¿Por qué nunca debes cortar el tallo de las fresas antes de lavarlas?
Las fresas son una de las frutas más populares de la temporada de primavera, aunque no todos las consumen correctamente
Para disfrutar al máximo de las fresas y sacarle todo el partido, debemos lavarlas antes de cortarles el tallo o las hojas
A la hora de lavar las fresas, no es necesario recurrir a productos desinfectantes, pero si los usas, debes aclararlas correctamente
Las fresas son una de las frutas más destacadas de la temporada de primavera, y también una de las favoritas de los consumidores. Estos pequeños bocados de color rojo y sabor tirando a ácido son perfectos para tomar entre horas, como un temtempié en la oficina, de postre, acompañadas de un buen chorro de nata o con chocolate, o incluso para preparar tartas o un sano y refrescante batido.
A la hora de comprar fresas, sin embargo, debemos tener en cuenta varios detalles. El primero es que su temporada es extremadamente corta, así que, si eres de los que disfrutan de esta fruta, tendrás que darte un poco de prisa, ya que prácticamente desaparecen del supermercado al empezar el verano. El segundo es que debemos darnos prisa en comerlas, porque generalmente no aguantan más de una semana en buen estado. Además, para poder conservarlas, es importante que las guardemos en la nevera: si no, perderán sus propiedades mucho antes.
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Asimismo, antes de consumir las fresas, ya sea solas, con nata o en un postre, debemos lavarlas y cortarles tanto el tallo como las hojas. Pero ¿en qué orden debemos proceder? ¿Es mejor lavar antes que cortar o cortar antes de lavar?
Lavar antes de cortar
Aunque a primera vista pueda parecer un detalle completamente insignificante que no altera el resultado final, la realidad es que a la hora de consumir fresas debemos seguir un orden concreto para poder disfrutar de todo su sabor y sacarle el máximo partido: primero debemos lavarlas y después, cuando ya estén completamente limpias, cortar el tallo y las hojas.
Cortar el tallo y las hojas de las fresas antes de lavarlas cambia la textura y sabor de la fruta y reduce el tiempo que pueden permanecer en buen estado. Esto se debe a que, cuando extraemos estas partes, creamos una entrada por la que puede colarse el agua.
Cuando esto ocurre, la fresa se vuelve acosa, lo que empeora su sabor y su textura, haciéndola más desagradable al gusto. Asimismo, al introducirse el agua en su interior, también se reduce su tiempo de conservación, por lo que se pondrían en mal estado mucho antes de lo que les correspondería. Por eso, para evitar estos problemas y poder seguir disfrutando de nuestras fresas, debemos evitar cortar el tallo y las hojas antes de limpiarlas con agua.
En este sentido, es importante recordar que antes de consumir cualquier fresa debemos limpiarlas, ya que estas frutas se comen sin pelar y pueden presentar elementos y microorganismos nocivos para nuestra salud. Además, son unas de las que registran un mayor uso de pesticidas, por lo que podrían presentar restos de estos productos.
Para lavar las fresas, solo es necesario pasarlas por agua, asegurándonos de que se mojan cada una de sus partes. No obstante, si quieres obtener algunos de los productos del mercado diseñados para desinfectar frutas y verduras, debes asegurarte de que aclaras completamente la fruta, porque, de lo contrario, el remedio será mucho peor que la enfermedad.