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Uno de los manjares más típicos de tierras españolas es, y será siempre, el jamón ibérico. Este producto de inconfundible sabor y apariencia comparte el trono gastronómico más característico con delicias como la paella, la tortilla de patata o el lechazo, aunque para muchos sobresalga. Sin embargo, aunque se produce en diversas partes de nuestro país, con sabroso resultado siempre, hay una localidad que garantiza un extra de cuidado en la elaboración de las distintas calidades del jamón ibérico.
Nos referimos a Guijuelo, un municipio situado en la provincia de Salamanca, Castilla y León, que es ampliamente reconocido como el paraíso del jamón ibérico en España, hasta el punto de contar con el sello de calidad de una Denominación de Origen (. Esta localidad es el epicentro de la producción de jamón ibérico, un producto que forma parte esencial de la dieta mediterránea y es considerado un ingrediente de lujo en la gastronomía española.
El jamón ibérico de Guijuelo destaca por su suavidad y untuosidad, características que se deben en gran medida al clima privilegiado de la región. Los vientos fríos y los veranos cortos de Guijuelo contribuyen a un proceso de curación natural del jamón, sin necesidad de someterlo a grandes cantidades de sal. Además, el sabor ligeramente dulce del jamón se explica por la alimentación de los cerdos a base de bellota, lo que le aporta un toque distintivo muy apreciado por los conocedores.
Una de las principales diferencias en la calidad del jamón ibérico es la pureza de la raza del cerdo -si se trata de cerdos ibéricos puros o están cruzados con la raza Duroc Yersey-, su cría -si tienen espacio suficiente y viven en libertad o están en granjas intensivas -, la calidad de la alimentación - si se han alimentado de bellota o también han tenido piensos y otros compuestos - y el proceso de curación del propio jamón - Gran Reserva, Reserva, Bodega o Baja Curación-. Guijuelo se destaca en estos aspectos, lo que le ha ganado la reputación de ser el paraíso del jamón ibérico.
Guijuelo no solo es famoso por su jamón, sino también por ser un destino gastronómico relevante. La localidad cuenta con más de 150 empresas jamoneras y de embutidos, muchas de las cuales ofrecen visitas guiadas y actividades como degustaciones. El Museo de la Industria Chacinera en Guijuelo es otro punto de interés, donde los visitantes pueden aprender sobre las técnicas de elaboración y conservación de los productos derivados del cerdo ibérico. Además, en la Plaza Mayor se pueden realizar catas organolépticas de diferentes partes del jamón de bellota ibérico y disfrutar de degustaciones de embutidos locales.
Aunque se suele destacar a Guijuelo como la cuna del Jamón Ibérico, lo cierto es que en España existen un total de 4 zonas que cuentan con este sello para este producto, y dos más para el jamón serrano.
Hablamos de Dehesa de Extremadura, Jabugo y Pedroches en el primer caso, y Teruel y Trevelez en el caso del Jamón Serrano. Todos ellos ofrecen productos de extrema calidad con sus propios matices en cuanto a producción, calidad y sabor, por lo que los buenos gourmets tienen casi el obligado placer de aprender a detectar las sutilezas que hacen únicas a cada una de estas denominaciones.
Guijuelo, gracias a su clima, tradición y métodos de producción, se ha ganado el título del paraíso del jamón ibérico. Es un lugar donde la tradición se combina con técnicas modernas para producir uno de los manjares más exquisitos de la gastronomía española. Para cualquier amante del jamón y la buena comida, Guijuelo es un destino imprescindible en España.