¿Cómo sobrevivir a una bomba nuclear? De la prevención a los kits de supervivencias y los refugios
El uso de armas nucleares solo se ha llevado a cabo en 1945 durante los ataques de las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki
Desde que Putin pusiera sus pies en Ucrania el miedo a una guerra nuclear está tomando fuerza
Analizamos qué hay que hacer en caso de ataque nuclear para poder sobrevivir a él
En 1961, el gobierno de John F. Kennedy repartió por todo el país casi un millón y medio de señales de refugio nuclear para indicar a la población dónde cobijarse si Rusia decidía apretar el botón de los misiles. Pero con el paso del tiempo, la Guerra Fría se fue apaciguando, los refugios dejaron de mantenerse y los carteles comenzaron a languidecer.
En diciembre de 2017, el ayuntamiento de Nueva York retiró los letreros que aún perduraban; no tanto porque la amenaza haya desaparecido, sino porque los refugios ya no existen y las señales erróneas pueden hacer más daño que bien.
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Tras el inicio de la invasión rusa en Ucrania, los combates y ataques en la capital ucraniana y alrededores continúan y Putin ha activado todas las alertas de un ataque nuclear que podría llegar a todos los países del mundo, un hecho que conllevaría consecuencias muy graves para millones de personas.
La última vez que se utilizó este tipo de armamento fue en 1945, cuando Estados Unidos lanzó las bombas nucleares sobre Hiroshima y Nagasaki, una acción que supuso la rendición de Japón y el fin de la Segunda Guerra Mundial.
Ahora es el turno del líder ruso, quien ha expandido el temor en todas las zonas del mundo ante este nuevo aviso. Por eso, muchas personas sienten miedo por el avance de la guerra y quieren saber cómo actuar en caso de un ataque nuclear, algo para lo que no está preparada la mayoría de la población.
¿Dónde esconderse durante una guerra nuclear?
La realidad es que, según los expertos, no hay refugios suficientemente resistentes como para paliar los daños de una guerra nuclear.
Actualmente, Rusia posee un total de 6.255 cabezas nucleares, de las cuales 1.625 están desplegadas. Pero, si deciden activar las bombas nucleares, ¿qué posibilidad tenemos de sobrevivir? Por desgracia, aquellos que se encuentren en el epicentro de la explosión no podrán salvar su vida, ya que no existen refugios que puedan proteger a la población civil de tal impacto.
Las personas que se encuentren alejadas de la explosión tampoco estarán a salvo, ya que inhalaran gases tóxicos y se originará una gran lluvia radiactiva. Según la la Agencia Federal de Gestión de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés) lo primero que se debería hacer sería buscar un refugio.
Una de los principales puntos es que se debe encontrar bajo tierra, aunque también podría refugiarse dentro de un edificio, aunque eso sí: es importante alejarse de las ventanas y de los pisos que se encuentren cerca de la azotea. Por eso lo mejor es una habitación interior, ya que los ladrillos y el cemento ayudarían a bloquear parte de las partículas del ambiente.
Por otro lado, habría que tirar toda la ropa que ha estado en contacto con el ambiente tras la explosión, y lavar todas las partes de nuestro cuerpo que hayan estado expuestas con champú y agua. En este sentido es fundamental que no nos frotemos con violencia para evitar que las partículas radiactivas penetren en las heridas. Tampoco recomiendan no utilizar acondicionador de pelo porque «actuaría como pegamento» para las partículas, según la FEMA.
Durante las 24-48 horas siguientes es mejor no salir del refugio, ya que después de ese tiempo el riesgo de radiación es mayor que el de estar en un lugar sin ningún tipo de abastecimiento de comida.
Por último, otra de las recomendaciones es elaborar planes familiares y kits de supervivencia con lo indispensable.
La respuesta en caso de ataque nuclear debe comenzar antes de una alerta real, en la prevención. La FEMA recomienda que en cada hogar se diseñe de antemano un plan de emergencia que contemple las opciones de evacuación, refugio y comunicación.
Además, es aconsejable preparar kits de emergencia que contengan como mínimo alimentos y agua para al menos 72 horas, junto con material de aseo y primeros auxilios, una radio, teléfono móvil, una máscara para el polvo, láminas de plástico y cinta para sellar el recinto, mapas, linterna, pilas y silbato. A todo ello se añadirán otros artículos según las necesidades personales, como medicamentos o leche para bebés.