Llega el buen tiempo, el terraceo, el quedar con los amigos y disfrutar del sol y las temperaturas agradables, tomando siempre las medidas de seguridad para evitar los contagios de la covid-19. Pero nunca está de más innovar un poco, pedirte una cerveza artesanal, una que ha tenido un proceso diferente de creación o a las que se añaden nuevos productos, como nata. Sí, has leído bien, como si de un batido se tratase, en Japón y Corea del Sur existe una tendencia de añadirle nata a la cerveza.
Como es obvio, esta versión de la cerveza en la que se sustituye su esponjosa espuma por nata no es del gusto de todos, pero tampoco es extraño su éxito en Asia. En estos países hay otras costumbres algo curiosas, como la manera de muchos de tomar la soda: añadirle una bola de helado al refresco. Simple, pero de lo más agradable cuando el calor aprieta.
No es de extrañar que de ellos haya nacido la cerveza con nata, a la que llaman Cream Beer o Cream Soda Beer. Su preparación no tiene ciencia alguna. Una cerveza, la que más te guste, hasta la sin alcohol, y un bote de nata montada para echárselo por encima como si estuvieses preparándote unas fresas con nata para el postre. Y por si fuera poco, algunos rematan su bebida añadiendo unos toppings de chocolate o de lo que sea por encima. Al final va a parecer más un postre que una bebida.
Parece ser que el principal objetivo de esta bebida es eliminar el punto amargo del sabor de la cerveza, pues los que la han probado la definen como dulce, pero también como deliciosa, así que habrá que probarla y ver si deja el bigote teñido de blanco o no. Aún así, siempre está la duda: ¿a quién le surgió la idea? Pues según Japonpop, una web sobre cultura japonesa, todo comenzó entre la comunidad universitaria, una broma entre jóvenes que parece que terminó gustando y se ha vuelto en algo de lo más habitual en muchas regiones asiáticas.
Pero echarle nata a la cerveza no es la única excentricidad asiática que han hecho con esta bebida. En Japón la variedad de cervezas es infinita, lo mismo te encuentras una de wasabi que, como es obvio, no es apta para cualquier paladar por ese toque picante, hasta otras preparadas con ajo negro o las que además de cebada también llevan arroz o maíz, incluso algunas se elaboran con cítricos mezclando el zumo y la cáscara de una naranja con cilantro, nuez moscada y el malta de cerveza.