El marisco no es un producto que suela estar presente en la mesa cuando nos sentamos a comer o a cenar cada día. Más bien lo asociamos a eventos o fechas especiales, como en Navidad y cuando hay que celebrar algo y aprovechamos para darnos un buen festín gastronómico. De estos tesoros del mar hay de todo tipo, unos más cotidianos y otros que, por su exclusividad o precio, reservamos para esas ocasiones puntuales. Ahora bien, en casa los comemos como mejor nos viene, pero cuando nos vamos a un restaurante o tenemos visita hay que seguir un poco más el protocolo. ¿Sabes cómo tienes que comerte cada tipo de marisco?
Sí, no todos los mariscos se comen de la misma forma. No obstante, si alguna vez te enfrentas a una situación en la que te encuentras con una gran variedad de mariscos al mismo tiempo debes saber que primero han de comerse los que vengan crudos, como las ostras, y ya después degustar los cocidos, como las gambas. Y ahora es cuando vienen las mayores dudas: ¿cubiertos sí o cubiertos no?
Pues depende del tipo de marisco. Por regla general los mariscos de concha pueden comerse fácilmente con las manos, además de que está socialmente aceptado que cojamos un mejillón o una almeja con nuestros dedos para llevárnoslo a la boca. Eso sí, por mucho que esté permitido comer con las manos, hay que tener cierta consideración y evitar emitir ruidos al, por ejemplo, sorber los jugos.
La cosa con los langostinos y las gambas es muy diferente. En casa podemos hacerlo con las manos, el problema es que acabamos pringados. Por eso mismo, si nos enfrentamos a una velada con algo de categoría debemos saber que se comen con tenedor y cuchillo. Lo primero, se corta la cabeza y ayudado de los cubiertos se retira la cáscara para sacar la carne. Y sí, si eres de los que les gusta chupar la cabeza para extraer el jugo tendrás que resignarte, al menos por esta vez.
Con mariscos más grandes, como puede ser una langosta o un bogavante, sí que es cierto que se necesitan otros elementos, desde tenazas hasta cubiertos especiales para romper las partes más duras y poder sacarle el máximo partido al producto, que lo merece. En lo que todos los expertos coinciden es que este tipo de mariscos deben venir ya de la cocina trinchados porque facilitará luego la tarea a los comensales.
Cómo comer los diferentes tipos de marisco ya está medianamente claro. Todo depende de si tienen concha, si vienen cocinados o crudos, e incluso de su tamaño. ¿Pero sabes maridarlo a la perfección? Como siempre te han contado y has pensado, los vinos blancos con buena acidez y muy frescos en boca, como muchos de los albariños de las Rías Baixas.
Aún así, no es el único. Mariscos de cazuelas que vayan mezclados con otros platos, unas alubias con almejas, por ejemplo, van muy bien con vinos rosados. Pero desde luego uno de los caldos que mejor maridan con el marisco son los espumosos. Sí, el champán va de lujo, ya lo degustarás, con la mayoría de los mariscos, como las ostras o los percebes, incluso algunos pescados, como el salmón.