¿Cuál es la diferencia entre los huevos camperos y los ecológicos?
La preocupación de los consumidores por el origen del que proceden sus alimentos ha llevado a las industrias a buscar nuevos métodos de producción menos contaminantes
La industria del huevo ha diversificado sus métodos de producción, pero las características de los huevos que se venden en el mercado son prácticamente las mismas
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Los huevos son uno de los alimentos más versátiles que podemos encontrar en el supermercado. Ya sean fritos, cocidos, a la plancha, al horno, como revuelto o en forma de tortilla española o francesa, los huevos admiten multitud de elaboraciones, a cada cual más deliciosa, y pueden formar parte de una gran variedad de recetas, tanto dulces como saladas.
Además de ser versátil, el huevo cuenta con la ventaja de ser un alimento muy nutritivo y, dentro de lo que cabe, barato, si bien es cierto que la inflación" y el encarecimiento de la cesta de la compra ha aumentado considerablemente su precio. Aun así, y pese a este incremento, los huevos son unos alimentos que no deberían faltar nunca en nuestra nevera por los beneficios que puede aportarnos a nuestro organismo y por la variedad de recetas que los emplean.
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A la hora de comprar huevos en el supermercado, sin embargo, pueden surgir ciertas dudas. Hasta hace unos años, nuestra única preocupación para elegir una huevera del supermercado o tienda de turno era, básicamente, el tamaño de los huevos: ¿queríamos unos grandes o unos pequeños? Ahora, en cambio, en las baldas de las tiendas podemos encontrar hueveras con huevos de hasta cuatro tipos distintos: camperos, ecológicos, de gallinas criadas en suelo y de gallinas enjauladas.
Estas categorías se pueden distinguir por el código que llevan impreso los huevos en su cáscara, siendo el 0 para los camperos, el 1 para los ecológicos, el 2 para las gallinas criadas en suelo y el 3 para las enjauladas, y hacen referencia, más que a las características del propio huevo, a la manera en la que estos se han producido.
Las diferencias entre un huevo ecológico y un huevo campero
En los últimos años ha aumentado la preocupación de los consumidores por el origen del que proceden sus alimentos, y cada vez es más habitual encontrarse con discusiones sobre los modelos de producción y los efectos nocivos que la industria tiene tanto para el medioambiente como para el propio bienestar de los animales.
Esta preocupación ha aumentado el interés por alternativas más ecológicas y sostenibles que puedan reducir, en la medida de lo posible, el impacto contaminante de la industrial, y ha llevado a las industrias a buscar nuevos métodos de producción menos contaminantes para dar respuesta a esta demanda.
La industria del huevo no ha sido ajena a las conversaciones, y en los últimos años ha diversificado los tipos de productos que podemos encontrar en el mercado. Aquí entran en juego las categorías que hoy vemos en los supermercados, y que poco tienen que ver con los nutrientes y propiedades de los alimentos. Al contrario, están relacionadas con su modelo de producción.
Así, los huevos ecológicos proceden de gallinas que viven en corrales al aire libre y que se alimentan, principalmente, de pienso procedente de agricultura ecológica, aunque también pueden picotear hierba e insectos por sí mismas. Por su parte, los huevos camperos son aquellos que proceden de gallinas también criadas al aire libre, aunque, en vez de alimentarse con pienso, lo que consumen es maíz, así como bichos y hierbas, mientras que los huevos que proceden de gallinas criadas en suelo vienen de gallinas que han sido criadas dentro de un recinto cerrado.
Finalmente, los huevos que proceden de gallinas enjauladas proceden, tal y como su propio nombre indica, de gallinas que viven en jaulas, en recintos cerrados y con luz artificial, sin libertad.
Cada una de las variedades de huevos que se venden en el supermercado, cumplen, a pesar de las diferencias en los métodos de producción, con unos criterios objetivos de calidad y presentan unas propiedades que, si bien no son del todo iguales, sí son semejantes. Es decir: algunos tienen un poco más de sabor y otros una yema más o menos anaranjada o amarillenta. Lo que sí varía, no obstante, es el precio, que viene marcado por el coste de producción, que es más caro en el caso de las gallinas que viven en libertad que en el de aquellas que viven encerradas.
A la hora de elegir qué huevera coger, por tanto, debemos tener en cuenta que las condiciones de los huevos serán siempre las mismas, pero que su producción será completamente diferente. La decisión, eso sí, es toda tuya.