El aroma, el color o la intensidad son algunos de los parámetros que se utilizan para evaluar la calidad del café. En nuestro país el casi 90% de los adultos mayores de 45 años toma café y un 70% lo hace a diario, según el “I Estudio sobre los hábitos del consumo del café en España”. Siete de cada diez hogares utilizan para prepararlo una cafetera de cápsulas porque reconocen que es el sistema más fácil y limpio. Es un producto totalmente integrado en nuestra dieta pero, ¿cuánto estarías dispuesto a pagar por él?
“Klatch Coffee Roasters”, una cadena de cafeterías localizadas en el Sur de California, cobra a sus clientes nada menos que 67 euros por cada taza. Eso sí, de uno de los mejores cafés del mundo, de la variedad Elida Geisha 803. Un café exclusivo y orgánico, cultivado en Panamá y con una producción limitada, al año solo salen a la venta 45 kilos de grano. El lugar donde brota el oro negro es en la granja “The Lamastus Family” y prácticamente la única forma de conseguirlo es mediante la subasta posterior a los premios “Best of Panama”, considerada a nivel mundial como los “Oscars del café”. El precio de estos granos de café, sin tostar, alcanzó el pasado mes de mayo el máximo histórico de 177 euros los cien gramos.
Degustarlo solo es para los más sibaritas... y ágiles. Con la cantidad que compró “Klatch Coffee Roasters” solo se pueden preparar 80 tazas. Eso sí, hay una opción de probarlo sin cruzar el océano. Existe un número limitado de bolsas de 18 gramos a un precio de 70 euros disponibles para comprar a través de Internet. Pero, ¿qué tiene este café para ser tan único y caro?
"Es originaria de Etiopia, a la que no se le prestó demasiada atención hasta que llegó a los premios de Panamá en 2004”, explica Luis Blanco Valverde, propietario de la cafetería ‘The Coffee Land’, ganador del premio 'barista del año' en 2019 y uno de los mayores expertos sirviendo cafés en toda Europa. En ese año el precio de venta del medio kilo era de 18 euros y ya rompió todos los récords. “Es una variedad muy exótica y diferente y cada vez se ha extendido a más países”, añade Blanco. Se asocia a un café de calidad extremadamente alta, siempre y cuando las plantas de donde se extrae el grano se encuentren a mucha altura.
Para los amantes del es un producto único y exótico. "Parece que estás tomando té negro pero no. Tiene muy poco cuerpo y unos toques muy florales”, comenta Blanco. Es más, en España es prácticamente imposible encontrar esta variedad. “La compran tostadores privados en cantidades muy pequeñas y su tueste es tan peculiar que no se pueden hacer a una gran escala”, afirma.
Sobre la manera de tostar el grano hay varias opciones. "Lo ideal es un tostado ligero, es decir, granos de color marrón claro y sin aceite en la superficie, así se consigue un aroma afrutado y se conserva el grano de café original y su punto de acidez. Además mantiene más la cafeína. La otra opción para estos granos Geisha es un tueste medio con un color marrón y más cuerpo que los anteriores. Tiene más aroma y menos acidez y cantidad de cafeína", explica el esperto.
A la hora de preparar un café con este tipo de grano hay que tener paciencia. “La mejor técnica es la del filtrado, no hay que someterlo a una máquina con presión y temperatura. Para ello, los granos se muelen más gruesos y con ayuda de un goteo de agua se va filtrando”, explica Luis Blanco. Gracias a esto es fácil apreciar los toques de “bergamota, té negro, mandarina y posiblemente, también un aroma a jazmín”. Es un café para tomar recién hecho y solo, “porque es tan suave que la leche taparía todo el sabor y se perdería”, añade el barista.
"A los sibaritas les encantará probarlo, aunque sea por curiosidad”, reconoce Blanco. Definitivamente no es para todos los bolsillos. "No es un café para todos los días, solo para alguna vez. La variedad de granos de café es tan amplia que no necesariamente hay que desembolsar una gran cantidad para obtener calidad. Cada vez hay más cafés finos que provienen de Etiopía y Kenia y cuyo precio no es elevado, y no por eso sus productores les han dedicado menos tiempo y mimo”. En definitiva, es un café peculiar y sabroso, difícil de preparar y digno de lucirse, por eso los baristas del mundo lo eligen para presentarse a las competiciones.