El aguacate es el alimento de moda. Protagonista de millones de posts de instagram, recetas, bares e incluso camisas y camisetas, en los últimos años esta fruta se ha ido abriendo paso en los supermercados hasta convertirse en un imprescindible en nuestras vidas.
Son muchas las cualidades que hacen del aguacate una fruta a tener muy en cuenta. Más allá de su sabor y de su amplia versatilidad, que permite que lo comamos tanto entero, como untado o en rodajas, el aguacate tiene numerosas propiedades que lo hacen muy beneficioso para nuestra salud.
Rico en fibra, minerales y un gran número de vitaminas, este fruto puede ayudarnos a controlar el nivel de colesterol y glucosa en sangre, a mantener nuestro peso a raya y a proteger nuestro corazón y cerebro. Además, reduce el riesgo de que suframos osteoporosis, mejora nuestra digestión y previene la aparición de cataratas a una edad temprana.
Es, en definitiva, lo que se conoce como un "superalimento", es decir, un alimento con un alto contenido en nutrientes que puede aportar un gran número de ventajas a nuestro organismo y que no deberíamos excluir de nuestra dieta.
Con todas estas ventajas, tal vez te preguntes de dónde sale este fruto que parece caído del mismísimo cielo. Originalmente, la respuesta sería Mesoamérica, ya que es originario de México y Guatemala, pero en un mundo tan globalizado como el nuestro es probable que los aguacates que consumes cada día vengan de Málaga y, en concreto, de La Mayora, una estación experimental que está considerada como la mayor productora de aguacates de toda Europa.
Situada en el corazón de la comarca de La Axarquía, en la localidad de Algarrobo, La Mayora es una espectacular finca de 50 hectáreas que sirve como centro de operaciones del Instituto de Hortofruticultura Subtropical y Mediterránea del CSIC (ISHM), un organismo creado en 2008 para potenciar la investigación científica en horticultura intensiva y fruticultura subtropical en Málaga.
Esta entidad es la culpable de que hoy en día podamos encontrar cultivos tropicales en nuestro país. Aparte del aguacate, sus investigaciones a lo largo del tiempo han permitido que en Málaga, Huelva y Granada se introdujesen frutos como el mango, el fresón o la chirimoya, cambiando el paradigma de la agricultura andaluza hasta convertirla en un referente a nivel internacional.
Aquí se estudia qué especies podrían desarrollarse con éxito en el clima mediterráneo, cómo crear cultivos sostenibles e integrados de forma sostenible sin renunciar a la calidad y propiedades organolépticas de las frutas. El objetivo es sencillo: mejorar la competitividad del sector agrario respetando el medioambiente, pero ¿cómo surge este lugar?
Si bien es cierto que el ISHM nació en 2008, los orígenes de la finca de La Mayora se remontan más allá en el tiempo. Concretamente, a los años 50, década en la que Fritz Baade, diputado socialista alemán y director del Instituto de Economía Mundial de Alemania, le ordenó al ingeniero y economista alemán, Dieter Wienberg, que realizase un trabajo sobre la agricultura española.
Tras recibir el análisis, Baade convenció al entonces canciller Ludwig Erhard para que invirtiera en un proyecto de cooperación internacional con el CSIC. La idea era sencilla: Alemania pagaría el personal técnico, la maquinaria y el equipamiento científico; el CSIC, el terreno; y juntos crearían un centro agrícola que podría exportar alimentos a toda Europa.
Wienberg fue el encargado de elegir el terreno en el que tiempo más tarde, en mayo de 1961, se inauguró La Mayora. Durante los años venideros, supervisó las operaciones de la finca, impulsando los cultivos de fresas y aguacates, hasta que en 1975 el gobierno alemán se retiró del proyecto y lo dejó en manos del CSIC y España.
Desde entonces, la finca ha seguido trabajando para traer nuevas frutas exóticas a nuestro país, como el lichi, la papaya, las guanábanas o la pitaya, y hoy en día, sesenta años después de su inauguración, es uno de los grandes referentes internacionales de investigación agraria.