De moda entre los hijos adolescentes: un experto aclara si son tan malas las bebidas energéticas como dicen
El químico López-Nicolás: "La ingesta excesiva de cafeína puede tener consecuencias graves para la salud"
¿Qué hace en tu cuerpo la taurina, el ginseng, la L-carnitina, la cafeína, los azúcares y todas esas calorías?
Seguro que se lo has visto a tu hijo. Una lata grande, de colores y con mucho negro, quizá plateado, que se ha puesto de moda entre su grupo de amigos y se la toman como un zumo. De hecho, puede que entre tu propio clan de más de 45 años haya gente que esté algo 'enganchada' a bebidas energéticas. ¿Su éxito? Que se usan para casi todo. Los adultos que hacen deporte las consumen para aumentar su rendimiento físico, los que por su trabajo deben mantenerse despiertos las ingieren para no dormirse, otros para concentrarse al estudiar y muchos hasta para mezclarlas con bebidas alcohólicas cuando salen de fiesta. Pero no es oro todo lo que reluce. ¿Son peligrosas e insanas? Lo analizamos desde la ciencia
Cuidado con las moléculas estrella
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Todas estas bebidas contienen al menos una 'molécula estrella'. ¿Qué es eso? Me refiero a la carnitina, la taurina, el ginseng, etc. Pues bien, a pesar de que estas moléculas estrella prometen infinidad de efectos saludables, los informes oficiales de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) no respaldan ninguno de ellos. De hecho no hay evidencia científica de que tengan la más mínima utilidad. A pesar de lo que se puede leer en su publicidad, la L-carnitina no ayuda a una recuperación más rápida de la fatiga muscular, ni a reparar el tejido muscular esquelético ni a aumentar la capacidad de resistencia.
Es decir, la población adulta no va a obtener ningún beneficio por consumir bebidas energéticas que tengan L-carnitina. Por otra parte la famosa taurina no ayuda al ejercicio físico tan de moda entre los Uppers. Tampoco tiene un efecto positivo sobre la funciones cognitiva, cardiaca o muscular. Otras bebidas energéticas tienen como molécula estrella al ginseng. Más de lo mismo. La EFSA no reconoce ninguna de las propiedad que se le atribuyen.
¿Y la cafeína?
La cafeína, un ingrediente imprescindible para muchas personas en edad adulta, es un alcaloide descubierto por el químico alemán Friedrich Ferdinand Runge en 1819. Todos conocemos su consabido efecto para excitarnos pero mucha gente desconoce que tiene otras muchas propiedades. Está demostrado que 75 mg. de cafeína mejoran tres procesos cognitivos muy necesarios entre la población mayor de 45 años: la atención, la memoria o el aprendizaje.
Como las bebidas energéticas contienen habitualmente una concentración de 32 mg/100 mL y suelen presentarse en unidades de 500 mL, la cantidad total de cafeína en una sola de estas bebidas es de 160 mg. Esta cifra representa más del doble de los 75 mg que establece la EFSA como límite mínimo para ser efectiva. Por lo que podemos afirmar que el consumo de una sola lata de bebida energética sí que favorece la atención, la memoria y el aprendizaje.
¿Y si me paso de cafeína?
Pero ojo, la ingesta excesiva de cafeína presente en las bebidas energéticas puede tener consecuencias graves para la salud. Consumiendo solo dos latas de estas bebidas (1000 mL) se sobrepasa la sobredosis aguda de cafeína, establecida entre 300 y 400 miligramos, dependiendo del peso corporal y del nivel de tolerancia a este compuesto de la persona. Una vez que se supera dicho umbral aparecen síntomas de inquietud, nerviosismo, insomnio, trastornos gastrointestinales, etc.
Las vitaminas
El tercer grupo de componentes de las bebidas energéticas lo componen algunas vitaminas del grupo B que se añaden a estos productos. Las más comunes son la niacina, el ácido pantoténico, la vitamina B6 y la vitamina B12. Pues bien, las encuestas de ingesta dietética muestran como los españoles no necesitamos suplementarnos con estas vitaminas. Las consumimos sobradamente a través de la dieta habitual. Por tanto su presencia en las bebidas energéticas es innecesaria y no va a producir ningún efecto significativo en nuestro organismo.
El azúcar
Llegamos al ingrediente más delicado de las bebidas energéticas. Me refiero, como no, al azúcar. Según la Organización Mundial de la Salud el consumo de azúcares añadidos no debe sobrepasar los 50 gramos de azúcar diarios... y si la ingesta diaria de azúcar se reduce a 25 gramos se obtendrán beneficios adicionales. ¿Saben ustedes qué cantidad de azúcar hay en una sola lata de 500 mL de la mayoría de estas bebidas energéticas? Casi 75 gramos, el triple de todo el azúcar diario recomendado por la OMS.
Para que los lectores de Uppers se hagan una idea de lo que representa esta cifra les diré que 75 gramos es el azúcar que hay en 15 sobrecitos… un disparate y más teniendo en cuenta la evidente relación existente entre el consumo excesivo de azúcar y diferentes patologías como obesidad, diabetes, caries, enfermedades cardiovasculares, etc.
Muchísimas calorías
He dejado para el final algo que debería preocupar mucho a la población adulta consumidora de bebidas energéticas: su valor calórico. ¿Saben cuál es el valor calórico de una bebida energética comparado con el de un refresco tradicional? Casi 300 Kcal, más del doble que el valor energético de un refresco y un porcentaje altísimo del valor calórico medio recomendado para la gran mayoría de las personas.
Estimados lectores de Uppers, mi recomendación es clara. No consuman bebidas energéticas. La gran cantidad de azúcar que lleva sumada a las elevadas dosis de cafeína las convierten en auténticas bombas nutricionales. También su publicidad debe ser controlada. Por la presencia de una ridícula cantidad de vitaminas no se debería permitir el mensaje de que las bebidas energéticas son saludables. Es lo que hay.
*José Manuel López es químico, experto en consumo y autor de 'Un científico en el supermercado'