Los grandes chefs acostumbran a recibirnos - a los periodistas - en sus cocinas. Es donde más a gusto se encuentran, prefieren jugar en su territorio. Siempre llevan la chaquetilla impoluta, antes del servicio, y tras un agradable recorrido entre fogones solemos entrar en harina. Con Elena ha sido diferente. No porque ella no nos quisiese enseñar su casa, más bien porque, una vez más, el coronavirus nos lo ha impedido. En esta época tan rara, en la que las videollamadas son lo más cercano a los abrazos de antaño, la chef de Arzak, con tres estrellas Michelin, nos lanza un cálido saludo a través de la pantalla.
Son tiempos difíciles para la restauración "esto podemos definirlo como una especie de paréntesis y que sea breve", bromea. Pero realmente es así. La casa de su bisabuela, su abuela, su padre y ahora suya – es la cuarta generación de cocineros de la familia - ha sufrido con el confinamiento y, poco a poco, intenta volver a la normalidad respetando todos los protocolos.
Entre tanta incertidumbre es el momento de hacer balance. Hace unos días vio la luz 'Arzak, since 1897', una película documental dirigida por Asier Altuna y protagonizada por padre e hija, Juan Mari y Elena Arzak. Un recorrido por los entresijos de su cocina y un reflejo de cómo se ha producido un relevo generacional que ha llevado, también, a una transformación de la cocina tradicional en la nueva cocina de autor.
Precisamente de esto hemos hablado con Elena, que asegura que tener a su padre como jefe ha sido el mejor regalo como chef pero que también ha implicado un trabajo mucho más duro para demostrar que nadie le ha regalado nada. "Cuando volví del extranjero, donde había estudiado y realizado las prácticas, y llegué al restaurante la gente me decía que querían ver a mi padre no a mí", nos cuenta.
Sin embargo, las tornas han cambiado y ella, al frente prácticamente de la cocina de Arzak, ha conseguido su público. "Mi padre pensaba que podía ser exactamente igual que él pero no. Juan Mari solo hay uno (…) pero también le he tenido que decir: Aita que esta gente me viene a ver a mí y no a ti". Hacemos un recorrido por su pasado, su presente y también su futuro. Nos habla de las cosas buenas y malas de trabajar con Juan Mari, de qué le diría a su yo de los 20 y cómo se enfrenta a que sus hijos no tengan claro si quieren o no seguir sus pasos. Para ver la entrevista completa, dale al play.