De patatas fritas de bolsa a tortilla espectacular: así es la receta de Ferran Adrià
La tortilla de papitas fritas de Ferran Adrià es un deleite que supera toda expectativa
Hay muchos tipos de tortillas, uno para cada paladar: francesa, de espinacas, gratinada, de champiñones, de jamón, de calabacín, de queso, ¡incluso de chorizo! Al pensar en el plato estrella de la gastronomía española no siempre hacemos hincapié en sus nutrientes o beneficios para la salud. Lo primero que nos viene a la mente es su exquisito sabor, su aroma delicioso, su aspecto dorado y, también, las calorías que aporta.
Sin embargo, pese a las grasas que contiene (la mayoría de ellas derivadas de freír las patatas), esta tortilla es mucho más saludable de lo que imaginamos: los huevos son una buena fuente de proteínas, vitaminas y minerales. Y las patatas rebosan carbohidratos, potasio, agua y fibra. Si le añadimos cebolla, incorporamos a la receta el efecto antioxidante y las propiedades depurativas y diuréticas de este vegetal.
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Siempre que controlemos la cantidad de calorías que ingerimos –en 100 gramos de tortilla hay más de 220 calorías, que pueden reducirse asando las patatas-, la tortilla puede ser un alimento nutritivo plagado de beneficios para el organismo.
Tortilla con patatas chip a lo Ferrán Adriá
A pesar de ser pionero en la lujosa cocina modernista característica del restaurante El Bulli en España, en su libro de cocina 'La comida de la familia' el chef Ferran Adrià explora los platillos que creó especialmente para los empleados junto a Eugeni de Diego, chef principal del restaurante. El encanto de la tortilla de Adrià radica en su simplicidad: con solo huevos, papitas fritas y aceite de oliva, evoca los sabores de una elaborada tortilla española, pero se arma y cocina en unos cuantos minutos. Adrià recomienda utilizar papas fritas de bolsa. ¿Te atreves? ¡Aquí la receta!
Ingredientes
- 12 huevos grandes
- 170 gramos de papas fritas (unas 6 tazas)
- 2 cucharadas de aceite de oliva
- Sal y pimienta negra, para servir (opcional)
Cómo hacerla
- Abre los huevos en un tazón mediano y bate vigorosamente durante unos 4 minutos, hasta que queden espumosos y se aclare su color (si tienes un batidor de globo, es el momento ideal para utilizarlo: introducirá mejor el aire que un batidor normal y requerirá la mitad del tiempo y el esfuerzo; en cualquier caso, te dolerá el brazo después de la preparación, pero tendrás como recompensa una tortilla ligera y esponjosa.
- Vierte una cucharada de aceite en una sartén antiadherente de 25 cm de diámetro y calienta a fuego medio.
- Agrega la mezcla de patatas fritas a los huevos. Emplea una espátula de plástico para incorporar con suavidad unas cuantas veces para que las patatas estén bien cubiertas. Deja que se humedezcan un minuto.
- Vacía la mezcla en la sartén y utiliza la espátula para esparcir las patatas de manera que formen una capa homogénea, y después para despegar la tortilla de los lados de la sartén.
- En cuanto se cueza el fondo (tomará un poco de color y la parte de arriba no debe estar cocida por completo), después de unos 3 a 4 minutos, cubre la tortilla con un vuelca tortillas o una tapa grande y plana. Mientras sostienes el plato con una mano y el mango de la sartén con la otra, dale la vuelta con un movimiento suave para que quede en el plato.
- Agrega la otra cucharada de aceite en el sartén y a continuación desliza con cuidado la tortilla del plato, con el lado que falta de cocer hacia abajo, para que se cocine en la sartén unos 2 minutos.
Apuesta por las patatas fritas onduladas con sabores distintos, suelen cortarse de forma más gruesa y soportarán mejor la cocción. Además, puedes acompañar esta tortilla con una mayonesa casera a la que puedes añadirle, por ejemplo, chipotle para darle un toque picante. Una ensalada también es una guarnición idónea para este plato.
Esta tortilla admite también cebolla, judías verdes, chorizo, atún o jamón cocido. Juega con los sabores y convierte tu tortilla en un plato mucho más completo desde el punto del sabor y de los nutrientes.
El maridaje más adecuado podría ser el vino blanco espumoso o uno afrutado. No te olvides de completar la degustación con unos picos de pan o con un pan de calidad. Seguro que el resultado te sorprende por su sabor y por su textura.