"Enough is enough". Ya está bien. No solo es el título de la mítica canción de Streissand y Summer, también es lo que debió pensar Sharon Osbourne ante su enésimo teñido.
Tras 18 años acudiendo puntualmente a la peluquería una vez a la semana para devolver, sobre todo a sus raíces, el tono perdido, la matriarca de los Osbourne ha decidido abrazar su color natural, el de una señora de 67 años: más cerca del blanco que del pelirrojo oscuro al que había acostumbrado a sus fans.
Una sesión de teñido, con algún tratamiento incluido, más el peinado es un proceso que dura en torno a unas tres horas. En un año, con sus 52 semanas, Osbourne habría gastado unas 156 horas. En 18 años, 2.808 horas, o lo que es lo mismo 117 días o cuatro meses de los últimos 18 años de su vida.
Entre otras actividades, Sharon Osbourne presenta cada día @thetalkcbs, un popular talk-show en el que reúne a colaboradores e invitados para comentar la actualidad social del día. Su necesidad de estar y verse bien está más que justificada. La novedad es que la comunicadora ha puesto en práctica el nuevo mantra de la belleza silver: mostrar una madurez sana y atractiva. Y nada mejor que empezar por el pelo y, de paso, recuperar las horas perdidas en la peluquería.
Sin embargo, aunque el resultado que se persigue es dejar de utilizar tintes, lograrlo requiere un periodo de transición en el que es fundamental la intervención de un colorista experto. En este caso, el elegido fue Jack Martin, el mismo que operó la transformación de Jane Fonda en los últimos Oscar. La actriz y activista apareció en la ceremonia radiante con un pixie (estilo de pelo corto con capas largas) en gris platino. Puede que la imagen irresistible de Fonda haya sido el empujón que necesitaba Osbourne para dejar atrás los teñidos semanales.
Según Martin, Sharon le explicó que llevaba tiempo queriendo dejar de teñirse, pero que siempre que lo había intentado había acabado en desastre. En este caso, el colorista comprobó que la raíz natural de Osbourne ya era de un blanco muy puro y optó por aplicar un rubio platino en todo el cabello y sanear puntas y medios. Durante unos meses, Sharon todavía tendrá que teñirse en el nuevo tono, pero a medida que el color de la raíz vaya creciendo, sólo tendrá que matizar de vez en cuando su color natural para dar brillo y fuerza a la melena.
Jack Martin explica que el proceso de ‘desintoxicación’ de tinte capilar le llevó a ocho horas. Puede parecer mucho (o poco para una celebrity), pero tiene una poderosa razón de salud capilar. Cuando teñimos cualquier cabello, rompemos las fibras de queratina para que el color se adhiera al pelo. Si no reparamos esas fibras rotas, es muy posible que el pelo se resienta y que tras unos primeros lavados se vuelva opaco y quebradizo.
En el caso de los tonos platinos, el riesgo es aún mayor porque la decoloración es el proceso más agresivo para el cabello. Algún peluquero se ha quedado con mechones de pelo en el intento. Por eso, la necesidad de reparar la estructura es aún mayor. Y no hay milagros: hay que nutrir, hidratar y respetar los tiempos de exposición de cada tratamiento. Incluso alargarlos, si es posible. Las peluquerías especializadas en estos tratamientos insisten en que ese día de mimos capilares hay que ir con tiempo. Como diría una conocida marca, "porque la salud capilar lo vale".