El refranero español también le ha hecho hueco a los tomates: “con tomates, mil manjares”, “tomates crudos con sal, gustoso manjar” o “a todo le sienta bien el tomate, menos a las gachas y al chocolate”, son solo algunas de las frases que halagan esta hortaliza tan consumida.
Muchas personas se preguntan si el tomate es una fruta o una hortaliza. En realidad, ambas opciones son correctas, el tomate es una fruta, y también es una hortaliza, pues depende de cómo lo clasifiquemos. Desde el punto de vista botánico, el tomate es una fruta, ya que se trata de la parte de la planta que crece a partir de una flor polinizada, contiene las semillas y luego ayuda a diseminarlas. Pero si hablamos del tomate como alimento: en este caso, se trata de una planta comestible y, por tanto, está considerada una hortaliza.
El tomate contiene pocas calorías, 100 gramos proporcionan solo 18 calorías, ya que la mayor parte de su peso (un 95%) corresponde a agua. Su sabor agridulce es debido a una pequeña cantidad de azúcares simples y a algunos ácidos orgánicos, como el cítrico y el málico, responsables de que resulte apetitoso y digestivo.
En comparación con otras frutas y hortalizas tiene poca fibra (1,8 %) pero las semillas, la pulpa y la piel son suficientes para favorecer el tránsito intestinal. El tomate aporta vitaminas antioxidantes y es rico en minerales y licopeno. Todo ello tienen consecuencias directas sobre el organismo, pues ayuda a proteger los huesos, las células y cuida de nuestro sistema digestivo y del corazón.
Para comer un buen tomate, no solo es fundamental elegir uno de la mayor calidad, también hay que saber guardarlos correctamente.
Observa y toca los tomates: una vez hayas verificado la consistencia al tacto, debes fijarte en que la superficie externa no tenga abolladuras, manchas oscuras, divisiones o partes aún peores.
El color: el tomate no debe ser demasiado verde, de lo contrario no ha alcanzado la madurez adecuada.
Compra tomates en temporada: Actualmente podemos encontrar tomates durante todo el año, pero debes sabe que, en realidad, la estacionalidad de los tomates va de junio a septiembre-octubre.
Compra los tomates en el mercado: Al margen de ofertas supermercados o de grandes superficies, los mejores tomates los encontrarás siempre en el mercado y sobre todo, de la mano de agricultores que posiblemente los hayan cultivado de acuerdo con los métodos de cultivo orgánico.
Elige los tomates en base a su uso: No compres más de los que crees que vas a consumir en un corto plazo de tiempo.
Tomate en ramauppers.es
Cómo conservar tomates por más tiempo
Desde Freshis, empresa distribuidora de frutas, verduras y muchos otros productos frescos, tienen muy claro cómo se tienen que conservar los tomates para mantener todas sus propiedades y sabor.
Ten presente la temperatura. Los tomates son frutas que, al estar en un ambiente cálido, maduran muy rápido. Si están expuestos a un clima con humedad y temperaturas elevadas, superiores a los 24 grados centígrados, lo mejor será guardarlos en la nevera, puntualmente en el cajón para verduras. De esta manera, te aseguras de que puedan durar al menos una semana, aunque esto también dependerá del punto en el que estén en el momento de almacenarlos.
Guárdalos siempre boca abajo. Un truco infalible para conservar los tomates es ubicarlos con la raíz del tallo hacia abajo, es decir, tocando el plato o la base del recipiente donde los guardes. También, conviene que el lugar de almacenamiento sea la nevera o en todo caso, un espacio seco y oscuro, como la alacena. Conservar de esta manera los tomates, ayuda a que no pierdan humedad y por ende a que no se arruguen y se descompongan antes de lo que deberían.
También puedes secarlos. Una de las prácticas más antiguas utilizadas para conservar los tomates es secándolos. Al deshidratar la fruta puedes preservarla durante meses sin que esta se deteriore. Si bien es un proceso que toma su tiempo, es muy útil si necesitas almacenar grandes cantidades de tomates por un periodo prolongado. Una vez deshidratados, pueden envasarse con aceite o guardarlos en un sitio seco y sin luz, hasta por un año.
Llévalos al congelador. Otra opción para preservar los tomates por mucho tiempo es congelarlos. Si bien este método cumple la función de frenar la descomposición de la fruta, la realidad es que en el proceso de congelamiento esta pierde buena parte de sus propiedades, en especial su sabor, el cual se ve bastante atenuado. Ten en cuenta que si decides conservarlos de esta manera, conviene cortarlos en pequeños trozos y guardarlos en bolsas, divididos en raciones. Así, será mucho más fácil descongelarlos y aprovecharlos en tus recetas.
Conviértelos en salsa. Si eres un fan de la pasta, las pizzas o la lasaña, otra forma de conservar los tomates es cocinarlos y convertirlos en salsa. De esta manera, puedes preservarlos por un largo tiempo y, así, utilizarlos en tus preparaciones sin mayor problema. Siempre es recomendable guardar la salsa de tomate en un envase de vidrio, limpio, esterilizado y cerrado al vacío para evitar que se eche a perder.