“¡Qué ricos los chorizos parrilleros!, ¡Qué ricas las salchichas a la brasa!, ¡Qué buenas las chuletas de cordero!”. Es escuchar ‘La barbacoa’ y uno ya empieza a salivar, ¿verdad? Georgie Dann nos da algún que otro truco en su canción para poder disfrutar de una buena barbacoa, pero se olvida de las reglas básicas y, sobre todo, de innovar un poco en este mundo de la parrilla. Porque, efectivamente, no todo es carne; el pescado, el marisco y los vegetales también se merecen un espacio en nuestras barbacoas con los amigos. Y, aunque, a priori, todo parece sencillo, cada uno de estos alimentos es de su padre y de su madre y tienen formas distintas de cocinarse. Menos mal que contamos con Ramón Freixa, que además de atesorar técnica culinaria, tiene imaginación de sobra. Lo demuestra una vez más en este nuevo capítulo de ‘Una paella en el jardín’.
Actualmente, la barbacoa se ha convertido en uno de los eventos más cotizados al aire libre, especialmente en periodo estival. ¿Y dónde está el origen de este arte? La patente se le atribuye al pueblo taíno, en la zona del Caribe, que para cocer la carne de sus brasas usaban un artilugio de leños que ponían sobre las llamas de un fuego amagado en un hoyo. A ese utensilio que usaban para cocinar lo llamaba 'barbacuá'. Con la llegada de los conquistadores españoles, ese término también pasó a describir la técnica de cocción a través del calor que despiden las brasas.