Todos lo hemos hecho alguna vez. Coger una coctelera, mezclar líquidos varios con hielo, agitar con actuación estelar y servir en copa glamourosa. Sin embargo, por decirlo de un modo elegante, no siempre el resultado es el esperado. Para poder venirte arriba en la próxima cena con amigos con una especialidad y maneras que no corran la misma suerte, hemos consultado al maestro coctelero Suso Ormeño, del restaurante-coctelería madrileño Martinica, las claves para acertar. Tipos de cócteles, qué poner de picar o, entre otras cosas, qué es mejor que no intentes. Shacke it!
¿Qué tres cosas debe tener un buen cóctel?
Debe ser equilibrado, lo que significa que sus ingredientes deben complementarse entre sí sin que ninguno domine. Una presentación atractiva, ya que la primera impresión es fundamental en la coctelería. Y sabor para deleitar el paladar y despertar los sentidos.
¿Y un buen coctelero?
Un buen coctelero es un artista de la mezcla. Creativo para inventar nuevas bebidas y adaptarse a los gustos cambiantes de los clientes; la paciencia con el cliente y atención al detalle son cruciales, ya que las medidas precisas y la técnica adecuada son la base de un cóctel perfecto; y ser un excelente anfitrión, capaz de brindar una experiencia memorable.
¿Existen estudios específicos para la alta coctelería?
Sí, existen programas de formación y cursos especializados de alta calidad. Abarcan desde la historia de los cócteles hasta las técnicas de preparación, la selección de ingredientes de primera calidad y la presentación creativa. La alta coctelería es un arte que combina la tradición con la innovación.
Tres cócteles para hacer una noche en casa de cena con amigos.
Para impresionar a tus amigos en casa puedes preparar cócteles clásicos como el Mojito, el Daiquiri y el Negroni. Son refrescantes y deliciosos, y puedes personalizarlos según los gustos de tus invitados.
El mayor error a la hora de creerse uno coctelero es...
Subestimar la importancia de la precisión en las medidas y la calidad de los ingredientes. Un pequeño error en las proporciones puede arruinar un cóctel. La coctelería es un equilibrio entre arte y ciencia.
¿Es correcto cenar con cócteles o son más bien una especie de postre para la sobremesa?
Pueden acompañar tanto la cena como la sobremesa, dependiendo del estilo de la velada. Algunos, como el Martini, son perfectos como aperitivos antes de la cena, mientras que otros, como el Espresso Martini, pueden funcionar como postres líquidos para la sobremesa.
El cóctel más resultón para reconquistar a tu pareja y recuperar el lado más asalvajado una noche.
Para una noche especial, un cóctel seductor como el French Kiss, que combina champán, licor de frambuesa y una pizca de chile, puede despertar la pasión y añadir un toque de misterio.
Un cóctel para una primera cita tras un divorcio.
Uno suave y refrescante como el Gin Fizz con lavanda puede ayudar a crear un ambiente relajado y agradable para una primera cita después de un divorcio.
El cóctel más caro que has hecho.
Un "Diamond Fizz," que incluía una perla comestible sumergida en champán de alta gama. Fue una experiencia lujosa y única.
¿Y el más raro?
The Smokey Bacon Old Fashioned". Incorpora una infusión de bourbon con tocino ahumado, lo que le da un sabor ahumado y salado que sorprende a muchos paladares. La combinación de los sabores dulces y salados puede parecer inusual al principio, pero para los amantes de la comida y la coctelería aventureros, puede ser una experiencia excepcional.
Es importante que cada cóctel tenga su vaso o es solo estética, ¿por qué?
No es solo una cuestión de estética, también influye en la experiencia de degustación. Cada tipo de vaso está diseñado para realzar ciertos aspectos. Por ejemplo, un vaso alto y delgado como el Collins resalta la carbonatación y la frescura de cócteles con soda, mientras que un vaso corto y ancho como el Old Fashioned es ideal para cócteles fuertes y revueltos. Además, la forma del vaso influye en la forma en que percibimos los aromas y sabores, lo que hace que la elección del vaso sea fundamental para la experiencia de coctelería.
Qué elementos no pegan-maridan bien en un cóctel
En la coctelería, la clave es el equilibrio de sabores. Algunos elementos que no suelen combinar bien son los sabores extremadamente dulces con los extremadamente ácidos o amargos, ya que pueden resultar abrumadores. Por ejemplo, combinar un licor muy dulce con un zumo de limón muy ácido puede crear un cóctel desequilibrado. Sin embargo, esto puede ser corregido con precisión y experiencia en la mezcla de sabores, ya que a veces un toque de acidez puede realzar la complejidad de un cóctel.
¿Gominolas, frutos secos, aceitunas? Qué poner de picar mientras se toman cócteles
Pueden variar según el estilo y el sabor del cóctel. Las aceitunas son una elección clásica y complementan cócteles como el Martini. Los frutos secos, como las almendras o los cacahuetes, son populares porque su salinidad puede realzar el sabor de algunos cócteles, especialmente aquellos con notas más dulces. Las gominolas, aunque menos tradicionales, pueden ser una opción divertida, especialmente en cócteles más creativos o de temática particular.
El favorito de los hombres de más de 50
Según mi experiencia, sueles pedir clásicos y bien elaborados. Un favorito común es el "Old Fashioned", simple y elegante que combina bourbon, azúcar y bíteres, realzando el sabor profundo del bourbon. Su simplicidad y sabor atemporal lo hacen muy popular entre esta generación.
¿Y el de las mujeres de más de 50, si es que cambia?
Muchas veces prefieren cócteles más refrescantes. Uno de los favoritos es el "Gin Fizz", que combina gin, jugo de limón, azúcar y soda. Su perfil de sabor equilibrado y su toque cítrico lo convierten en una elección popular para personas que buscan un cóctel ligero.
¿"Agitado pero no revuelto", es un mito o tiene sentido?
Tiene sentido en la coctelería. Agitar mezcla los ingredientes de manera enérgica y crea una textura diferente en comparación con revolver, lo que afecta al perfil de sabor del cóctel. Esta elección de técnica es fundamental para crear cócteles clásicos como el Martini o el Manhattan, que tienen perfiles de sabor distintivos.