Según un último informe sobre los “Hábitos de Consumo de Café en España” realizado por la cadena Café & Té, el 63% de los españoles mayores de 15 años (unos 22 millones de personas) declara tomar al menos un café diario.
El informe concluye que los consumidores más habituales de café en España consumen un promedio de 3,6 cafés diarios entre semana. Los fines de semana la media baja, situándose en 2,7 tazas al día. El consumo de café se puede hacer en una cafetería o también en casa, para ello es necesario una cafetera.
Italiana, de goteo, express… las opciones para tener en casa son infinitas. Las primeras cafeteras tienen sus orígenes a principios del siglo XIX cuando el café se mezclaba directamente con agua hirviendo, hoy en día son miles los hogares que tiene una cafetera express.
Las cafeteras express son eléctricas y a diferencia de las cafeteras tradicionales de goteo o de las italianas, hacen pasar agua caliente, regularmente a 90° grados, a presión de 8-10 atmósferas por 20 a 30 segundos por café molido muy fino, extrayendo su sabor y esencia.
Tanto las cafeteras express tradicionales como las cafeteras express automáticas tienen un funcionamiento básico parecido. Las dos tienen un depósito de agua, una caldera que calienta esta agua hasta la temperatura deseada y un circuito que lleva el agua a presión hasta donde se encuentra el café molido. En esta última parte es donde se diferencian las dos cafeteras. Mientras que en la manual el café se coloca en un cacillo que introducimos y sacamos nosotros mismos, en el caso de las automáticas, este mecanismo es interno.
En los dos casos, es necesario limpiar periódicamente la cafetera para evitar que se acumulen restos de café y aceites que pueden afectar al sabor del café. La pieza imprescindible de tu cafetera express es el filtro, su limpieza debe ser diaria justo después de cada preparación, ya que de lo contrario los restos de este se secarán y será más difícil de limpiar.
Después de preparar tu café extrae el filtro y portafiltros de la cafetera, y límpialos con agua caliente (sin jabón), asegurándote de eliminar bien todos los restos y aceites. En la limpieza de mantenimiento puedes ponerlos en remojo con agua caliente y limpiador de cafeteras, aclarándolos muy bien para eliminar todos los restos de producto.
En ocasiones por mucho que limpiemos a diario el filtro puede ocurrir que se obstruya, para ello tenemos dos opciones.
Con un cepillo de cerdas suaves o un cepillo de dientes, frota el filtro para eliminar las manchas de café. Aclara bien el filtro y sécalo con un paño limpio y seco o déjalo escurrir.
Realiza estos pasos cada vez que termines de preparar tus cafés: