, famosos como Brad Pitt, Henry Cavill, Chris Hemsworth o George Clooney copan cada año las listas de los hombres más atractivos del mundo, y lo hacen presumiendo de una quijada impecable. Ahora que vivimos en la era de internet, la definición del ángulo mandibular se ha convertido en una de las obsesiones de los hombres, y cada vez son más quienes deciden recurrir a la cirugía estética para dar fuerza a su mandíbula. La masculinización facial es la intervención de moda en las clínicas de belleza, pero ¿en qué consiste?
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El auge de la masculinidad
Vivimos en una sociedad dominada por la imagen. A pesar de la proliferación de los movimientos body-positive que hemos visto en los últimos años en las redes sociales, el aspecto físico sigue siendo una de nuestras máximas preocupaciones y un factor determinante para que nos sintamos a gusto con nosotros mismos.
El boom de las aplicaciones como instagram o snapchat, donde podemos retocar en tiempo real nuestra cara gracias a los filtros de realidad virtual, ha agudizado nuestras inseguridades y reforzado los cánones de belleza clásicos. Queremos parecernos al yo ficticio que nos devuelve la pantalla y, muchas veces, acabamos recurriendo a tratamientos estéticos para conseguirlo.
La masculinización facial, también conocida como facial jawling o jaw masculinization, es una intervención relativamente nueva que busca acercar a los hombres al ideal histórico de belleza masculina. Trabaja en tres zonas: los pómulos, la mandíbula y el mentón para endurecer las facciones y cincelar un rostro anguloso, viril y bien definido sin perder la naturalidad.
Y todo utilizando ácido hialurónico de alta densidad, un polisacárido presente en nuestro organismo de forma natural que ayuda a atenuar las arrugas, combatir la deshidratación y a mantener la piel sana y flexible. De este modo, los pacientes no solo logran parecerse un poquito más a los grandes galanes del séptimo arte, sino también combatir los signos del envejecimiento para lucir una cara más firme y juvenil.
¿Cómo se realiza este tratamiento estético?
La masculinización facial es una técnica mínimamente invasiva, sencilla e indolora. Consiste en la infiltración de rellenos de ácido hialurónico en la mandíbula y a lo largo del óvalo para redefinir y dar volumen a nuestro rasgos, aumentando el ángulo mandibular y la proyección del mentón. Al no ser una cirugía, esta técnica no requiere de anestesia y suele realizarse con agujas pequeñas y en varias sesiones que pueden durar de entre 20 a 45 minutos, dependiendo de las zonas que se quieran tratar.
Normalmente, los resultados del tratamiento se empiezan a ver al cabo de dos sesiones espaciadas en cuatro semanas. Sin embargo, los efectos de la masculinización facial no son permanentes, sino que tienen una duración de entre 12 y 18 meses. ¿Qué significa esto? Por un lado, que deberemos someternos a unas sesiones periódicas para mantener nuestro nuevo rostro; por otro, que los cambios son reversibles, por lo que, si estamos descontentos, podremos recuperar nuestra antigua cara al cabo de un tiempo.
No obstante, si estás pensando en someterte a estos retoques, piénsatelo bien, porque no son especialmente baratos. El precio medio de este tratamiento suele superar los 500 euros, así que no te precipites. Tu rostro tal vez no sea igual que el de los filtros, pero la belleza es muy subjetiva.