Cómo hacer cerveza artesanal en casa: esta es la receta
Si tanto disfrutas de la cerveza, hazla en casa de la forma tradicional: en el mercado tienes disponibles todos los ingredientes y utensilios necesarios
Incluso se comercializan kits de elaboración de cerveza artesanal que incluyen botellines y sus chapas correspondientes
La cerveza más antigua de Europa está en España y tiene más de 6.000 años de historia
Los españoles somos grandes consumidores de cerveza. Nos gusta una caña bien tirada con una tapa de pie en una barra o sentarnos a disfrutar de sabores más intensos. Ahora en pleno invierno, cuando se reducen un tanto los planes, puede ser el momento de fabricarla uno mismo. En Uppers hemos tomado nota de los expertos sobre cómo hacer cerveza artesanal en casa. Implica paciencia, pero la experiencia merece la pena.
Hacer cerveza artesanal en casa tipo lager, de trigo o la IPA es posible llevando a cabo el sistema tradicional. Se necesitan obligatoriamente unas seis semanas hasta completar todo el proceso, de ahí la paciencia. Los más inquietos tienen la opción de comprar un kit de preparación casero que incluye todo lo necesario y sus instrucciones correspondientes para que ese tiempo se reduzca a dos semanas. La desventaja es que no es tan personalizable como el primero.
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Ingredientes para hacer cerveza artesanal
Si se apuesta por el sistema tradicional es necesario contar con cebada, lúpulo, levadura y azúcar. Las cantidades para preparar una cerveza tipo ale son las siguientes:
- 2,25 kilogramos de malta de cebada.
- 25 gramos o 3 sobres de lúpulo.
- 2,5 gramos o 1 sobre de levadura tipo ale.
- 2 cucharadas de azúcar moreno.
- 7,5 litros de agua mineral sin gas.
Germinación y horneado
El primer paso es iniciar la germinación de los granos de cebada e interrumpirla. Se consigue poniéndolos en remojo 48 horas, después se sacan, se escurren y se cubren con una toalla otros cinco días a temperatura ambiente. Los brotes nacidos deben haber alcanzado la misma longitud que el propio grano. Tras esos cinco días se detiene la germinación horneando los granos.
En este horneado cada uno elige qué tipo de cerveza quiere fabricar: la rubia y más suave tipo lager o más tostada y por tanto más fuerte tipo Guinness. Esta decisión determina la temperatura del horno, que puede programarse desde 150º C a 250º C y el tiempo con un rango que empieza en los 10 minutos y puede durar 60 minutos. Estos pasos se conocen como maltear la cebada. Así, a los granos de cebada germinados y tostados se les llama malta.
Maceración de la malta
El siguiente proceso es la maceración de la malta: se tritura con una licuadora y se mezcla con agua mineral sin cloro que se ha debido calentar previamente hasta alcanzar una temperatura de entre 62º C y 72ºC. A continuación, se revuelven los granos con el agua para que el almidón se transforme en azúcares fermentables.
Es imprescindible remover constantemente una hora y media. Pasado este tiempo se tiene que filtrar la mezcla hasta tres veces de modo que se elimine el bagazo que son los residuos sólidos y quede el mosto o el extracto de malta. En el mercado se comercializan cubas de filtrado específicas para ello.
Ya con el mosto preparado, se procede a aromatizar y saborizar, lo que se consigue gracias al lúpulo, que previamente se ha diluido en agua caliente. Se mezcla el mosto con el lúpulo y se hierven dos horas. En ese tiempo es necesario ir añadiendo agua poco a poco de modo que se compense la evaporación que se produce con el calor.
Fermentación
Ahora llega la fermentación para lo que se incorpora la levadura y se añade la dosis de paciencia. El recipiente donde almacenar la preparación tiene que estar tapado con la finalidad de que no se contamine por bacterias. Es importante además no precintarlo o sellarlo porque se acumularía dióxido de carbono. Los expertos aconsejan que este envase sea de acero inoxidable, vidrio o de plástico de alta calidad.
Además, conviene que el recipiente disponga de una trampa de aire (airlock) que permite que el dióxido de carbono producido por la levadura escape del fermentador, sin dejar que entren bacterias y otros contaminantes.
Para obtener una cerveza ale se tiene que guardar durante dos semanas en un lugar oscuro y fresco que se encuentre a una temperatura de entre 18º C y 22º C. Las lager necesitan más frío, entre 7º C y 13º C.
Carbonatación y el embotellado
El penúltimo paso es la carbonatación y el embotellado. Ya han pasado dos semanas, se abre el recipiente y se añade azúcar. Se vierte la mezcla en las botellas usando un tubo para envasar conectado a una manguera flexible. Conviene que sea rígido en forma de J para extraer la cerveza del fermentador sin que se revuelvan los sedimentos que quedan al fondo. Por su parte, las botellas, oscuras y opacas, se tapan con su chapa y se dejan descansar otras dos semanas más. Es el tiempo en el que el azúcar reacciona con la levadura y genera el dióxido de carbono y, por tanto, las burbujas de la cerveza.
Kits de preparación de cerveza artesanal
Un kit de preparación de cerveza artesanal simplifica el proceso y lo acelera porque ya vienen los ingredientes preparados. Es importante comprarlo con herramientas y recipientes que se puedan reutilizar de modo que se pueda repetir el proceso adquiriendo nuevos ingredientes. Estos kits deben incorporan un barril con su grifo o botellines reutilizables, chapas para cerrarlas herméticamente y encapsulador para poner las chapas, entre otros elementos básicos como un higrómetros, termómetro y filtro.
Lo recomendable es que dispongan de materiales e ingredientes para obtener un mínimo de cinco litros de cerveza en cada proceso. A su vez tendría que estar lista para su consumo en tan solo dos semanas.