Para el melón, la sandía debe ser como una prima díscola: ligera, exuberante, roja. Qué grande es la sandía. Para empezar es más grande que el melón, aunque ambos se disputen el título honorario de la 'fruta del verano' por estas latitudes. Ya lo dice Leticia Dolera: la felicidad es un taper de sandía caliente. Bueno, no lo dice así, pero quienes habéis visto 'Vida perfecta' sabéis de lo que hablamos. Y el melón tres cuartos de lo mismo. Por eso cada año, mientras hincamos el diente entre sus jugosas carnes, nos hacemos la misma pregunta ¿cuál es el sentido de todo esto? Y también ¿cuál será más beneficioso para el cuerpo, el melón (cucumis melo) o la sandía (citrullus lanatus)?
Melón y sandía, sandía y melón, son, ambas, frutas hipocalóricas. Es decir que debido a que son 85% agua, como un bebé recién nacido, su aporte de calorías es mínimo. Sin embargo, ambas son ricas en fibra, vitaminas, minerales y sustancias de acción antioxidante. Esto hace que además de una enorme sensación refrescante, ambas sirvan no solo para hidratarnos, sino también para nutrirnos. Pero hay diferencias entre ambas.
Para empezar, según el portal Alimente+ (El Confidencial), "La diferencia se manifiesta en el contenido de vitaminas -sobre todo la C (el melón multiplica por 5 la cantidad presente en la sandía) y la A (la sandía cuadruplica los 4 microgramos que contiene el melón)- y de minerales (calcio, potasio, sodio y fósforo), donde el melón se impone claramente". Punto para el melón.
Pero es que además señalan que "el melón es, al menos, el doble de rico en calcio, potasio, sodio y fósforo que la sandía. Una correcta relación entre sodio y potasio contribuye a normalizar las cifras de tensión arterial en personas hipertensas; el potasio es fundamental para la contracción de los músculos; el calcio beneficia a la salud ósea, cardiovascular y muscular, y el fósforo es un elemento esencial para la producción de proteínas y de la energía que necesita el organismo para llevar a cabo sus funciones". Dos a cero. ¿Match point? No tan rápido.
Según la publicación, la sandía tiene un alto contenido contenido en L-citrulina: un aminoácido que produce arginina que da lugar al óxido nítrico, una sustancia que favorece la dilatación de los vasos sanguíneos y favorece el flujo sanguíneo del pene. Es decir, la sandía, lector, por si no lo sabías, sería una suerte de ‘viagra’ natural. Remontada en toda regla.