¿Cómo conseguir unas patatas fritas más crujientes? El truco del vinagre
A la hora de freír las patatas a veces no quedan del todo crujientes, pero un poco de vinagre puede ser la solución
Cuando se compran hay que saber de qué forma las vas a cocinar, ya que hay variedades de patatas mejores para freír y otras para cocer
Con solo una cucharada de vinagre puedes lograr comerte unas patatas blandas por dentro y crujientes por fuera
Rara es la cocina donde no nos encontramos con un par de patatas esperando a socorrernos cuando no sabemos qué poner al fuego para servir en la mesa. Su versatilidad hace que siempre sean una buena idea para crear cualquier tipo de guarnición o una buena tortilla, adaptándose al alimento principal. Eso sí, tienen la mala fama de engordar, aunque todo depende de cómo se cocinen o de la variedad de patata que se utilice, ya que solo en España hay unas 150 distintas.
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El vinagre, tu mejor aliado
Pero lo que más claro está es que la forma favorita de prepararlas para muchos es fritas, cierto es que con la llegada de las air fryer a nuestras cocinas parece que se hacen aún más al no necesitar tanta cantidad de aceite. Aún así, sigue sin ser la comida más sana de todas, pero de vez en cuando unas patatas bien fritas no le hacen daño a nadie. ¿A veces te quedan raras? Puede que no estes utilizando una variedad ideal para freír o no te queden del todo crujientes, y para eso hay un truco muy fácil con el que te quedarán para chuparte los dedos.
Si cuentas con una variedad de patata específica para freír difícilmente te saldrán mal. Una vez peladas y cortadas uniformemente y pasadas por agua lo más probable es que quieras echarlas ya sobre el aceite caliente. No obstante, si haces un truco antes, te quedarán bien blandas por dentro y crujientes por fuera. Solo necesitas vinagre.
Así quedarán bien crujientes
Previamente a ponerlas en agua, echa una cucharada de vinagre y mezcla bien. Entonces échalas ya cortadas y déjalas en remojo unos diez minutos antes de escurrirlas y secarlas bien para freírlas.
Lo ideal es utilizar aceite de oliva que esté bien caliente, pero que no en exceso, hasta el punto de quemarse. Una vez las echas, vigílalas bien para que no se peguen y déjalas cinco minutos antes de sacarlas para que se hagan bien por dentro. Al sacarlas, deja que reposen y, tras ello, las devuelves al aceite para que terminen de hacerse dorándose bien por fuera.
Una vez listas, ya sabes, solo te queda sacarlas y escurrir bien el aceite ayudándote de papel de cocina para que no queden muy aceitosas. Solo queda echarles sal al gusto de cada uno, servir, y disfrutar de una patatas fritas deliciosas y, lo más importante, bien hechas y crujientes.