Son muchos los tipos de cerveza que existen, tantos como para gustos hay. Por eso mismo es una de las bebidas más populares de España, somos el segundo país que más cerveza bebe, y en el resto del mundo, convirtiéndola además en una de las más consumidas. Pese a ser una bebida muy actual, lo cierto es que cuenta con cientos de años de historia, incluso se podría decir miles, pues la cerveza más antigua de Europa está en España, y fue creaba hace 6.300 años.
Aquellas primeras cervezas, según los expertos que lo han estudiado, poco tienen que ver con las que nos bebemos hoy. Sin embargo, las tratan como cervezas debido a que, pese a que el sabor no fuese igual, sí que usaban una característica de nuestras cervezas, la fermentación.
Hace ya varios años que se descubrió la primera cerveza de Europa, en la Cova de Can Sadurní, en Begues, a unos 30 kilómetros de Barcelona. En una excavación se encontraron restos de esta bebida, que no es la más antigua del mundo porque se han encontrado restos de esa cerveza en Israel de hace unos 13.000 años.
Tuvo que pasar unos cuantos años, hasta 2014, cuando aquellas muestras de fermentación se convirtieron otra vez en realidad creando la Encantada, una cerveza elaborada en la localidad e inspirada en los hallazgos que se habían producido. Eso sí es muy diferente a lo que acostumbramos a tomar por cerveza.
Esta receta no lleva lúpulo, sino que se elabora a partir de malta de cebada, artemisa, hierba luisa, moras y miel, productos que se encontraban cercanos a la cueva en la que se encontraron los restos y que hace más de 6.000 años eran necesarios para crear las bebidas de entonces.
Un grupo de arqueólogos y el Instituto de Cerveza Artesana trabajaron juntos para crear esta bebida y hacerla más actual y agradable al paladar sin que perdiese la esencia de la original. Al conseguirlo, se pone en valor y conocimiento el hallazgo, pues los beneficios que se consiguen con su comercialización se utilizan para financiar las excavaciones en la cueva.
Llamarla la Encantada fue una idea para que se identificase con los habitantes de Begues, a los que llaman “los encantados”. Todo ello debido a l’Encantat de Begues, la figura humana más antigua encontrada en la península, precisamente en este pueblo.