Las freidoras de aire son un descubrimiento si se usan con cabeza para seguir alimentándonos de forma saludable. Son perfectas para freír en casa croquetas caseras o unas patatas de acompañamiento teniendo en cuenta que ciertos alimentos no se pueden cocinar en este pequeño electrodoméstico. En Uppers vamos a repasar qué alimentos nunca deberías meter en la freidora de aire.
De paso, vamos a recordar que el uso de este aparato deja de ser saludable si se aprovecha para freír a diario precocinados. Aunque se elimina la mayor parte de la grasa que absorben tras freírlos de la manera tradicional, la mayoría de alimentos precocinados están cargados de grasas saturadas, azúcares y sal, ingredientes que generan obesidad, diabetes y enfermedades cardiovasculares.
Estos electrodomésticos solo necesitan una muy pequeña porción de aceite, mejor elegir el de oliva virgen extra. Así se rebajan las calorías entre un 70% y un 80% en comparación con las frituras convencionales donde el alimento se sumerge totalmente en aceite caliente. El nuevo proceso se consigue gracias a un sistema que genera una circulación de aire caliente a una gran velocidad por la cesta de la freidora donde el mismo aire distribuye el aceite de forma uniforme. Además, durante el proceso se recomienda abrir la freidora y mover el cestillo varias veces de modo que ese aire llegue por igual a todo el alimento.
Una de las condiciones para cocinar en este electrodoméstico es el peso y el ingrediente en sí mismo, es decir, en cómo cambia de estado tras someterlo al calor. A continuación, enumeramos una serie de alimentos que nunca se deben meter en la freidora de aire.
El sistema que emplea la freidora de aire para cocinar con aire caliente tiende a deshidratar los alimentos. Por tanto, si se pretende utilizar con verduras lo aconsejable es utilizar las que estén congeladas previamente, cortadas en trozos, nunca enteras, y las que tengan cierto peso. En el caso de verduras de hoja y frescas como las espinacas lo más probable es que el resultado sea una cocción irregular y nada apetecible. En cambio, el brócoli o la coliflor partidas en arbolitos sí pueden quedar ricas y crujientes.
Una freidora de aire no tiene suficiente potencia como para asar una carne, un pollo, un pavo o un pescado de gran tamaño y es mejor no arriesgar el producto ni el tiempo. Lo que sí es posible es cocinar un filete empanado de ternera o de pollo o incluso un cachopo. Lo ideal es que sus dimensiones estén en consonancia con el recipiente de la freidora para que se puedan introducir completamente estirados. Otra recomendación es congelarlos antes para fijar el rebozado a las carnes.
El queso tiende a derretirse con el calor, por tanto, aunque esté empanado se extenderá por todo el recipiente una vez el aire de la freidora haga que ascienda la temperatura. Al no freír en aceite abundante el rebozado no hace costra y no se convierte en un caparazón que retiene el queso fundido en el interior.
Tanto las legumbres como la pasta o el arroz necesitan una gran cantidad de agua para hidratarse durante la cocción lo que no es posible conseguir en una freidora de aire.
Croquetas, pescado frito, alitas fritas, verduras rebozadas… como sucede con los empanados de carne precisan de un choque de temperatura para que ese rebozado se fije con antelación. Lo aconsejable es congelar estos alimentos una vez preparados para facilitar el cocinado dentro de la freidora de aire. Así se consigue que esos rebozados resulten crujientes y que retengan los jugos del interior.