Cómo hacer palomitas sin maíz en solo 10 minutos: el ingrediente que necesitas
Las palomitas de amaranto son una alternativa muy nutritiva a las palomitas convencionales
El resultado son unas mini-palomitas muy sabrosas que podemos comer saladas, con mantequilla y sal
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Se conocen varios centenares de variedades de maíz, pero sólo una de ellas estalla por el efecto del calor, originando las populares rosetas o palomitas de maíz. Esta propiedad es exclusiva del grano de este maíz, también llamado palomero o saltarín, que al reventar forma figuras parecidas a palomas blancas. Pero el maíz no es el único ingrediente con el que podemos lograr estas palomitas tan ricas.
El amaranto es un pseudocereal con un elevado contenido proteico. Aunque su uso se remonta a los tradicionales pueblos mayas, hoy en día está adquiriendo mucha popularidad gracias al empuje comercial que está experimentando y a las casi recién descubiertas propiedades nutricionales. Podemos usarlo de diferentes maneras, entre las más originales están las palomitas de amaranto, que pueden ser una buena opción tanto para niños como para adultos.
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Este pseudocereal se incluye dentro del grupo de los vegetales más proteicos, perfecto para una dieta vegana donde las proteínas suelen ser una de las mayores preocupaciones, ya que contiene 19 gramos de estas por cada 100 gramos. Además, es rico en minerales. En mayor proporción encontramos el potasio, el fósforo y el calcio. También contiene, aunque en menor proporción, Vitamina C y Vitaminas del grupo B. Lógicamente, también nos aporta mucha energía pues 100 gramos de amaranto contienen 71.8 gramos de hidratos de carbono.
Preparar palomitas de amaranto
Una forma muy sencilla de consumir el amaranto es mediante palomitas de amaranto. Son una buena y sana alternativa a las palomitas de maíz, y además también es apta para celíacos, ya que no contienen glúten.
Para preparar palomitas de amaranto, necesitarás como ingredientes las semillas de amaranto (la cantidad variará según la cantidad de palomitas que quieras preparar y el número de comensales que seáis). De cada semilla saldrá una palomita. Habrá que usar también un poco de sal marina si quieres darles un toque de sabor o también puedes endulzarlas si lo prefieres. Al igual que las palomitas de maíz, su sabor es neutro, por lo que con imaginación podemos hacer palomitas muy creativas usando por ejemplo especias como el pimentón, el orégano o la canela.
La preparación es muy sencilla. Pon a calentar una sartén sin añadirle aceite, cuando esté muy caliente añade las semillas de amaranto. Tápalas rápido para evitar que salgan de la sartén cuando empiecen a explotar y mueve la misma en círculos sin levantarla del fuego, para así mezclarlas y que el calor se reparta por igual. En pocos minutos o cuando escuches que dejan de estallar, ya tendrás listas tus palomitas de amaranto. No prepares muchas de una vez. Es mejor ir haciendo pocas cantidades, sacar y volver a añadir más semillas a la sartén. Al hacer mucha cantidad, corres el riesgo de que no se cocinen todas por igual y queden granos sin explotar.
Propiedades y beneficios del amaranto
- Aporta a celíacos energía sin gluten. Este pseudocereal está compuesto en un 59 % por carbohidratos, en su mayoría con forma de almidón. A diferencia de otros cereales, no contiene gluten.
- Incremento del rendimiento mental y físico. A las personas que tienen un desgaste físico e intelectual importante, como los estudiantes, se les recomienda su consumo.
- Aporta fibra vegetal, carbohidratos complejos y proteínas. Como consecuencia, tiene un bajo índice glucémico (IG) y el suministro de glucosa al cerebro es constante. Además, como su IG es bajo, resulta perfecto para que lo consuman las personas que padecen diabetes.
- Alto contenido en fibra. El aporte de fibra del amaranto es de 6,7 %, lo que lo sitúa por encima de otros cereales. Por ello, contribuye a la motilidad del intestino y al cuidado de la flora intestinal.
- Fortalece los huesos. El amaranto protege tu sistema óseo de la osteoporosis debido al aporte de fósforo, magnesio y calcio.
- Favorece la salud cardiovascular. Puede regular los niveles de colesterol en sangre. Además, es más rico en grasas que la avena y sus compuestos fenólicos poseen un alto poder antioxidante.
- Fuente vegetal de escualeno. Esta sustancia se extraía normalmente del hígado de tiburón por sus propiedades anticancerígenas. Pero, además, es una sustancia grasa antioxidante que ejerce un efecto protector sobre el intestino, el sistema circulatorio y la piel.